Nadie más golpista que Cristina


Nicolás Pierini
Coordinador de Academia de Estudiantes por la Libertad


El bloque de diputados oficialistas emitió un comunicado cargado de mentiras y falsedades. Acusaron a la oposición de “maniobras y expresiones de neto corte golpista”.

El cristinismo extremo ya no tiene ni vergüenza. Pretenden convertirse en víctimas cuando en realidad son los victimarios de este gobierno y de todos los argentinos. No hay nadie más golpista que Cristina y su tropa de talibanes.

¿Quién vive retando en público al presidente, erosionando su investidura? ¿Quién le gritó en la cara que había funcionarios que no funcionaban y les aconsejó que si tenían miedo, se buscaran otro laburo?

¿Quién se la pasó revoleando ministros por la ventana? Incluso los más amigos de Alberto como Marcela Losardo y Matías Kulfas.

¿Quién le serrucha el piso todo el tiempo al ministro Martín Guzmán hasta que lo obligó a renunciar con un portazo?

¿Quién quebró emocionalmente al presidente y lo convirtió en un trapo de piso rendido a sus pies?

¿Quién amenazó al Presidente con mostrar sus mensajes telefónicos privados e íntimos?

¿Quién denigra al jefe de estado con un apodo grosero, asociado a un tema sexual que no se puede ni repetir?

¿Quién, según Jorge Liotti, ayer en La Nación, llegó a la perversidad de “decir en un tono de broma mal disimulado que Francisco es un bebe tan lindo, que no parece hijo de él”.

Cristina. Esa es la respuesta: Cristina.

¿Quién renunció a la jefatura de su bloque y se negó a aprobar un acuerdo con el Fondo Monetario que Alberto Fernández tanto necesitaba?

Máximo. Esa es la respuesta: Máximo.

¿Quién dijo que el que trajo al borracho se lo lleve?

Sergio Berni.

¿Quién degradó al presidente gritando en las tribunas “para eso te pusimos ahí, Alberto, para que haya menos pobres y no más”?. ¿No es tan complicado? ¿Quién metió en el debate público la palabra sangre y saqueos?

Juan Grabois.

¿Quién calificó al Presidente como mequetrefe, enfermo y okupa del sillón de Rivadavia sin recibir ni una desautorización?

Fernanda Vallejos.

¿Quién dijo que ya no le cree más y que Alberto es cada vez más mentiroso? ¿Quién sugirió que en Estados Unidos, el presidente iba a entregar el litio o alguna parte del sur?

Hebe de Bonafini.

¿Quién renunció a las pocas horas de la derrota en las elecciones parlamentarias y el presidente se enteró por los periodistas?

Eduardo Wado de Pedro.

¿Quién recordó que Alberto Fernández fue jefe de campaña de un espacio que sacó el 4% de los votos?

Andrés Larroque.

Cristina es la jefa indiscutida de las maniobras desestabilizadoras. Sus soldados más obedientes son Máximo, Sergio Berni, Juan Grabois, Fernanda Vallejos, Hebe de Bonafini, Wado de Pedro y Andrés Larroque.

Nadie fue tan duro con Alberto como Cristina y nadie fue tan crítico de Cristina como Alberto. Ninguno puede digerir ni procesar el odio que se tienen mutuamente.

La usina desestabilizadora está en el Instituto Patria, en la presidencia del Senado y en el departamento de Recoleta. Cristina destruyó el gabinete, ocupó todas las cajas millonarias con sus brigadas camporistas y ni siquiera tiene un plan económico alternativo. Solo está dedicada a diferenciarse del gobierno nefasto que ella parió y de la búsqueda desesperada de impunidad con sus ataques feroces a la Corte Suprema.

Es tan grande el infantilismo mesiánico que Cristina quiere que la gente piense que no tiene nada que ver con este desgobierno. Y en realidad tiene todo que ver. Es la madre de este gobierno. Y la mariscal de la derrota.

¿Quién anticipó esto?

Alberto Fernández lo dijo claramente. “No quiero que el poder esté en Uruguay y Juncal, y en la casa de gobierno haya un títere.

Estamos en emergencia institucional. La oposición tiene que tener una actitud prudente e inteligente. Su camino es muy angosto. No puede aceptar el abrazo del oso que el gobierno le quiere dar para ensuciarlo y hacerlo socio de este fracaso trágico. Pero tampoco puede empujarlo ni caer en la provocación de acelerar su final o adelantar elecciones ni hacer un juicio político.

La mejor postura histórica opositora debe ser marcar las contradicciones, locuras y mamarrachos que hacen Alberto y Cristina, plantear alternativas en todos los temas y obligar a que el gobierno cumpla con su período hasta que quede en absoluta evidencia la implosión del mito de que sólo el peronismo puede gobernar este país.

La dirigencia democrática y republicana debe acudir en ayuda de los ciudadanos, aportando ideas y soluciones para mantener viva una lucecita de esperanza hacia el 2023. El gobierno debe gobernar y la oposición debe controlar y decir con claridad que haría en cada uno de los temas si le toca volver al poder.

Ese es el mandato sagrado de las urnas.

Nunca hubo un gobierno que se boicoteará tanto a sí mismo. Su principal actividad fue pegarse tiros en los pies.  Nunca hubo una coalición oficialista que conspiré con tanta saña contra su propio presidente. El gobierno debe dejar de sembrar vientos si no quiere cosechar tempestades.

Y nunca hubo una oposición más responsable y que respete las instituciones democráticas.

Está muy claro para todos.

No hay nadie más golpista que Cristina.


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