Cada día que pasa vemos que las sociedades latinoamericanas o los países que son engañados, creen en fantasías de teorías socialistas y son contaminadas con resentimientos o con pensamientos que dictan que sus males siempre son responsabilidad de otro. Estas apelaciones a las sensaciones, son muy graves, ya que permite la manipulación de las personas.
Apelar a las sensaciones está muy de moda en las campañas políticas actualmente. Siempre acuden a los momentos negativos de su realidad actual, también a promesas de momentos de un futuro con buenos augurios. Éstas fantasías que vemos tanto en los partidos de izquierda, cómo en los de derecha, agrandan la brecha y la polarización entre ambos bandos.
Ésta polarización, la vemos muy avanzada en los partidos de izquierda, en dónde en los países que tienden a más problemas de pobreza, vemos que hay organizaciones muy bien administradas y hasta inclusive con cadenas de mandos, para usar a la gente cómo herramienta a base de sus necesidades para sus propios intereses.
El asistencialismo, no sólo produce declives en las arcas económicas del Estado, sino también en la productividad de las personas. Ya se demostró que el asistencialismo, es una manera de control que tienen los Gobiernos para manipular las mentes, pero ¿En qué sentido? Muy fácil, hacer creer que un “Estado Presente” es necesario para arreglar los problemas sociales. Por el contrario, vemos que termina perjudicando y rompiendo una sociedad como también rompen las instituciones públicas.
Cuándo me refiero a una sociedad rota, primero debemos de entender cómo se rompen. Cuándo el Gobierno está en manos de personas con ideas socialistas, vemos que unas de sus características primordiales, es no respetar la economía, gastar de más es una ley en éstas políticas llevadas por políticos izquierdistas que tan sólo llegan al poder con bases de ignorancia y otros hasta con bases de corrupción.
Cuándo la economía empieza a mostrar signos de no seguir aguantando una productividad, vemos que aparecen las recesiones, éstos fenómenos producen muchas complicaciones a las sociedades que quieren progresar, vemos que las naciones pasan de ser prósperas a ser naciones pobres en todos los sentidos.
Cuándo sucede, vemos al Gobierno tomando malas decisiones, hasta incluso siendo liberticida, no respetando ninguna ley o constitución del ciudadano, estamos frente a un problema serio.
Si el mismo Gobierno no respeta las leyes, quién paradójicamente es el que tendría que dar el ejemplo, vemos que las sociedades empiezan a tomar nota, se corrompen por el mismo accionar del mismo Gobierno, como así también a todos los entes públicos qué deberían de mejorar un sistema republicano.
Llegado a éste punto, vemos que las sociedades trabajadoras, en situaciones de supervivencia, se corrompen en lo moral y en lo ético, cómo en los casos de gente que trabaja en los transportes públicos (taxis, remis) engañan o estafan con el precio a sus clientes con más frecuencias por qué no llegan al día, ni les alcanza ni para comer o cómo también casos de personas que venden un bien dos veces, cometiendo fraude a los que por buena fe actúan confiando en lo que compran.
Las sociedades rotas, es un acto de inmoralidad, ya que los valores a medida que pasa el tiempo se ven desvalorizados, gente que directamente no siente la motivación o el deseo de avanzar, si el mismo Gobierno no cumple las leyes o qué muchas personas corrompidas por la corrupción termina perjudicando a ésa mayoría que sí quiere progresar.
Aquí es donde vemos que el “Estado de Bienestar” es una fantasía, el asistencialismo lo es, y por sobre todo, la base del problema, es que las ideas socialistas son una Fantasía y jamás funcionaron.
Fantasía qué nos cuesta muy caro, nos cuesta vidas de ciudadanos que no la vieron venir, la ignorancia hacia éstas ideas es la base de una sociedad sucia de valores, contaminada en el honor y rota para entablar lazos en la comunidad.
Aquí el rol del Liberalismo es primordial, resistir en cada ámbito, porque la libertad nos llama cómo deseo ya instaurado por naturaleza, somos libres.
Jamás debemos permitirnos ser corrompidos, mientras busquemos la solución en la razón , nos daremos cuenta que el liberalismo nace algo natural, y sólo el desarrollarlo personal individual lograremos defenderlo y volver a nuestras bases de verdadero progreso.
¡No al socialismo! ¡No al deshonor! ¡No a las fantasía! ¡No al resentimiento!
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