Hoy les quiero hablar sobre un tema muy importante para la actualidad de nuestro país, las tomas de tierras y el apoyo del gobierno a estos. Este tema viene apareciendo y reapareciendo constantemente a lo largo del primer año de Alberto y Cristina Fernández. Como les adelanté, hoy intentaré responderles si esta decisión de apoyar a tomadores de tierras es algo ilógico, es algo espontáneo o por el contrario es otra genial estrategia del oficialismo para avanzar por una agenda más profunda.
Primero, hay que recordar el que probablemente haya sido el mayor error de la oposición macrista durante sus cuatro años en el poder, el subestimar a los kirchneristas. Error que este partido parecía obstinado a seguir cometiendo. Teniendo esto en mente es necesario no caer en vanos y superficiales argumentos, simplemente por quedar protegido de una más oscura verdad. Quien esté dispuesto a ver la verdad por más oscura que esta sea tiene una chance de cambiarla en el futuro, por otro lado, quien la niega ofuscado en mantener su ceguera no tendrá chance alguno. Por esto no sorprende el resultado de la oposición hasta ahora.
Pensando sobre las tomas de tierras y siguiendo el principio que mencione antes, llegue a la siguiente pregunta. Suponiendo que el kirchnerismo es la banda delictiva más hábil e inteligente del país, ¿qué razón podría estar motivando este aparentemente ilógico apoyo a la toma de terrenos?
Se puede responder con otra pregunta. ¿Cuál es la fuerza política del oficialismo? ¿Por qué gana y por qué es votado? La respuesta es porque hacen populismo y compran votos de una u otra forma.
Otra pregunta muy importante. ¿Cómo comprar votos cuando no se tiene el dinero para hacerlo? La respuesta es en especie, no es nuevo en nuestro país el reparto de “premios” y “beneficios” por votar a un partido o candidato determinado, ya sea que se pague con changas, trabajos estatales, comida o con tierras. El sistema es fundamentalmente el mismo, dar a las personas razones prácticas para que en una primera instancia lo voten y luego hacer a esta dependiente del político para seguir recibiendo ese beneficio dado en un principio. Así asegurándose un voto a largo plazo y no solo a corto plazo.
Dependencia, esta palabra es muy importante. El dinero se acaba, las changas terminan y el alimento se consume, con estas la dependencia es factible a desaparecer. Pero, diferente ocurre con la tierra, que no es pasajera y mientras no haya documentos legales que lo aten a uno a ese terreno uno puede ser extorsionado constantemente y amenazado con ser desalojado si no hace como quien tiene el poder lo ordena.
El oficialismo no ha cambiado de estrategias o ha reinventado la rueda, sino que haciendo uso del ingenio para los sucios negocios y la corrupción política a la que nos tiene acostumbrados a sabido aplicar sus estrategias de siempre a un nuevo escenario. En el que no tiene los recursos necesarios para hacer populismo con otras especies de costo/oportunidad político menor el oficialismo no se está alejando de sus costumbres o raíces políticas, sino que está actuando de acuerdo a principios populistas que son después de todo la razón de su poder.
Hemos visto en los días anteriores que algunas de las tomas de tierras que obtuvieron más cobertura de los medios fueron desalojadas mientras que la justicia y la política decidieron actuar acorde a derecho. Esto viene de acorde con la hipótesis propuesta en el presente trabajo y muestra que al igual que ocurrió con vicentin, el oficialismo da marcha atrás cuando el costo político es mayor al beneficio político. Este es, como dije antes, el valor fundamental del kirchnerismo.
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