Hay muy poco margen para aumentar impuestos, el Gobierno trabaja en una reforma tributaria que planea enviar al Congreso de manera conjunta con el proyecto de Presupuesto 2021, con la intención de hacer más progresivo el esquema.
Evalúa dos cambios clave en el impuesto a las Ganancias:
- Aumentar la alícuota que pagan las personas físicas en la escala más alta, y llevarla de 35% al 41%.
- Eliminar algunos incentivos que poseen las empresas que reinvierten.
Se trabaja en definir éstos aspectos, proyecto que aún falta que obtengan el visto bueno desde el punto de vista político, pero se da en momentos en que se necesita mostrar prudencia fiscal e ir hacia un esquema de equilibrio, por el acuerdo que se empieza a negociar con el FMI.
El impuesto a las ganancias, tanto el que pagan las personas cómo las empresas, es una de las principales fuente de ingresos para el Estado: con un 22% del total de la recaudación tributaria, implica casi un cuarto de los ingresos.
El resultado final dependerá de si el incremento en la alícuota hasta el 41% que se haría a ciertos sectores se termina dando con una reducción a lo que pagan los ingresos medios.
Si bien hay algunos países que tienen alícuotas que llegan al 50%, no existe la presión tributaria que hay en la Argentina; no tienen IVA tan altos o impuestos al consumo. Además, si consideramos que la inflación es un impuesto, aumenta aún más la presión fiscal.
La economía se ve muy dañada por la falta de producción e incentivos, no parece muy oportuno el aumento de impuestos, más allá de que se necesiten ingresos. Y por sobre toda las cosas el no querer bajar el gasto y salir del déficit fiscal público, madre de todas las crisis.
El sector privado no da más de impuestos, tarifazos y regulaciones asi que no le podés pedir mayor esfuerzo para bajar el déficit. Y si no bajás el gasto público, el dólar hará el trabajo sucio.
La economía Argentina, luego de la caída de su PBI y ser unos de los países que menor a crecido en los últimos 40 años, nos demuestra que el pobre liderazgo político también influye. Las malas políticas públicas, la pérdida de credibilidad y la falta de prudencia en el ministerio de economía han llevado al país en una nueva crisis, al borde del quiebre institucional y social.
Aún se desconoce los intereses por los que se maneja el gobierno, tanto interno como el externo, llámese China, Rusia. La Argentina no encuentra su rumbo, el nuevo fracaso socialista lleva a mostrar una de sus peores caras.
La reforma tributaria demuestra ser otra de las tantas herramientas fracasadas por los gobiernos que quieren controlar absolutamente todo, una vez más, políticas que no funcionan y otra vez ciudadanos siendo esclavos del sistema que no demuestra tener ningún tipo de control.
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