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Por: José Ricardo Ureña Sanchez

País: Bolivia

Bolivia enfrenta una crisis que parece manifestar sus primeros síntomas. Según el Informe sobre la economía de Bolivia elaborado en 2023 por la Fundación Milenio, la población desconfía en la actual conducción de la economía. El persistente déficit fiscal, la escasez de dólares, el desplome de las exportaciones gasíferas y los pésimos resultados de las empresas estatales dibujan el fracaso de las políticas colectivistas y estatistas del Movimiento al Socialismo.
¿Cómo proyectar una Bolivia diferente a la caótica realidad que la amenaza actualmente? Para comenzar debemos identificar lo que nos mantiene en el estancamiento y el estudio de la mentalidad conservadora de los bolivianos puede ofrecernos algunas respuestas, al ser esta un importante freno colectivo para el reformismo liberal. Luego de sostener esta argumentación, podemos buscar evidencias de que el cambio de ideas en las sociedades renuentes a la liberalización es posible, encontrando estudios de caso como las emblemáticas reformas liberales de 1987 que permitieron a Irlanda salir del atraso económico. Así nuestras buenas intenciones de encaminar a Bolivia por el sendero de la libertad, no se convertirán en simples ensoñaciones distantes de lo real.
¿Y por qué los bolivianos mantienen esa configuración mental pasatista? Rivera (2019) en un vigoroso esfuerzo por comprender al pensamiento liberal boliviano (incluyendo a sus corrientes antagónicas), recoge las interpretaciones de la realidad nacional provenientes de autores como René Antonio Mayorga y Hugo Celso Felipe Mansilla, ambos críticos con la tradición política autoritaria y la mentalidad antiliberal imperante en la sociedad boliviana.
Inspirados en Mayorga y Mansilla, se puede identificar que los orígenes de este modo de pensar son múltiples: el verticalismo en la organización política-económica de algunas sociedades precolombinas, el catolicismo de la Contrarreforma (enemigo de la modernidad) predicado y practicado en los virreinatos americanos, el organicismo hispánico (vigente tras la independencia de Bolivia) que presupone un sistema de estamentos incompatible con la igualdad jurídica del liberalismo y la ideología nacionalista tras la Guerra del Chaco. Con la consecución de estas tradiciones es fácil explicar porque la sociedad boliviana es tan reacia a la liberalización, al encontrar en sus prácticas convencionales un refugio del dinámico mundo moderno.
¿Qué hacer para cambiar esa mentalidad perjudicial? En los últimos años han surgido grupos de jóvenes bolivianos entusiastas con la libertad que proponen dejar atrás las prácticas
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autoritarias y colectivistas arrastradas durante siglos. Estos grupos han desempeñado una maratónica carrera de difusión de autores y textos liberales, abriendo el debate sobre la realidad boliviana en varias ciudades.
Aunque crítico por la infiltración del conservadurismo en este renovado movimiento liberal, la fragmentación regionalista y la carencia de una estrategia eficiente para alcanzar relevancia electoral, Mansilla (2024) ve loable la actitud de los jóvenes para renovar a fondo la escena política del país.
Rallo (2019) nos recuerda que el liberalismo al “ser una filosofía política que parte de tradiciones de pensamiento muy distintas” es difícil que alcance un rumbo apoyado unánimemente por sus seguidores. Por eso es necesario establecer vínculos de diálogo que hagan énfasis en las ideas y valores compartidos apartando las diferencias teóricas y programáticas, con el fin de concretar la modernización del país. El liberalismo boliviano de nuestros días no debe caer en los mismos errores de los gobiernos del Partido Liberal (1899- 1920) o la democracia pactada (1985-2003), que incapaces de cambiar la mentalidad conservadora se limitaron a seguir agendas economicistas dejando acéfalas otras áreas de la acción humana.
Sobre las reformas para reimaginar la economía boliviana, Irlanda puede ser un ejemplo esperanzador para países pobres que buscan un veloz desarrollo económico. Se debe recordar que Irlanda y Bolivia compartían un pasado común en la práctica de las ideas católicas de la Contrarreforma, caracterizadas por su rechazo al mundo moderno. A principios del siglo XX, el liberalismo era visto por los irlandeses más conservadores como una herejía reformista británica. McCullough (2010, p. 221) afirma que, en 1937, el país celta aprobó por voto popular una constitución inspirada en ideas nacionalistas, católico-conservadoras y etnicistas gaélicas. Esa mentalidad llevó a los irlandeses a experimentar el estancamiento económico y la emigración durante gran parte del siglo XX.
En 1987, la República de Irlanda inicia un proceso de liberalización económica para enfrentar el aumento sostenido del déficit fiscal, la caída de las inversiones, el desempleo en ascenso y la desaceleración de la producción (un panorama que evoca la crisis boliviana actual). La sociedad civil vio con entusiasmo los efectos de minimizar el tamaño del Estado principalmente por la reducción de la carga impositiva sobre el ingreso de trabajadores y corporaciones (Acuerdo de Concertación Social), la estabilidad de precios se mantuvo por la permanencia de una política monetaria no inflacionista y las facilidades de hacer empresa incentivaron la contratación de nuevos empleados (Acuña y Cifuentes, 2018; Powell, 2003). Los dos grandes partidos de la República de Irlanda (Fine Gael y Fianna Fáil) que en un principio calificaron a las medidas como coyunturales, tuvieron que renegar de sus viejas ideas estatalistas para contentar a un electorado que pedía profundizar la liberalización en más áreas como: el sistema democrático (tras la pacificación de Irlanda del Norte), la política migratoria con el ingreso a la Unión Europea y otros aspectos de la vida cotidiana.
Entre 1995 y 2005, la producción industrial se triplicó, las exportaciones se cuadruplicaron y el ingreso medio disponible de los irlandeses se duplicó (McCullough, 2010, p. 233). El país empezó a ser atractivo para las tecnológicas como Google, Facebook y Amazon, debido a los bajos impuestos corporativos. Según el Informe de Libertad Económica en el Mundo 2023 del Instituto Fraser, Irlanda es el sexto país con mayor libertad económica de los 165 países incluidos en el estudio, es decir, el segundo país más libre de Europa para invertir, comerciar, contratar, etc.
En definitiva, la apertura irlandesa a las ideas de la libertad permitió crear la riqueza necesaria para proyectar un futuro próspero, tras décadas de políticas empobrecedoras. El viraje en el rumbo del país no hubiera sido posible sin una sociedad entusiasta con los efectos de la liberalización.
La experiencia irlandesa es un ejemplo de lo que Mises (1969, p. 209) llama la transformación de una sociedad tradicional en una nación poblada de ciudadanos libres, que inspirada en las ideas liberales sustituye la pobreza por el bienestar. Este es el camino que Bolivia debería seguir en el futuro.

Bibliografía
Acuña, H. y Cifuentes, M. C. (2018). El caso Irlanda: los beneficios sociales de reducir el tamaño del Estado. Universidad de los Andes.
Fundación Milenio (2023). Informe sobre la economía de Bolivia, No. 45. Henry Oporto. https://fundacion-milenio.org/informe-de-milenio-sobre-la-economia-de-bolivia- 2023-no-45/
James G., Robert L. y Ryan M. (2023). Economic Freedom of the World: 2023 Annual Report. Fraser Institute. https://www.fraserinstitute.org/studies/economic-freedom-of-the- world-2023-annual-report
Mansilla, H.C.F. (15 de febrero de 2024). Los desafíos de los liberales bolivianos. Los Tiempos. https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20240215/columna/desafios- liberales-bolivianos
McCullough, J. (2010). A pocket history of Ireland. Gill Books.
Mises, L. (1969). El marco histórico de la Escuela Austríaca de Economía. Unión
Editorial.
Powell, B. (12 de septiembre de 2003). Libertad económica y crecimiento: El caso de Irlanda. elcato.org. https://www.elcato.org/libertad-economica-y-crecimiento-el-caso-de- irlanda
Rallo, J. R. (2019). Liberalismo. Los 10 principios del orden político liberal. Deusto.
Rivera, E. (2019). Interpretación filosófica del liberalismo político en Bolivia [Tesis de licenciatura, UMSA] https://repositorio.umsa.bo/handle/123456789/20678


José Ricardo Ureña Sánchez nació en la ciudad de Cochabamba. Bachiller en Humanidades por el Colegio La Salle. Estudió Economía en la Universidad Mayor de San Simón, titulándose con la modalidad Excelencia Académica. Entusiasta por la historia, el cine y la fotografía.

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