Por Alejandro Rameth Aréstegui Callo
Para responder esta incógnita debemos de realizar una clara diferenciación entre lo que significa Estados Unidos y sus valores fundamentales establecidos desde su creación para los ciudadanos estadounidenses y la ideología y principios del estado norteamericano actual. Hablando desde lado de los individuos considero que muchos de los valores y principios se han mantenido debido a que conforman el espíritu de la nación americana y de todas aquellas personas que se van integrando poco a poco en su sociedad acaba adaptando dichos principios y valores como suyos y a su vez los inculcan a sus hijos, los cuales pasan de convertirse de simples hijos de migrantes a ser ciudadanos estadounidenses de pleno derecho y con la mentalidad que forjó la nación americana. En el trascurso de la historia de los Estados Unidos hemos comprobado que los tiempos cambian y algunas tendencias políticas entran en alza o en declive. Los postulados de los partidos hegemónicos han variado con el paso de los años, e incluso podríamos decir que irónicamente han cambiado de lugar, nos encontramos ahora con un partido republicano donde está primando el nacionalismo, con diferentes ramas que abarcan desde el paleoliberalismo hasta el neo-conservadurismo, para el caso de los seguidores del expresidente Donald Trump, muchos de ellos simplemente ven en él una figura a la cual seguir para imitar sus negocios y evocar a un hombre de éxito; sin embargo sus seguidores más radicales tienden no solamente hacia un extremismo nacionalista sino también a plantear retóricas bastante desfasadas como la supremacía racial o el excesivo proteccionismo económico, ambas son ideologías obsoletas y trasnochadas, las cuales han sido desacreditadas por la ciencia genética y económica respectivamente. Queda demostrado pues, que los seguidores más radicales de Trump llegan incluso a estar en contra de muchos principios de ideales fundacionales estadounidenses.
Por otra parte, tenemos que hacer una mea culpa y comprobar que los libertarios en Estados Unidos nos encontramos en una situación de caos, y mientras el partido Libertario sigue con bajos porcentajes y malas cifras en cuanto a votaciones, esto demuestra que un gran porcentaje de libertarios y liberales siguen apostando por las opciones más federalistas dentro del partido republicano, así como a los más moderados del partido demócrata, no obstante considero que el voto liberal está muy fragmentado en el país y debe acontecer un suceso histórico demasiado trascendental como para que se unan y lleguen hacer una tercera fuerza a tener en cuenta en pos de romper con la hegemonía bipartidista que se ha presentado en los últimos años en Estados Unidos.
En cuanto al Estado americano se refiere, bastantes pensadores dentro del espectro liberal consideran que el gobierno está faltando gravemente a los principios fundadores basados en la libertad, una vida plena y defensa de la propiedad individual; para algunos surgimiento de movimientos más de izquierda a inicios del siglo XX, mientras que otros consideran el New Deal y las políticas keynesianas como el inicio de la debacle del Estado y el comienzo de un intervencionismo desmesurado por parte del Estado en contra de sus propios ciudadanos. De hecho, si nos remitimos a las palabras de Milton Friedman, el cual en un inicio en su larga trayectoria académica estaba a favor del New Deal, al entrar en contacto con las ideas del libertarianismo de la mano de Hayek: “A lo largo de los años, he preguntado una y otra vez a los compañeros creyentes de una sociedad libre cómo lograron escapar del contagio de su entorno intelectual colectivista. Ningún nombre ha sido mencionado con más frecuencia como fuente de iluminación y comprensión que el de Friedrich Hayek. No puedo decir eso por mí mismo, ya que mis profesores de la Universidad de Chicago me influyeron en esta dirección antes de conocer a Hayek o su trabajo. Pero yo, como los demás, tengo una gran deuda con él… su mente poderosa, su coraje moral, su exposición lúcida y siempre basada en principios han ayudado a ampliar y profundizar mi comprensión del significado y los requisitos de una sociedad libre”. (Friedman 1976, xxi)
Con el fin de sacar una opinión personal en base a los principios fundadores, es mi deseo centrarme en los pensamientos de uno de los padres fundadores, me refiero al presidente Josh Adams, pues para él la única forma en la que una sociedad puede salvaguardar la libertad es con la restricción del poder del gobierno y el ser humano, basado en el orden del gobierno donde se dividan los poderes y el orden del ser humano donde el ciudadano es virtuoso. En sus pensamientos sobre el gobierno, Adams comienza a argumentar sobre los temas que serán centrales para el documento más innovador en América y el mundo, la Constitución federal de Estados Unidos; temas como la división de poderes, pesos y contrapesos, una judicatura independiente, entre otros. Esta obra surge en contraste con la visión de pensadores como Thomas Paine y su obra Sentido Común de una legislatura con una sola cámara y un único Poder Ejecutivo y Legislativo. La teoría de gobierno de John Adams propone un gobierno mixto y balanceado, donde la prudencia y las restricciones al poder son esenciales. Esta visión de gobierno surge de su estudio de la naturaleza humana: El ser humano es egoísta y anhela el poder. Para Adams, una sociedad virtuosa era necesaria para la preservación de la nación y la libertad. La principal de estas virtudes es la prudencia y estipula que cada acción política sea medida, tomando en consideración las consecuencias a largo plazo, ya que el ser humano es imperfecto, diferente y con costumbres y tradiciones particulares a cada pueblo. Adams pensaba que, sólo aceptando la imperfección humana, el respeto por la propiedad y las diferencias entre los seres humanos, una sociedad puede prosperar en libertad. Cuestionó el igualitarismo que proponían los revolucionarios franceses y que, como demostró la historia, terminó en una tiranía y baño de sangre. Es en estas ideas que se revela la sabiduría de John Adams y su observación de la naturaleza humana coincidente con la de otros Padres Fundadores. A casi 250 años de la independencia de Estados Unidos, muchas de sus ideas siguen vivas acerca de la importancia de la complejidad y dificultad de gobernar, de no confiar en la condición humana y la razón porque son falibles. Es tarea de los que vivimos hoy el mantener viva la llama de la libertad con estas ideas como sustento intelectual. La tarea es ardua pero bien vale la pena, por ello considero que el afán de lucha de los liberales no debe de cesar, pues continuamente la libertad de los individuos y la defensa de los principios de Estados Unidos se ven amenazados por los lobistas y políticos, que como en cualquiera de nuestros países, prefieren vender populismos e ideales de igualdad los cuales llevan a la decadencia de las naciones, pues como decía Milton Friedman: “Una sociedad que priorice la igualdad por sobre la libertad no obtendrá ninguna de las dos cosas. Una sociedad que priorice la libertad por sobre la igualdad obtendrá un alto grado de ambas”. Una importante lección que los latinoamericanos debemos de aprender, si queremos imitar el notable éxito de los Estados Unidos, pero también para evitar repetir los errores que lo pueden llevar a su decadencia.
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