Todo régimen totalitario busca culpabilizar a otros de los problemas que ha causado, ejemplo observable el dictador de Corea del Norte, que impone una verdad absoluta en base a su criterio basado en el engaño para victimizarse, chantajear y manipular. A través de la narrativa todo régimen totalitario busca demonizar a sus opositores y adversarios naturales; algo que el régimen venezolano ha hecho desde hace más de 20 años, difundiendo falsos conceptos y mentiras en materia económica, el régimen intenta imponer su narrativa culpando a los comerciantes, emprendedores y dueños de empresas privadas, a otros países o al más común chivo expiatorio de cualquier gobierno de izquierda cuando sus políticas fracasan, Estados Unidos y su supuesto bloqueo imperialista, queriendo dominar la mente de las personas e imponer sus ideas, cuando, el vendedor de empanadas entiende que la inflación es causada por las malas decisiones del régimen de Nicolás Maduro.
Por esto no es de extrañar que en el mes de agosto se hubiera popularizado la falsa afirmación de que una página de redes sociales era la responsable de la inflación y la devaluación del bolívar soberano ante el dólar americano y que la solución era eliminarla. Es necesario arrojar luz y enseñar las verdades económicas que el régimen ha suplantado con mentira; para así identificar al culpable real de la inflación en Venezuela.
La teoría económica define la inflación como un proceso generalizado de aumento de los precios de distintos productos en distintos campos, se suele utilizar como referencia el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para calcularlo se realiza un promedio entre el aumento de precios de campos como los productos alimenticios, ropa, productos de higiene, servicios, insumos de producción, y otros tantos más que son considerados variando del país.
Según el premio Nobel de Economía Milton Friedman, “la inflación es pura y exclusivamente un fenómeno monetario”, pues, la principal causa de la inflación es el aumento de la oferta monetaria ante la estabilidad o descenso de su demanda. Lo que quiere decir que si la demanda de la economía de Bolívares para este mes es de 100 millones, y el banco central emite 300 millones, habrá 200 millones de Bolívares que nadie estaba pidiendo, lo cual va a generar inflación del 200%
Para entender esto es útil apelar al ejemplo de Robinson Crusoe: imagina que estás en una isla casi deshabitada junto a Robinson y a un nativo; quien extrae 100 cocos de las palmeras a la semana, Robinson y tu reciben de una avioneta que vuela sobre la isla cada semana 100$, 50$ para cada uno, siendo esta la oferta monetaria el precio por unidad es de 1$, cada uno puede comprar 50 cocos cada semana. Sin embargo, una semana Robinson mágicamente recibe 50$ adicionales a los de la avioneta, así que decide ir y comprar 100 cocos para así prever los cocos de dos semanas, cuando tú vas a ir a comprar resulta que ya no hay cocos, tendrás que pasar esta semana sin comer.
Para la semana siguiente, siguen extrayéndose 100 cocos, pero Robinson sigue obteniendo 100$ y tú solo 50$, debido al aumento de la oferta monetaria y la demanda de cocos, el nativo decide subir el precio de los cocos, habiendo 150$ para 100 cocos estos aumentan a 1.5$ por unidad, pero cómo Robinson tiene 100$ y tú 50$, por lo que ahora él podrá comprar 67 cocos y tú 33.
Podemos observar tres de las consecuencias más negativas; la primera, es el aumento de los precios debido al aumento de la oferta monetaria, en consecuencia la pérdida de poder adquisitivo, pues, ante un aumento general de precios, aumenta la cantidad de dinero necesitada para acceder por ejemplo; a un coco, habiendo 100 y un aumento de la oferta monetaria del 50%, si antes el precio por unidad era de 1$ ahora es de 1.5$.
La segunda es la escasez momentánea, pues quienes primero reciben el dinero ante una expansión de la oferta monetaria suelen adelantarse al futuro aumento de precios y terminan comprando más de lo habitual, cabe resaltar, que normalmente quienes se benefician de esta manera son los políticos y personas con amigos en el poder.
Con el ejemplo de los cocos podemos ver que es precisamente a los pobres a quienes más afecta de forma negativa un aumento de la oferta monetaria. Y es aquí el tercer problema: los ciudadanos en general se vuelven más pobres por causa de la intervención estatal en temas monetarios, pues, como vimos en el ejemplo, de ahora en adelante quien tenga 50 unidades monetarias podrá comprar 33 cocos, cuando antes compraba 50; de esta manera se ve una redistribución de la riqueza para aquellos que reciben el dinero primero, que como ya dije, son los mismo políticos en el poder o sus allegados.
Una clara ilustración de que precisamente es el aumento de la oferta monetaria lo que causa el aumento de precios, es lo que sucedía en el siglo XVI en España cuando llegaban los cargamentos de oro y plata extraídos en América, pues, contrario a lo que la gente esperaba, los precios aumentaban con cada cargamento de oro y plata que llegaba. Un sacerdote español perteneciente a la Escuela de Salamanca, llamado Martín de Azpilcueta(1492-1586) se dedicó a estudiar el fenómeno, y publicó en el año 1556 su obra “Comentario Resolutorio de Cambios”, en donde explica que “El dinero vale más donde y cuando hay falta de él, que donde y cuando hay abundancia” también dijo “La abundancia de dinero genera inflación en los precios, hecho que repercute de manera muy negativa en la sociedad”.
Esto atiende a las principales leyes del mercado que dictan que:
Cuando la oferta de un bien o servicio es mayor a su demanda el precio de dicho bien o servicio desciende.
Cuando la demanda de un bien o servicio es mayor a su oferta el precio de dicho bien o servicio aumenta.
Siendo el dinero un producto usado como medio de intercambio, está atado a las leyes del mercado, el incremento de su demanda ante poca oferta se conoce como deflación, y el aumento de la oferta de dinero ante su poca demanda es lo que la inflación realmente es; la tendencia general al aumento de precios es consecuencia de esto.
Teniendo en cuenta lo anterior, creo que no debe ser muy difícil deducir quién es el verdadero culpable de la inflación, este es el Banco Central de Venezuela, pues es el encargado de emitir moneda y así aumentar la oferta monetaria, para lo cual no se basan en las necesidades reales del mercado ni en la capacidad de la economía de recibir un incremento de masa monetaria; sino que la emite acorde a las necesidades del ejecutivo, pues la falta de institucionalidad en el país trae como consecuencia la manipulación del Banco Central por parte del poder ejecutivo para el avance de su agenda política.
Sólo como ejemplo reciente, del 5 de enero al 5 de agosto del año en curso el Banco Central emitió el 115% (Datos de la página oficial del B.C.V, en la sección liquidez monetaria de estadística) del dinero en circulación, para pagar los bonos vacacionales, bonos otorgados a través del sistema patria, salarios y ayudas sociales, pues el Producto Interno Bruto no era suficiente para pagar estas supuestas dádivas. Esta inyección de dinero inorgánico (no respaldado por un crecimiento económico o de la demanda monetaria) causó el desplome del valor del bolívar ante el dólar en agosto.
Con el proceso de expropiaciones que realizó Hugo Chávez, la fuerte carga tributaria, el control de precios del 2016, las fuertes tasas de aranceles a la importación, se creó el ambiente perfecto para un país sin ingresos suficientes para financiar el papel fundamental real del estado, sin recaudación fiscal, sin empresas, sin producción, sin fuentes de empleo; la mayor crisis en la historia venezolana.
Aquí entró el gobierno para mostrarse como el “salvador” a la crisis, lo hizo a través de las misiones sociales, que venían cómo “solución”, estas misiones sólo representaron un gran gasto público que no retornaba a las arcas del estado, gasto financiado a través de la emisión de dinero inorgánico (que era posible gracias a la manipulación del ejecutivo en el Banco Central y a la total ausencia de autonomía de éste último), esto obviamente generaba inflación, en consecuencia aumento de precios, a lo que el gobierno respondía con los bonos del sistema patria o con aumentos de sueldo, que se financiaban (otra vez) con la emisión de dinero inorgánico, dando comienzo así a una espiral inflacionaria, la hiperinflación más grande en la historia de la humanidad y la profundización de la mayor crisis económica de la región.
El régimen totalitario venezolano utiliza la inflación como una herramienta de dominación y control social, pues, al generar el problema, responsabilizar a otro y luego venderse ellos mismos como el “salvador del pueblo contra las embestidas imperialistas” a través de los antes mencionados sistemas de supuesta ayuda crean una dependencia del ciudadano hacía ellos, acorralando al ciudadano a tener que militar en el partido de gobierno, a formar parte de distintas actividades de la agenda política oficialista para luego amenazarlos con retirarles toda ayuda si no cooperan con el régimen o si se atreven a expresar su descontento en público y ni se diga de aquellos que deciden hacer pública su militancia o simpatía con organizaciones de ideas o acciones opuestas al régimen. De esta forma se utiliza el miedo, el chantaje y la manipulación para evitar cualquier crítica o alzamiento, para perpetuarse más en el poder y vender ante la comunidad internacional el supuesto consentimiento de los ciudadanos hacía el gobierno.
Al ser la inflación el principal detonante para la profundización de la crisis tanto económica como todas aquellas que arrastra, es una gran oportunidad del régimen para seguir adelante con su agenda totalitaria, para seguir vendiendo que son el supuesto salvador y para seguir subyugando a la ciudadanía honesta, a profundizar la crisis y a demonizar a quien se oponga a sus planes e ideas, ya que, con un buen manejo de narrativa y bombardeo psicológico, ¿Qué persona incauta, engañada por los falsos conceptos que el régimen ha difundido, no vería como un vil chacal neoliberal a quien se oponga a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción que son una “ayuda” a las personas más necesitadas ? ¿O al sistema patria que otorga “ayuda monetaria” a sectores desfavorecidos de la población? De esta forma, los populistas y socialistas que en el fondo quieren ser reyes ganan fama y quienes se les oponen pierden popularidad, siendo parte esencial de su proyecto de dominación.
La hiperinflación pareció detener su tendencia al alza el año pasado cuando el régimen de Nicolás Maduro (el verdadero causante) abandonó parte de sus proyectos colectivistas, con la reducción del gasto público, la dolarización de la economía, y la eliminación del control cambiario, aún así, sucesos como el mencionado párrafos atrás en agosto cuando el bolívar se desplomó, nos hace recordar que Venezuela no se arregló, seguimos teniendo inflación de 2 dígitos (11% en Septiembre según el Observatorio Venezolano de Finanzas, 60% de inflación acumulada en lo que va de año según datosmacro.expansión.com), un ambiente hostil a la iniciativa privada y con fuerte carga tributaria. Si hay algún culpable de la inflación en Venezuela, es el Banco Central totalmente servil al ejecutivo, el modelo socialista, y las erróneas políticas económicas y fiscales del régimen chavista, quien la necesita para seguir subyugando a la sociedad y seguir en el poder.
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