Voto obligatorio, voto voluntario y Democracia directa

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La participación activa es un elemento fundamental de las sociedades democráticas modernas, tanto para legitimarlas como para equilibrar los intereses de todos los grupos sociales. Sin embargo, existen motivos que podrían imposibilitar dicha participación. ¿Cuales son estos motivos? ¿cuáles son los fundamentos de la obligatoriedad del voto y que efectos produce? ¿es preferible el voto voluntario?



Dentro de una sociedad democrática con millones de ciudadanos, entendiendo que estos actúan de un modo racional autointeresado, resulta irracional que estos concurran a votar sabiendo que su incidencia en el resultado final será ínfima. Así los costos de participación (el traslado, hacer colas, informarse acerca de los candidatos y sus propuestas) resultan muchísimo más elevado respecto a la recompensa recibida. Si a estos puntos le agregamos una dinámica donde ciertos grupos por razones socioeconómicas se abstengan de votar, tenemos por resultado una democracia poco participativa.

Podemos hacer una clara comparación entre las democracias de Argentina y los Estados Unidos, donde la primera tiene un promedio de participación del 80% mientras que el país del norte ronda entre un 50% y 55%.

¿Qué efectos genera la obligatoriedad del voto? en primer lugar y de forma obvia, una alta participación por parte de la ciudadanía y de la totalidad de los grupos sociales. Y si bien la multa frente al incumplimiento ni es elevada ni, en la mayoría de los casos, llega a aplicarse, esto logra de forma suficiente que la población cumpla con este mandato logrando con el tiempo una suerte de norma social.

Sin embargo, la existencia de esta “obligación base” no ha generado en la población una verdadera cultura democrática, más allá de la fascinación por dicho sistema. No hay una cultura del debate entre las personas, no hay una previa investigación frente a las elecciones. Si existe una fuerte polarización dentro de la población y ,en términos weberianos, una acción social tradicional para la elección de los partidos.

Si bien la normativa es exitosa para garantizar la participación, hay un fracaso en la formación cívica de la ciudadanía.

Otra posibilidad es la elección de un sistema democratico con voto voluntario, aunque este tampoco garantiza la calidad del voto ni la ausencia del populismo.

¿Cómo resolver este problema?

Quiza la solucion no se halle en voto voluntario frente al voto obligatorio, si no en la esencia de la democracia delegativa frente a la directa. Teniendo en cuenta las ideas de Milton Firedman y las famosas cuatro formas de gastar dinero, podríamos llegar a pensar que una forma de gobierno municipal con participación directa producirá buenos resultados. Algo así como las comunas Suizas.

Claro está que la costumbre y las normas sociales juegan un papel fundamental para el éxito de las sociedades. Pero me arriesgo a pensar que este tipo de democracias puede servir para el desarrollo de estas normas sociales cooperativas. Al menos, es una idea interesante para explorar.


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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