La trinchera de occidente
Occidente se encuentra permanentemente asechado por pretensiones totalitarias, anteriormente casadas con nacionalismos o clasismos, mientras que ahora está reforzado por la religión. Ante esto, existe una nación, con su propio Estado, que sirve de muro de contención de las ideas contrarias al individuo y su libertad.
Brian Frojmowicz Coordinador Local de EsLibertad Argentina |
El mundo enfrentó tres totalitarismos durante el siglo pasado. Tres proyectos con génesis violenta y aplicación asesina que buscaron someter a las libres individualidades, a los librepensadores, a aquellos que no quería que un gran hermano los esté vigilando y coercionandolos, hasta el punto de hacerlos superfluos en cuanto su esencia humana.
Dos de ellos, en buena hora, fueron derrotados. El nazifascismo cayó en la guerra mundial, donde los aliados lo derrotaron, evitando el avance de una fuerza genocida sin precedentes, hechos ampliamente evidenciados en los campos de la muerte nazis. El comunismo, cayó tanto por el descontento interno con la situación del Estado represivo como con la calamidad económica que fue la planificación central. El hecho más representativo del totalitarismo hermanado fue el pacto nazi-soviético, que hizo confluir el colectivismo nacionalista y racial con el colectivismo clasista.
El mundo, empero, vio emerger un nuevo totalitarismo, que no hablaba de nación, raza o clase. La religión, fue el factor de aglomeración para cooptar y reinar sobre las masas sumisas a un liderazgo teocrático. Es curioso, como el totalitarismo es un proyecto futurista, en tanto propone un mundo nuevo y posible en la cooperación. La modernidad proponía el progreso con el esfuerzo individual y la visión de atreverse a saber. El totalitarismo, da las verdades como consecuencia de la autoridad ideológica y el futuro ligado al sometimiento a dicha estructura. El proyecto totalitario, viene a prometer un mundo mejor, que esconde la ruptura de la igualdad ante la ley y el asesinato de la individualidad.
Si bien no fue el paraíso en la tierra ni el reich de 1000 años, fue la liberación de la opresión del Shá, la derrota del imperialismo occidental y el triunfo del Islam como verdad absoluta e irrefutable. El diario El País, afirmaba ya en febrero de 1979 que:
“En un sombrío discurso, el primero desde que su Gobierno tomó el poder, el ayatollah Ruhollah Jomeini amenazó ayer con «cortar las manos a los traidores» que retienen decenas de miles de armas y practican detenciones y hasta «ejecuciones sumarísimas» en Irán” – Diario El país.
Lo malo fue reemplazado con lo peor, lo asesino. Se impuso la sumisión al líder como garante del conocimiento y de la opinión única y verdadera. El fanatismo religioso se extendió en dicho país y de hecho, el gobierno está formado por la autoridad política y el líder supremo, autoridad religiosa. Dicho país, odia a occidente por que en dicha región se alza la libertad y la tolerancia, la igualdad ante la ley y la libertad de hacer y producir. La democracia secular, es una aberración para ellos y los disidentes (homosexuales, opositores, etc.) son encarcelados y asesinados.
Irán, financia Hezbollah, organización terrorista que busca la destrucción del Estado de Israel, y con quien se ha enfrentado en varias ocasiones como la Guerra del Líbano. No sólo no reconocen el derecho de la judeidad, como pueblo, a tener un Estado, sino que no toleran que Israel (desde su creación), encarne los valores occidentales que ya hemos mencionado. Stalin, observó la misma cuestión y por eso emprendió la persecución a los judíos en la URSS, acusándolos de sionistas.
Mucha parte de la prensa y los políticos de occidente, atacan a Israel y apoyan tácita o explícitamente al terrorismo islámico en sus vertientes diversas, ya que luchan por la liberación de la opresión. Los medios, son secundarios, todo se justifica, como en los ‘70 cuando la guerrilla subversiva apelaba a la violencia contra regímenes democráticos en muchos casos. Las feministas, se quejan de la sociedad occidental, pero ni hablan de la opresión medieval en los países islámicos donde son objetos de los maridos.
Israel, es la trinchera de occidente como afirma Julio María Sanguinetti. Debemos defender su existencia y luchar contra Irán y su teocracia, no porque Israel y su gobierno no cometa errores, sino porque son la última barrera entre los valores de la modernidad liberal y el medioevo.
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