Diaclasas
De repente el regalo divino cansa
La formaciĆ³n genuina de meses se redujo a hombre
Y el tiempo desgasta el alma y hace la roca
La vida humanizo a la roca
La roca vive y esta materializo la pena
El esqueleto de la roca es coraza inerte
Forma en su matriz un desierto de arena y polvo
En sus entraƱas restos de arcilla
Es una roca cimentada, atada y condenada
La roca no es soporte,
no es consuelo ni es aliento
La roca antes humanizada no puede volver a ser hombre
La roca se ha perdido, pero pese a ser roca, esta sueƱa y tiene anhelos
Los gritos no atraviesan el cemento corporal
La roca esclava de sus deseos
Llora , grita y hasta intenta patear
Pero pronto recuerda que es roca
La roca solo es roca y las rocas no tienen libertad
La masa petrificada y sumisa es la uniĆ³n de otros
Minerales partidos de otras vidas
En dos cuarzos el corazĆ³n de su madre
Por el costado esta un cristal claro, la alegrĆa de un amigo
Y casi en medio un trocito pasional de la Ćgnea
La roca pesa entre en esos otros
Se salan las Ć”speras culpas en un sabor vacĆo
La roca se humanizo un efĆmero instante
Y el sentir solo se abre ante el dolor
Es una llaga , es una grieta, es el peso y el aguante
es la soledad hĆŗmeda calando al esqueleto
es el desgaste , la derrota , la vergĆ¼enza
Es solo una herida y la roca nunca despertarĆ”
Entre las horas de la noche, los sedantes y la calma
Muy dentro de la roca se alberga una esperanza
La roca no naciĆ³ libre, pero quiere alas para escapar
Necesita un impulso, pero no tiene voluntad.