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En los años 90, el Perú se encontraba en una encrucijada económica: una hiperinflación devastadora, el colapso de instituciones públicas y una pobreza en aumento. Bajo este contexto, Carlos Boloña Behr, en su libro “Cambio de Rumbo”, expuso un conjunto de reformas que se implementaron bajo el gobierno de Alberto Fujimori. Estas reformas, alineadas con el pensamiento LIBERAL CLÁSICO, buscaban restaurar la estabilidad económica, abrir el mercado y reducir la intervención estatal. El presente artículo tiene como objetivo analizar estas reformas, sus RESULTADOS, y las transformaciones pendientes necesarias para continuar con el “milagro peruano”. Además, se compararán las propuestas de Boloña con los postulados de Hayek, Mises y Bastiat, tres referentes del LIBERALISMO ECONÓMICO.
El programa económico de Boloña se centraba en liberalizar la economía, estabilizar las finanzas públicas y reducir el tamaño del Estado. En primer lugar, la liberalización de los mercados fue clave para reactivar la economía. El proceso de privatización de empresas estatales permitió atraer INVERSIÓN EXTRANJERA, promover la competencia y mejorar la eficiencia de sectores clave, como el energético y las telecomunicaciones. Boloña creía que la COMPETENCIA era esencial para el crecimiento económico, en línea con las ideas de Friedrich Hayek, quien sostenía que un mercado libre, sin intervención estatal, es la única forma eficiente de asignar recursos. La reducción de aranceles y la apertura comercial impulsaron las exportaciones, consolidando a Perú como un país atractivo para el comercio internacional.
La estabilización macroeconómica fue otro logro significativo de las reformas de Boloña. El Perú, que sufría de hiperinflación en los años 80, logró reducir la inflación a niveles manejables gracias a políticas fiscales y monetarias estrictas. La creación de un Banco Central autónomo, que adoptó una política monetaria prudente, fue una de las reformas más importantes. Este enfoque se alinea con las ideas de Ludwig von Mises, quien en su obra “Teoría del Dinero y del Crédito” subraya la importancia de CONTROLAR LA INFLACIÓN y mantener la estabilidad de la moneda como pilar fundamental de una economía sana. El control de la inflación permitió estabilizar la moneda y recuperar la confianza de los inversionistas, lo que resultó en un aumento de la inversión extranjera directa y el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI).
En cuanto a la reducción del rol del Estado, Boloña impulsó la descentralización y disminuyó significativamente la intervención estatal en la economía. Esto se reflejó en la simplificación de la burocracia y en la reducción de regulaciones innecesarias. Boloña sostenía que el Estado debía concentrarse en regular los mercados y garantizar los derechos de propiedad, pero no en ser un actor económico predominante. Esta postura coincide con las ideas de Frédéric Bastiat, quien argumentaba que el Estado debe limitarse a proteger la libertad y la propiedad privada, dejando al mercado la tarea de CREAR RIQUEZA. La reducción del déficit fiscal y la disciplina presupuestaria fueron fundamentales para evitar una nueva crisis económica y sentar las bases de un crecimiento sostenido.
Los resultados de estas reformas fueron innegables: el Perú logró un crecimiento económico anual promedio del 6% durante gran parte de los años 90, REDUCIENDO significativamente los niveles de pobreza. Según datos del Banco Mundial, entre 1990 y 1997, la pobreza en el Perú disminuyó del 58% al 47%, y la inflación, que había alcanzado niveles de 7,000% en 1990, fue controlada y se redujo a menos del 10% hacia finales de la década. Estos avances posicionaron al Perú como un modelo de éxito económico en América Latina, conocido como el “milagro peruano”.
Sin embargo, a pesar de los logros obtenidos, Boloña reconocía en su libro que aún quedaban reformas pendientes para consolidar este éxito. Una de ellas es la reforma laboral, que sigue siendo un tema de debate en el Perú. Boloña abogaba por una MAYOR FLEXIBILIDAD en el mercado laboral para aumentar la competitividad y atraer más inversión. Sin embargo, esta reforma nunca se completó. La rigidez del mercado laboral ha sido un obstáculo para la creación de empleo formal, y muchos trabajadores aún permanecen en la informalidad. Según Hayek, un mercado laboral flexible es fundamental para el funcionamiento EFICIENTE de la economía, ya que permite a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios en la demanda y la tecnología.
Otra reforma pendiente es la del sistema judicial. Boloña señalaba la necesidad de mejorar la seguridad jurídica para garantizar que los contratos se cumplan y que los derechos de propiedad sean protegidos adecuadamente. Un sistema judicial eficiente es esencial para atraer inversión, ya que los inversores necesitan CERTEZA LEGAL. La situación judicial en el Perú ha mejorado desde los años 90, pero sigue siendo un área donde persisten problemas. Bastiat sostenía que un sistema legal justo y eficiente es la base de una sociedad libre y próspera, y que la protección de los derechos de propiedad es uno de los principales deberes del Estado.
Además, Boloña enfatizaba en la importancia de mejorar la educación como una prioridad para el desarrollo a LARGO PLAZO. La calidad educativa en el Perú aún es baja, y la brecha entre las escuelas urbanas y rurales sigue siendo un desafío. Según Mises, la educación es uno de los pilares de una sociedad liberal, ya que fomenta la autonomía y la capacidad de los individuos para tomar decisiones informadas.
En conclusión, el libro “Cambio de Rumbo” de Carlos Boloña Behr fue un plan económico crucial que permitió al Perú superar una crisis profunda y sentar las bases para su crecimiento sostenido. Las reformas aplicadas, como la liberalización del mercado, la estabilización macroeconómica y la reducción del rol del Estado, coincidían con los principios liberales de Hayek, Mises y Bastiat, y produjeron resultados muy favorables. No obstante, las reformas pendientes, como la laboral, judicial y educativa, son esenciales para continuar el MILAGRO PERUANO y consolidar el desarrollo a largo plazo. El legado de Boloña es incuestionable, y su obra sigue siendo una referencia para quienes buscan un Perú más PRÓSPERO Y LIBRE.
