El papel de la polis en el pensamiento de Aristóteles

Publicado en

Por: Fabricio Doldán

País: Argentina

La obra de Aristóteles debe ser entendida como una tentativa, un intento, una pretensión de detener la decadencia de la Ciudad griega, su objetivo es salvar a la polis. Al decir salvar refiero a conservar, es decir, conseguir la estabilidad de esta. Para ello, tras caracterizar a las diferentes formas de gobierno, de constitución, el estagirita propone su concepción de Estado ideal, de la mejor Politeia, la mejor polis. Cabe aclarar que, a diferencia de Platón, Aristóteles construye este ideal conforme a las posibilidades reales de concreción del mismo, es decir, no planeaba una utopía alejada de la realidad, sino “en los límites de lo posible” (García Gual, “La Grecia Antigua”, en Vallespin, 1990, p. 163). También aquí tienen su lugar las circunstancias precisas y reales de la polis: “La polis mejor ´según las circunstancias´ es la mejor posible, es decir, la mejor dadas las circunstancias en las que es necesario construirla.” (Dri, “Filosofía política aristotélica, en Boron, 1999, p. 74).  Pero primero, para entender al todo, entendamos a las partes: los hombres, y, más precisamente, los ciudadanos. 

El hombre aristotélico es concebido como un animal político y es distinguido de los demás animales por su pertenencia a una polis y tener logos (razón) (Dri, en Boron, 1999; Touchard, 1974). La polis es, por naturaleza, anterior a los hombres ciudadanos, ya que, para Aristóteles, el todo es siempre necesariamente anterior a la parte. El hombre así está destinado a la vida ciudadana, siendo su ser cívico el objetivo natural de su existencia. Vale decir que esta anterioridad no radica en una cuestión temporal, sino que hablamos de naturaleza o de esencia. Esta naturaleza es la que confirma que el hombre no es autosuficiente; el hombre separado no puede bastarse a sí mismo, y, por lo tanto, busca entrar en relación con los demás, llegando al todo. Hombre tal que no pueda vivir en comunidad, o es autosuficiente, es una bestia o un dios. En otras palabras, el hombre fuera de la polis pierde el estatuto de ser, ya que pierde su autosuficiencia; “deja de ser sustancia para convertirse en accidente” (Dri, en Boron, 1999; p. 73); fuera de la polis solo pueden vivir seres autosuficientes, sea un dios o una bestia. Como sucede en Platón, Aristóteles relaciona ética y política al afirmar que el fin de la vida humana, de naturaleza política, se realiza en la sociedad, y la forma más acabada de sociedad es la polis. Lo perfecto sólo se puede encontrar en la polis, en el marco cívico. Es aquí donde cobran importancia las leyes. Estas sirven al desarrollo de la vida feliz, meta del hombre. Al hablar de ciudadano, nuestro autor refiere a todo aquel capaz de desempeñar un cargo en político y de obedecer a la autoridad. Es de esta forma que quedan excluidos aquellos que, aun siendo hombres libres, no tienen el tiempo o la capacidad para cumplir función pública alguna o no aceptasen el juego constitucional. 

Pasaré ahora sí a analizar la polis. Esta es concebida como un fruto de la civilización, siendo el ultimo estadio, el término, del desarrollo de las asociaciones humanas. Recordemos que estos son la casa, la aldea y la ciudad. La polis es la comunidad suprema, ya que comprende todas las demás y es constituida en vista del bien supremo. Los lazos que posibilitan ese bien supremo y la vida en común están regidos por la amistad. La polis, a diferencia de los hombres, es autosuficiente y surgió a causa de las necesidades de la vida. Al decir que es autosuficiente quiero decir que la polis se autobasta, es decir, no depende otro para satisfacer sus necesidades. La polis existe por naturaleza, ya que es la comunidad primera, en términos de esencia, no temporalidad. Recordemos que el todo, la ciudad, es anterior esencialmente a las partes, los hombres. La polis existe por naturaleza, que es la esencia; no existe de forma accidental, sino esencial (Dri, en Boron, 1999). Aristóteles identifica las diferentes partes de la polis, que son las siguientes: los estamentos enumerados son los siguientes: campesinos, artesanos, comerciantes, jornaleros, militares, ricos y funcionarios públicos. 

Con el objetivo de establecer una polis ideal, pero ideal conforme a las realidades y posibilidades concretas, no en términos utópicos, el estagirita ejerce un estudio de los regímenes políticos existentes, a fin de establecer cuál es la mejor forma de gobierno. Entendamos que el análisis de las diferentes formas de gobierno es una mera construcción teórica que no tiene como base y fundamento a las realidades empíricas. Además, parte de la premisa de que, como bien formula en la Metafísica, “La expresión ‘algo que es’ se dice en muchos sentidos” (Aristóteles, trad. en 1994, p. 162), por lo tanto, no existe una única polis ideal a la que deban todas intentar asemejarse: “las polis en general son mezclas” (Dri, en Boron, 1999, p. 77). En consecuencia, el legislador debe conocer bien de qué polis se trata, de qué Constitución y en qué condiciones se encuentra en ese momento en particular. Cabe hace la aclaración de que la Ciudad es la Constitución (Touchard, 1974). Esta última es la que crea al Estado, consideración tal que permite identificar que, si la Constitución cambia, es preciso interrogarse acerca de si el Estado también cambió. 

Aristóteles identifica tres formas de gobierno según el número de los gobernantes, y también expone otras tres formas que son entendidas como las degradaciones de las primeras tres. Cuando el interés común ejerce el poder (ya sea a partir de un soberano único, una minoría o una multitud) se trata de una forma recta de gobierno. Cuando una minoría ejerce el poder atendiendo a los intereses personales, o los de una minoría, o los de la multitud, se trata entonces de una forma desviada de gobierno. Entonces: cuando el gobierno de uno solo ejerce el mando en vistas del interés común, se trata de una monarquía. La desviación de la monarquía es la tiranía. El gobierno de una minoría se denomina aristocracia, y su desviación se llama oligarquía. Cuando la mayoría gobierna en bien del interés público, el gobierno recibe el nombre de república. Su desviación es la demagogia (Aristóteles, trad. en 1994) 

Posterior a este análisis, nuestro autor plantea cuál es la mejor Constitución. Esta es la que está basada en los sectores medios. La clase media es la que

Asegura la estabilidad al Estado, permanece fiel a las leyes y desconfía de los arrebatos pasionales. No trabaja en su sólo interés, sino en el de todos los gobernados. Por consiguiente, es la clase predispuesta por excelencia para administrar los negocios públicos (Touchard, 1974, p. 47). 

La clase media está compuesta por quienes no son ni muy pobres para ser degradados ni muy ricos para ser facciosos (Sabine, 1961, p. 109). Es así que Aristóteles busca proteger al pobre de la opresión del rico y al rico de la confiscación, a partir del gobierno de la clase media en nombre de los intereses de todos. 

Esto también posee un criterio ético, ya que la vida feliz es la vida virtuosa, y la virtud consiste en un término medio, entonces, se concluye, que la vida media es la mejor, y, por lo tanto, es el sector medio el que debe gobernar con vistas a los intereses de todos. Aquí podemos notar el perfil conservador del estagirita del cual habla García Gual (en Vallespin, 1990, p. 147). En adición, la clase media es la que obedece a la razón, es en la que se da la amistad y la comunidad, la que tiene mayor estabilidad y la que está libre de sediciones y disensiones. Esto respecta al nivel social. Por el lado del nivel político, el estagirita propone mezclar oligarquía con democracia, siendo esta mezcla gobernada por los sectores medios caracterizados, creyendo así en el valor de la mayoría y rechazando los extremos. En una palabra, en su constitución mixta (García Gual, en Vallespin, 1990, p. 162) prevalece la voluntad de la mayoría, pero las funciones de gobierno las realizan los mejor capacitados. A nivel geográfico, Aristóteles demarca algunas condiciones generales que posibilitan la creación de este estado ideal: este debe ser de moderado tamaño y de reducido territorio, debe ser fácil de defender, su territorio debe ser escogido de manera tal de que todo el mundo pueda conocerse, debe tener una considerable cercanía al mar y debe posibilitar y volver sencillas las comunicaciones (Touchard, 1974). 

Referencias

Aristóteles (1994). Metafísica (Trad. T. Calvo). Gredos.

Aristóteles (1994). Política (Trad. M. García Valdés). Gredos

Dri, R. (1999). Filosofía política aristotélica. En A. Boron (Ed.), La filosofía política clásica: de la Antigüedad al Renacimiento (58-85). CLACSO/EUDEBA

García Gual, C. (1990). La Grecia Antigua. En F. Vallespin (Ed.), Historia de la teoría política, 1 (53-166). Alianza. 

Sabine, G. (1961). Historia de la Teoría Política. FCE. 

Touchard, J. (1974). Historia de las ideas políticas. Tecnos. 


Fabricio Paul Doldán es un estudiante argentino nacido en el año 2001. Actualmente se encuentra estudiando la Licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y el Profesorado de Lengua y Literatura en el Instituto Superior de Formación Docente Nº19 (ISFD19). Por otro lado, se encuentra también realizando la Diplomatura en Psicopolítica y Transhumanismo de la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Además de sus compromisos académicos, es un proactivo lector de la historia política y económica, como así también de la literatura canónica en sus diferentes períodos.

La presente publicación no corresponde necesariamente al pensamiento de Estudiantes por la libertad sino exclusivamente al autor señalado.

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