Reflexiones sociológicas en torno a “La ruta del arroz” [Segunda Parte]

En el presente ensayo cavilo acerca de la apelación a la identidad costarricense como legitimación de una u otra postura en el marco de La ruta del arroz, así como su papel en la construcción (y validación) del nosotros político. No está en mi interés determinar si dichas medidas son necesarias, “justas”, mejorables o efectivas. [Por temas de extensión el ensayo se dividió en dos partes, véase la primera antes de continuar].

LA OPOSICIÓN

Por su parte, la caracterización que efectúa la oposición descansa en dos columnas: la primera, una identificación del grueso del cuerpo social con los (pequeños) productores que defiende lo nacional y, por el otro lado; una incisiva caracterización del objeto de desagrado (importadores/grandes productores).

Basta con observar el título que Molina (2023) le da a su artículo: “Ruta del Arroz le aseguró contratos estatales por ₡8.320 millones a cuatro industrias a costa de productores”. Por su parte, Wendy Vargas, presidenta de la Asociación Nacional de Productores de Arroz, aseguraba que «la Ruta del Arroz a quienes beneficia es a los importadores y a los grandes arroceros, mientras que los micro, pequeño y medianos pierden sus empleos» (Molina, 2023). 

Se deja entrever constantemente una “confabulación” entre poder económico y político, complicidad en pos del deterioro de los “pequeños productores”. De hecho, el diputado Jonathan Acuña, del Frente Amplio dijo: «Esto da cuenta de la verdadera cara del gobierno de Rodrigo Chaves. El gobierno de Rodrigo Chaves no hizo una ruta del arroz, hizo una ruta para los importadores del arroz» (Rivero, 2024), al mismo tiempo que se cuestionan los vínculos del gobierno con ciertos grupos:

«Representantes de varias de las industrias de Aninsa, elegidos por la Junta Directiva de Conarroz, estarían representados en la mesa técnica del Gobierno en la que se discutirán soluciones para las personas productoras afectadas. (…) un grupo de 25 productores declararon desconfianza ante su representación a mediados de marzo en una reunión que Conarroz sostuvo con el Gobierno por su ligamen a las industrias. (Molina, 2023).

El nacionalismo económico –que solo puede ser una forma de estatismo– presenta el no-pago de impuestos (sea cual sea la razón) como un agravio que le resta al Todo, es decir, a Costa Rica. Dice Molina (2023): «Aunque principalmente las de esta asociación [Aninsa] se beneficiaron con los nuevos contratos del PAI, todas las industrias en conjunto se beneficiaron con dejar de pagar millones de dólares en impuestos» y que, como añade Rivero (2024), «hubieran podido utilizarse para financiar ministerios completos o para evitar recortes en educación para el próximo año».

Por otro lado, adelanto que, en la estructura social contemporánea, es básicamente imposible el identificarse con el sector agro; la mayoría de personas están muy distantes de dicha realidad. Es un intento fútil que describe a un costarricense de otra época; cuando el campesinado y la producción agro (en sentido lato), así como la vida rural, ocupaba la gran parte de la experiencia costarricense.

Profundizaría con más citas textuales, sin embargo, por extensión prefiero abordar algo más interesante; las caricaturas del Semanario Universidad. En la que encabeza el artículo de Molina (2023) podemos ver varias cosas: a) el escenario es una zona de cultivo (por el contexto se asume que de arroz); b) una máquina cosechadora de arroz que porta la leyenda La ruta del arroz está “devorando” o aplastando a los productores y/o trabajadores agrícolas nacionales; c) estos últimos son representados como “hombres pequeños” dando a entender que su poder es ínfimo; d) al volante va Rodrigo Chaves, que conduce la destrucción de la industria arrocera nacional y, finalmente; e) lo acompañan cuatro varones quienes representan a los importadores, son tipificados como hombres de negocios (por eso visten de traje), cada uno lleva sobre sí un silo para almacenar el grano, al mismo tiempo devoran enormes platos de arroz como dando a entender que gracias a dichas medidas han acaparado el arroz de Costa Rica, de ahí que se les dibuje extremadamente obesos y, como cereza al pastel, dos de ellos le hablan al oído al presidente lo que sugiere que son estos (los importadores) quienes “le marcan el camino”.

Otro ejemplo, en Molina (2024), podemos ver: a) en primer plano una mujer con el ceño fruncido porque el precio del arroz se mantiene igual; b) un escenario desolado, cual desierto, lo que expresa que la tierra ya no produce nada; c) los importadores celebrando con su enriquecimiento, de nuevo, son representados como un hombre obeso; d) las arcas del estado totalmente vacías dado a que se redujeron los aranceles y; e) el productor nacional ha devenido en un “palo seco” dando a entender lo mal que a sentado La ruta del arroz a este sector, no deja de ser sugestivo que el productor ande un sombrero que asemeja un chonete.

Tercer ejemplo, en Rivero (2024) podemos ver lo siguiente: a) un letrero tacha la leyenda “Ruta del arroz” y en su lugar versa “ruta de los importadores”; b) una olla arrocera monstruosa y de aspecto bovino devora a dos pequeños campesinos, mientras que los otros, tambien pequeños se refugian en una caja que dice “producción nacional” y “soberanía alimentaria”, con ellos abundan las banderas de Costa Rica y muchos de ellos llevan el característico chonete; c) el importador “ordeña” a la arrocera que de sus “ubres” da dinero; d) el importador es nuevamente representado como un hombre obeso, es de gran tamaño (de acuerdo con su poder), tiene un diente de oro, y curiosamente lleva un sombrero de copa que, si bien luce tan desfasado en el tiempo como fuera de lugar en nuestra cultura, rememora al señor Monopoly; e) un banco con el logotipo del Ministerio de Hacienda está para que el importador se sienta más cómodo.

APUNTES FINALES

Carlos Sojo (2013) en su análisis sobre los “fundamentos culturales de la desigualdad” señala que estos se distinguen  porque se relacionan con visiones del mundo centradas en la definición del nosotros y en la forma en que procesamos las diferencias con los demás» (p. 152). Entonces, sucede que las políticas públicas, ya sea en su configuración o aplicación, tienen un fuerte raigambre en la respectiva concepción del nosotros, concepción que fundamenta el procesamiento de las diferencias con los otros y el análisis de las desigualdades (objetivas o no) como inequidades.

Así, se entiende que el lado que promueve la Ruta del arroz apele a una construcción del nosotros de la cual el productor nacional no forma parte (pues ha sido privilegiado), por otro lado, los opositores construyen un nosotros del que los productores nacionales de arroz si forman parte, es más, somos “Uno” mismo, entonces, el discurso presenta la defensa de los intereses de la producción nacional de arroz como los de todo el país menos el importador –que es es más “fuerte” en la lógica del mercado– y, por consecuencia, su interés individual (interpretado como codicia) debilita la “soberanía alimentaria” del país.

Como bien señala Sojo: «la estructura argumentativa de la sociedad aparece como una realidad autoreferenciada que reacciona ante estímulos externos. (…) y en esto no importa tanto la historia de vida como el sentido de pertenencia» (2013, p. 152). Así, los productores y los importadores son presentados, según la perspectiva, como poderosos y coludidos con el Estado para beneficio propio (a costa del pueblo). La verdadera disyuntiva, entonces, no radica en si el arroz es más barato o caro, sino en la construcción del “nosotros” que cada grupo defiende y en cómo esta construcción guía la percepción de justicia y equidad en las políticas públicas.

De este modo, la discusión ética sobre la restricción de importaciones se ve suplantada por lo que se percibe como beneficioso para el “nosotros” particular de cada bando. La justicia, en este sentido, termina definida por lo que favorece a ese “nosotros” y no por una consideración objetiva de equidad.

REFERENCIAS

Molina, L. (19 de abril de 2023). Ruta del Arroz le aseguró contratos estatales por ₡8.320 millones a cuatro industrias a costa de productores. Semanario Universidad. https://semanariouniversidad.com/pais/ruta-del-arroz-le-aseguro-contratos-estatales-por-%E2%82%A18-320-millones-a-cuatro-industrias-a-costa-de-productores/

Molina, L. (06 de marzo de 2024). Ruta del Arroz libró a importadores de pagar ₡20 mil millones al fisco y quebró a 331 productores. Semanario Universidad. https://semanariouniversidad.com/pais/ruta-del-arroz-libro-a-importadores-de-pagar-%E2%82%A120-mil-millones-al-fisco-y-quebro-a-331-productores/

Rivero, A. (18 de septiembre de 2024). ₡27.000 millones dejados de percibir por Ruta del Arroz alcanzarían para financiar 13 instituciones en 2024. Semanario Universidad. https://semanariouniversidad.com/pais/%E2%82%A127-000-millones-dejados-de-percibir-por-ruta-del-arroz-alcanzarian-para-financiar-13-instituciones-en-2024/Sojo, C. (2013). Igualiticos: La construcción social de la desigualdad en Costa Rica. San José: EUNED.

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