Si bien la inflación es una de las más grandes preocupaciones de la mayoría de consumidores, empresarios y personas en general, son muy pocas las personas capaces de entenderla verdaderamente.
Lo primero que valdría aclarar es que la inflación consiste en un aumento del volumen del dinero y del crédito, y es su consecuencia principal el aumento de los precios. Esto se debe a que después de la creación de dinero hay más billetes compitiendo por un numero mucho menor de mercancías, por lo tanto, cada una de ellas cuesta más. Entonces, la inflación es un fenómeno monetario. Esto se explica comparando la economía moderna, una economía con dinero, con una economía de trueque, donde para que el precio de un bien suba, indefectiblemente otros tienen que bajar. En una economía de trueque no hay un aumento generalizado del nivel de precios, no hay inflación. Es por esto que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, como decía Milton Friedman. Ahora bien, otro error que muchos economistas creen es el de pensar que si se aumentara la cantidad del dinero en un 100% el valor del dinero caería un 50%, es decir que, de alguna forma, se reparte el valor del dinero entre la cantidad de dinero total. Esto es falso por que la valoración de los bienes es completamente subjetiva y el valor del dinero depende de la valoración de quienes lo poseen. Y estas valoraciones no son consecuencia tan solo de la cantidad de dinero que cada persona tiene a su disposición, sino también de la calidad de ese dinero. Tampoco importa que moneda diga el Estado es la circulación oficial, si nadie la quiere no vale nada.
Ahora bien, incluso quienes comprenden que la inflación es un fenómeno monetario tampoco suelen entender como esta funciona. Lo que pocos son capaces de advertir es que la inflación consiste en una transferencia de riqueza de pobres hacia ricos. Cuando nuevo dinero es creado en los bancos este no es arrojado desde un helicóptero a lo largo del país. La creación de dinero no es neutral y son los primeros en recibir el nuevo dinero quienes terminan beneficiándose, ya que el dinero todavía no ha llegado al mercado y los precios todavía no han subido. Las primeras personas en recibir este dinero suelen ser políticos y empresarios. En cambio, antes de que el dinero nuevo llegue a las manos de trabajadores y consumidores los precios ya se han elevado. Por lo tanto, son estos quienes pagan los costos de la inflación. En el pasado los reyes solían raspar las monedas de oro para quedarse con una parte de su metal y gastarlo a costa de sus súbditos. Hoy el dinero se imprime o se crea electrónicamente pero el concepto es el mismo.
Como si todo esto fuera poco las consecuencias de la inflación son muy graves. Basta una inflación relativamente suave para desarticular la estructura de la producción, y si el crédito artificial se expande de sobremanera la economía puede ser arrastrada hacia un ciclo de negocios que termine empobreciendo a la sociedad en su conjunto.
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