Esta pandemia trajo grandes cambios: para estudiar no hace falta ir a la escuela, para trabajar no hace falta estar en la oficina, realizar eventos parece más sencillo y menos costoso, con plataformas como Zoom, o Meet.
Como todo cambio, hay 2 posturas: que es un cambio positivo, o uno negativo. Y por supuesto es un debate abierto que tendrá opiniones y argumentos para las 2 posiciones por igual. El problema está en esos debates que ni siquiera deberían existir, como el que ocurre actualmente en la sociedad argentina: ¿Es correcto quitar libertades y parar totalmente la economía del país para cuidar la salud de sus ciudadanos?
Cuando uno ve una pregunta así, la respuesta automática es que si, vale la pena cuidar a sus ciudadanos al coste de algunas libertades y detener por un tiempo la economía, en todo el mundo lo han hecho actualmente con la pandemia. Pero como todo, el exceso es malo, mientras en el resto del mundo se ha parado la economía temporalmente y se ha pedido a la población que se quede en casa lo más posible para evitar la propagación del virus, en Argentina ya son 150 días de encierro para que ese pico de contagios que todos los países esperan ver jamás llegue, y nada indica que llegara pronto.
Entonces, ¿Es correcto, vale la pena destruir la economía, dejar a la gente sin trabajo, privar durante 5 meses a las personas de una libertad otorgada por la misma Constitucion?
“Sin vida no se es libre” pueden decir, y no podría estar más de acuerdo, pero no solo se habla de poder salir a bailar, juntarse a comer un asado con amigos o tomar una cerveza con compañeros de trabajo. Se habla de cosas más serias, de poder trabajar, de poder llevarle un plato de comida a tus hijos, la libertad de vivir como un ser humano. ¿Vale la pena estar vivo para vivir así?
Es sencillo hablar de hacer esfuerzos y sacrificios cuando no se vive al día, cuando no tenes que decirle a tu familia que no van a poder cenar. Estar a favor del encierro indiscriminado por tanto tiempo es un privilegio de clase, porque en el debate que hacen los de arriba, con poder y dinero, se olvidan de los de abajo, los que antes de la pandemia se levantaban a trabajar y a generar dinero que hoy no pueden ver.
5 meses, y todo indica que van a ser más. Estamos casi a medio año de encierro, y solo trajo más pobreza y menos trabajo, que en el futuro cercano serán lamentablemente una estadística más, otro muerto por hambre en los datos oficiales, pero detrás de ese muerto había alguien que quería trabajar y poder vivir, y le dijeron que no porque “hay que hacer un esfuerzo”, un esfuerzo que los de arriba nunca hicieron, un esfuerzo que se comió a los de abajo.
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