Enfrentar esta cruda realidad es incluso inimaginable, los jóvenes y adultos de estos tiempos, no están dispuestos a rechazar este tipo de “ayudas sociales” y muchos menos, son capaces de ver la realidad claramente. Si realizamos un estudio “bíblico-económico”, podríamos ver un claro ejemplo de las (inconsistentes y poco sustentables) políticas que se manejan en nuestro país.
Cada partido político, los más notorios en la actualidad, los del MAS o los del MENOS, a los que CREEMOS y a los que NO CREEMOS, están plagados de vendedores de sueños. Pero no queremos pintar tus ojos querido lector, ni de verde ni de azul, sino del color de la realidad. Queremos habilitar un espejo del pasado económico, calificado como el ESTADO DE BIENESTAR, un Estado dirigido a ilusionar a los niños y jóvenes, aquellos sectores vulnerables del presente y del futuro.
¡Gastar!, es popular entre los políticos, porque con ello compran votos a corto plazo, con consecuencias aterradoras para el futuro. Cualquier tipo de gobierno que promete demasiados beneficios, cuando se le termina el dinero recaudado para cumplir sus promesas, se endeuda con instituciones u organismos internacionales. Pero en la peor situación, comienzan a robar. ¿Acaso los impuestos no son un robo?, y ¿Con qué objetivo? supuestamente, para dar de comer a otros.
Lo que lleva poco a poco, a despertar el monstruo de las personas, el cual ya no trata de un tema económico y/o político sino cultural, porque sin darse cuenta, comienzan a pelear por subsidios y/o bonos. Tienen en la mente de que, si no lo aprovechan, otros lo harán por ellos, hasta que todos esos beneficios se vuelven poco sustentables. Es allí dónde se cimienta la crisis financiera y los endeudamientos eternos.
Sin darnos cuenta, la responsabilidad individual, la independencia del individuo, ha comenzado a ser transferida al Estado. Que cruda realidad es saber que los bolivianos no puedan renunciar a estos “beneficios” y estemos atados a la subsistencia de tan pésima calidad de educación, salud y justicia.