La ciencia de la economía solo merece ser considerada como tal, si con sus investigaciones permite ayudar y perfeccionar cada vez más los medios y métodos de que se valen para alcanzar la satisfacción de sus necesidades económicas. Ha de servir a los hombres para fines positivos, al igual que lo hacen las demás ciencias, como la medicina, la jurisprudencia, la física, la química, las matemáticas, e incluso la filosofía.
Para los defensores de la libertad, el Estado debe ser el mínimo necesario, pero cumple la función del marco ideológico y de fuerza política para la preservación del sistema. En la actualidad, el Estado de bienestar se está oponiendo a una contienda por la supervivencia en diversos frentes. Lo primordial consiste en el terreno intelectual. Todos estamos de acuerdo en que necesitamos bienestar, solo que muchos no saben cómo conseguirlo. En el segundo plano, hay una batalla política centrada en si debe existir un Estado grande que te brinde ciertos beneficios, es asequible, en particular en épocas de crisis.
Estas batallas se han llevado a cabo por mucho tiempo, entre los intelectuales y los políticos. Buscamos el bienestar individual y eso lo podemos hallar con el mercado, la idea matriz en este cometido es que los mercados funcionen de modo más natural, y para que eso ocurra se necesita al menos cumplir dos grandes exigencias. Una es que los derechos de propiedad en los distintos sectores estén claros. Y la otra es que las regulaciones que se generen sean compatibles con los principios, con la mecánica y con la flexibilidad propia de una economía de mercado.
“El gobierno no puede hacerlo más rico, pero puede hacerlo más pobre” Ludwig Von Mises. El Estado no es fuente de empleo, sin embargo, puede destruir la capacidad productiva si así lo prefiere. No existe el Estado perfecto o mesiánico que te pueda generar un cambio en tu vida para bien, en la práctica hemos visto como este modelo falla por agotar sus recursos irresponsablemente. En Venezuela, la discusión sobre la flexibilización laboral frente a sus política ha generado diversos escenarios, por el supuesto “surgimiento de un nuevo modelo de acumulación capitalista” creado entre la década del 80 y 90.”
Se plantea la necesidad de dar cobertura a la población que carece de recursos con unas series de ingresos, servicios y rentas con el fin de garantizarles unas condiciones de vida más o menos dignas. Se define como un conjunto de intervenciones públicas que se dirige a mejorar el bienestar social y la calidad de vida de los ciudadanos.
Es lamentable ver como ciertos grupos políticos defienden este modelo, además de tener grandes fallas, aun optan por este modelo como si fuera la respuesta a todos los problemas de los venezolanos. Son los considerados “oposición” al régimen dictatorial del socialismo del siglo XXI. Como lo han dicho varios intelectuales y defensores de la libertad a nivel internacional; La destrucción de Venezuela fue ocasionada por el sistema, socialismo no tumba socialismo, es decir, que debemos cambiar el sistema para poder crecer económicamente y en lo personal. Como venezolano duele nacer y crecer en dictadura, pero lo aberrante es saber que una minoría de políticos “pseudo liberales” defienden el sistema que nos empobreció y destruyo el futuro de millones de venezolanos.
El gran misterio es que hacer o que seguir para cambiar el panorama de la nación. No obstante, es desconocido para algunos el sistema del libre mercado, ya que nunca se implementó en el país, la única manera de que viéramos un libre intercambio de bienes y servicios es por medio de los niños; cuando van a las escuelas sus padres y representantes les dejaban algo de dinero para así poder comprar un bocadillo para merendar, hay otros casos en el que les dejaban su merienda lista, como una torta, tequeños, galletas y jugos. Cuando llega la hora del receso los niños salen del aula para descansar, divertirse o comer algo. En ese momento los niños abren sus loncheras y notan lo que sus representantes le elaboraron, existen casos en el que no les gusta o no tienen apetito, o quieren otra cosa, todo eso es relativo a través de sus preferencias y terminar por ser diferente entre cada uno de los consumidores. En diversas ocasiones vemos que hasta intercambian libremente sus bienes, jugos por tortas, galletas por pizza, entre otros bienes que ellos posean. De ese modo observamos a los niños sin ningún tipo de conocimientos sobre economía, más bien es la naturaleza humana que ejecutan para satisfacer sus necesidades sin interferencia de terceros.
De este modo podemos persuadir que la libertad económica concede muchos beneficios para la sociedad, además el ejercicio libre de la actividad económica ofrece un crecimiento exponencial a los países en fase de desarrollo. En la práctica, los acuerdos del libre comercio garantizan a las naciones pequeñas que puedan obtener los recursos económicos necesarios para producir bienes de consumo o servicios. Una gran diferencia entre las naciones que prosperan y otras que permanecen en la pobreza. Los países con mayor libertad económica generan oportunidades, prosperidad, mejor calidad de vida, entornos saludables y mayor esperanza en sus vidas para seguir trabajando por el país que lo vio crecer. No todo lo que exportamos lo podemos consumir, en este caso a las naciones que se le practica este hermoso arte pueden importar productos que no están disponibles dentro de sus fronteras, incluso puede encontrarse más económico para un país que está en proceso de desarrollo, no todas las naciones libres cuentan con procesos de producción disponibles para convertir materias primas en bienes de consumo lujosos.
Los ciudadanos venezolanos deben olvidar esa idea de un Estado supremo que te puede concebir todo lo que desees. Debemos abrirnos al mercado y entrar en la competencia sana y así convertiremos a Venezuela en un país del primer mundo.
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