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“Yo debo acusar y yo acuso Javier Milei”: El secuestro del liberalismo como arma política

Publicado en

Autor: Guido Martín Vargas La Torre

Pais: Perú

El fenómeno del liberalismo ha calado en mentes jóvenes y no tan jóvenes en Hispanoamérica, para quienes conocen el origen de sus repúblicas les parecerá algo nostálgico y de cierta manera nos recordará aquel “eterno retorno”, como diría Nietzsche; creencia que también comparten diversas culturas en lo vasto de la tierra, así como autores de nuestra modernidad, como Toynbee, entre otros. Lo cierto es que la “Libertad”, como valor, vuelve a tomar la importancia que se merece, en nuestro siglo. 

Veía ansioso desde el 2018 a Milei como un “Dios (del liberalismo)”, pues revisando mi historial de YouTube me encontraba en las búsquedas frases como: “Milei modo bestia” o “Milei destruye a feministas”, entre otros peyorativos que el algoritmo de YouTube sugería muy a menudo.

Así inicié mi camino en la “Batalla Cultural”. Lastimosamente me “desvié” al poco tiempo y caí en el conservadurismo rancio de dos argentinos, que terminaron enmarcándome en la corriente ‘pubertaria’ (definición despectiva para hacer referencia a personas jóvenes y/o en edad de la pubertad, que tienen afinidad con las ideas libertarias). con el eslogan de “liberal en lo económico, conservador en lo social”. Comparto pues la connotación que sostiene José Benegas sobre la segunda parte del presente silogismo: son “retrógrados en lo demás”, pues sólo conciben la libertad de su propio bolsillo y no en la cama ni el útero ajeno.

Sin embargo, pese a que Javier Milei habría mencionado que el liberalismo implica el no meterse en el bolsillo ni en la cama de la gente, compara a las minorías sexuales y las nuevas identidades símiles del querer autoidentificarse con un “puma”. Me pregunto entonces: ¿Dónde queda el respeto por el “individuo”?

Hasta donde aprendí, el conocimiento es factor importante para que se dé el consentimiento, así como para ser responsable de los actos que realizarás. Milei mencionó que la ESI (Educación Sexual Integral) es un “mecanismo para deformarle la cabeza a la gente”. ¿Qué tanta deformación es saber qué es el consentimiento, cuándo se da, qué partes del cuerpo no deben tocarte?. Para él, la justificación de la inmoralidad del impuesto es superior a cualquier atisbo para el ejercicio de los derechos sexuales, como se puede rescatar en la siguiente cita: «Tampoco me parece correcto que uses el monopolio de la violencia que tiene el Estado para cobrar impuesto para lavarle el cerebro con la ideología que vos quieras, en este caso en la versión sexual». Creo que ha quedado claro que Milei no está de acuerdo con un principio que los liberales tenemos muy en claro:la “autodeterminación de la persona”, figura que lastimosamente se ha vuelto más jurídica que política, ya que dentro de los círculos liberales en Hispanoamérica está enquistado el gran hombre de paja que es la “ideología de género”.

Pues sí, este no es un ensayo o artículo, es un manifiesto. Así que ─recordando en esta ocasión, no la expresión de Émile Zola, sino la utilizada por el gran liberal tacneño Francisco de Paula González Vigil, no estando a la talla y con el perdón del copyright, empiezo al revés: “Yo debo acusar, yo acuso”. Pero esta vez a Javier Milei, respondiendo por él las siguientes interrogantes. 

¿Contra qué principios liberales ha actuado? Contra la libertad individual, al estar en contra de la enseñanza del ejercicio pleno de nuestra sexualidad, de deshumanizar a las nuevas identidades y a la homosexualidad; por vender un liberalismo a medias, como si la libertad sólo fuera la de bolsillo y las cadenas del conservadurismo recayesen en lo demás.

¿En aquel actuar, ha mediado alguna seria consecuencia? Gran parte de los nuevos movimientos liberales han adoptado a Miel como su ‘mesías’, condenando pues a las siguientes generaciones a una perspectiva conservadora del liberalismo. ¡Vaya oxímoron! Esta visión reduccionista, acompañada con un discurso de patologización por parte de los conservadores, sumará jóvenes a las filas del conservadurismo más rancio.

¿Nos ha comprometido por miras particulares con otras corrientes de pensamiento? En efecto, al conservadurismo. Ese que cree en la “ideología de género”, en que son bien liberales en lo económico hasta que les preguntas si la iglesia debería pagar impuestos como el común de la gente o, en el caso peruano, si los no creyentes o de una distinta religión a los creyentes debemos seguir pagando la educación religiosa , o si la prostitución debe ser legalizada y a su vez las drogas. 

Milei es la esperanza de Argentina. Es un hecho irrefutable que las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), lo dieron a conocer como ganador indiscutible, pero ello no significa que lo sea para el liberalismo; al contrario, parece ser una bomba del tiempo, ya que su cercanía con VOX nos muestra por donde va su espectro moral.

“Dime con quién andas y te diré quién eres” dice un dicho ─o mal dicho─, pero en tiempos donde no se tiene en claro qué es la libertad y qué estamos defendiendo. “No hay que fiar de quien no se fía”.

Se dice mucho respecto a Milei y no es de esperarse menos de la prensa de izquierda, sin embargo, la imagen de caudillo le queda como anillo al dedo, ¿Es Milei la respuesta al Kirchnerismo/Peronismo? Lo es. ¿Eso lo hace más democrático y liberal? No, de democrático nada, rompiendo con los valores con los que nuestras democracias fueron fundadas: la tolerancia y la diversidad. Ahora se le asocia con Juan Bautista Alberdi, pero indagando sólo un poco en la historia, se puede advertir un hecho más que paradójico: Alberdi era un incansable cuestionador del caudillo de su era, Rosas; lo que me lleva a animarme a cometer un pecado mortal para los historiadores, como es el anacronismo: ¿Qué opinaría Alberdi sobre Milei? Sin duda alguna, lo tildaría de caudillo. 

Creo que es tiempo de que los liberales hagamos una declaración conjunta de rechazo a las formas no democráticas de gobierno; estamos pues en una encrucijada para definirnos, y al parecer estamos viendo que la libertad está siendo desplazada por supremas directrices de conducta otorgado por “Dios” o por la naturaleza.

Tras este manifiesto, se expresarán voces en contra, como es de esperarse; se harán conocer los calificativos como “liberprogre”, relativista, igualitarista, tibio, caviar, entre otros más peyorativos… Pero el liberalismo no es una corriente de ideas que se quedó estancado en el siglo XVIII, sino que está viva y ha intentado resolver los problemas que han enfrentado generación tras generación. No comparto que el liberalismo sea únicamente lo que es en la práctica, como postularía Edmund Fawcett, sino que consustancialmente lo es el fundamento teórico, porque en las ideas reside la esencia del mismo; si no existen definiciones claras, no sabríamos contra qué estamos combatiendo en el mundo de las ideas. El liberalismo es padre del libertarianismo y el anarcocapitalismo, pero son hijos declarados indignos por haber rechazado las formas democráticas.

Finalizando este artículo, hemos de llevar las ideas a la práctica, por lo que, si ambas formas no democráticas no creen en la democracia, deberían ser separadas del juego democrático. No me refiero a que no sean discutidas ni tampoco que sean censuradas sino a que no ostenten el poder que tanto recriminan. Los liberales defendemos al individuo del estado, y proponemos límites al mismo para evitar los abusos, más no su desaparición; la línea aceptada por antonomasia es pensar que existen tipos de liberales, en los que están las diversas ramas, sin embargo, hemos de cumplir con las reglas de diferenciación si las bases de liberalismo primigenio que abogaban por un límite al estado pero no su depuración, entonces un libertario no es liberal porque no cumple con las formas democráticas, es lo mismo decir que un socialdemócrata no es un socialista ni un comunista, ni un anarcosindicalista.

Abogando a la pragmática, la realidad nos obliga a unirnos; somos minoría, es un hecho. No obstante, no podemos contemplar la violencia, por lo que nosotros como liberales seguiremos luchando por la libertad como unidad; ello no nos exime de apoyar iniciativas en pro de la libertad económica, pero siempre denunciando la intolerancia que guardan estos grupos.

La Libertad Avanza parece ser un frente de libertad económica, de espectro conservador en lo moral, ha juntado conservadores y solo un liberal Alberto Benegas Lynch hijo, especulo que habrá analizado la situación crítica de Argentina , la hiperinflación los constantes defaults, entre otros como la pobreza y la inestabilidad política, Alberto es un hombre de su tiempo, no obstante es un desatino creer que Milei es un heredero de Alberdi, por dios, un jurista y economista de gran calibre del siglo XIX a la par de Sarmiento, comparado con un chauvinista libertario ANCAP, sin base moral o con una mística. 

En fin, Javier Milei y su partido tienen una gran responsabilidad en cuanto al movimiento liberal en Hispanoamérica, por el hecho de que ─a pesar de que no representa a los liberales, sino únicamente a los conservadores que no les gusta pagar impuestos─ el común de la gente acostumbra a meter en el mismo saco a los no izquierda y a la no derecha. Es por eso que, si las reformas que vaya a realizar no dan fruto, embarrará con su fracaso a todo los movimientos prolibertad de la región y retrasará la lucha por la libertad en nuestros países. No estamos unidos, estamos encadenados de nuevo por las cadenas del atraso que son innatas del conservadurismo.

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