La búsqueda de trabajo forma parte del proyecto de vida, por lo que tiene un impacto en la salud mental. La búsqueda de empleo comprende varios factores que se encuentran fuera del control del individuo y que muchas veces jugarán en su contra. Y es esta experiencia de enfrentarse a circunstancias adversas la que va a generar un impacto psicológico perdurable. Entender qué aspectos personales son afectados nos permitirá mejorar la discusión y tener mejores propuestas a nivel individual e institucional.
La Sociedad de Comercio Exterior del Perú (COMEX) informa que durante el año 2023 hubo un aumento del 15% en la población que no logra encontrar empleo a pesar de encontrarse en búsqueda activa. Esto por la pérdida de empleo informal aumentando la población inactiva, una fuerza laboral que no fue absorbida por el sector formal. Los regímenes laborales actuales desincentivan la creación de puestos de trabajo y obligan a las empresas a lograr sus objetivos por otras vías como el aumento de horas extra y fusión de puestos. Esta situación fuerza a las personas a desistir de la búsqueda de empleo o mantenerse en trabajos con condiciones laborales menores a los regímenes legales.
Bajo este contexto, las personas en busca de trabajo deben afrontar varios obstáculos. Existe una cultura muy pobre en empleabilidad, siendo notoria la falta de conocimiento de las fuentes de trabajo o de procedimientos de postulación. Además, las empresas tienen dificultades para ubicar fuentes de fuerza laboral con competencias. La facilidad de un pago rápido, aunque menor, hace atractivo trabajos informales dificultando la preferencia por un mercado formal. Las personas que superan estos obstáculos ahora deberán enfrentarse a procesos largos de evaluación para conseguir un trabajo, siendo el error más común la falta de preparación para la postulación; lo que deviene en descalificaciones por causas sencillas como no saber presentarse a una entrevista. Una tendencia en los postulantes es el poco interés en el desarrollo de la profesión en comparación con la búsqueda de beneficios próximos del trabajo, reduciendo el valor del postulante como activo de la empresa. La emergencia económica de los desempleados provoca la valoración del trabajo como una forma de salvarlos de las urgencias inmediatas, en vez de ser una oportunidad de crecimiento.
La relación entre los factores de salud mental y el desempleo es estudiada por varios autores. José Estramiana, Sonia Gondim, Alicia Luque, André Luna y Marina Dessen realizan un estudio correlacional de la asociación entre el desempleo prolongado y el bienestar psicológico con una muestra internacional de España y Brasil de 420 participantes; validando la relación del desempleo como factor determinante en el deterioro psicológico. José Llosa, Sara Menéndez, Esteban Agulló y Julio Rodríguez realizan un metaanálisis sobre la incertidumbre laboral en la salud mental recopilando 53 investigaciones y estableciendo una muestra de 53405 participantes de Europa, América, Asia y África; concluyendo también en la relación entre la incertidumbre laboral con el riesgo de depresión, ansiedad y el cansancio emocional. Paul Karsten y Klaus Mopser estudiaron los efectos del desempleo sobre la salud mental, realizando un metaanálisis de 324 estudios con una muestra de 458820 participantes usualmente de países occidentales. Se determina que el 34% de personas con desempleo presentan problemas psicológicos en comparación con un 16% en personas con trabajo. También concluyen que existe relación causal entre el desempleo y la angustia. Se debe señalar que en el Perú, actualmente no hay estudios de la misma magnitud que aborden este tema.
Existen mecanismos de gestión emocional que permiten sobrevivir estas situaciones. José Manuel Tomás, Melchor Gutiérrez e Irene Fernández consideran que los factores de fortalecimiento o deterioro en la salud mental durante el desempleo son la percepción del apoyo social, la resiliencia y las estrategias de afronte. La percepción del apoyo social recibido tendrá más impacto que el apoyo en sí, el soporte familiar será mejor que el de otros grupos como amigos o instituciones. Pero en exceso se puede volver una fuente de estrés, por esto solo se debe corresponder a la necesidad específica de la persona en dificultades. La resiliencia es la capacidad de adaptarse a situaciones en condiciones desafiantes y amenazantes para el individuo, actúa como un factor protector sobre los efectos del desempleo, preserva la autoconfianza y reduce la disforia.
Para los autores, las personas resilientes también presentan un gran repertorio de estrategias de afronte. Estos son los mecanismos que desarrollan las personas para enfrentar las dificultades que limitan la búsqueda de los objetivos personales y tienen dos prioridades, resolver el problema y mitigar el estrés que lo acompaña. El afronte puede darse de dos formas, primero serían las estrategias centradas en el problema, dirigidas a intervenir en la situación estresante; en el caso del desempleo se busca la recolocación. En segundo lugar, están las estrategias centradas en la emoción, que priorizan la regulación emocional para aliviar el estrés, y buscarían evitar pensar en la situación de desempleo.
Ante el desempleo prolongado y las dificultades para recuperar el empleo anterior, es recomendable aplicar dos medidas. Ante la escasez de ofertas por fuentes de empleo clásicas como bolsas de trabajo, se debe optar por encontrar fuentes menos accesibles y ser más activo, como anuncios en redes sociales, páginas de empresas, referencias de conocidos, ferias laborales, difusión puerta a puerta, entre otros. Esta búsqueda será más efectiva si se conoce bien el mercado al que se quiere ingresar, pues permite entender los hábitos de reclutamiento en las empresas y profesiones.
Por otro lado, cuando escasea la oferta laboral a la que se está habituado; es recomendable diversificar el perfil propio. Las capacidades y entrenamiento que se desarrollaron para desempeñar un trabajo también pueden ser útiles en otros puestos e incluso áreas muy diferentes a la habitual. Esto puede significar grandes oportunidades si se logra identificar empleos donde se puedan ejercer competencias ya adquiridas. Será necesario la exploración de nuevos mercados, contactos, fuentes de información y la adquisición de competencias nuevas.
Por lo expuesto, concluimos que la población con desempleo en el Perú es un grupo que ha estado creciendo en los últimos años. Y el desempleo es un factor que influye de forma importante en la salud mental y la calidad de vida general. A pesar de ser un evento natural, una condición prolongada puede devenir en trastornos del comportamiento. Sin embargo, existen mecanismos de afrontamiento que permiten la adecuación y reducción del impacto emocional que acompaña la búsqueda prolongada de empleo. Es importante el estudio de este fenómeno, no sólo como factor económico, sino en su impacto social, salud y anímico.
Referencias:
https://www.comexperu.org.pe/upload/articles/reportes/reporte-laboral-009.pdf
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1989-38092017000100006
https://revistas.um.es/analesps/article/view/analesps.34.2.281651
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0001879109000037