No puedo encontrar otra opción que una alegoría procedente del humor básico para representar la posición argentina con respecto a Venezuela. Es una constante la defensa a la dictadura de Maduro mientras que durante 4 años cantaban de manera totalmente destituyente “Macri, basura, vos sos la dictadura”. El kirchnerismo es cada día más parecido al PSUV, el kirchnerismo es cada día más despreciable.
No digo esto solamente por la condena a lo expresado por las Naciones Unidas respecto a los 2 mil homicidios extrajudiciales cometidos por el régimen despótico de Maduro en un claro mensaje de apoyo a la dictadura más sangrienta de la que los nacidos en este siglo tengamos registro. No lo digo solo por eso. Los Kirchner son una rotisería que cada día te trae peores comidas a tu casa, te envenena, te da un ibuprofeno y te dice que te curo. Es una máquina de contradicción y a la vez de avance sobre los mecanismos de control democráticos.
En efecto, mientras condenan las miles de muertes durante el régimen dictatorial de Pinochet, dicen que el madurismo chavista no es una dictadura aunque posee casi el triple de asesinatos del mismo modo que las que tuvo la dictadura chilena. Al parecer hay dictaduras buenas y dictaduras malas. Es verdaderamente despreciable que mientras dijeron por 2 meses que era una violación a los Derechos Humanos el ahogamiento de Santiago Maldonado en 2017, no digan nada de Facundo Astudillo y encima ahora digan que en Venezuela no hay violación de esos mismos derechos.
Quiero hacer un paréntesis: hoy verán que no estoy escribiendo con vocablos muy difíciles sino que prefiero ser directo. No resisto más, no soporto más al nacional populismo de Juncal y Uruguay. Es verdaderamente desesperante la visión a corto plazo de la Argentina, el no saber qué hacer y que encima te digan que Venezuela no sufre una dictadura. Y ni siquiera digo esto por Venezuela: ya lo digo por Argentina. Es frustrante pensar en los tanques aplastando manifestantes en las calles y en 96%, pero esa pesadilla se vuelve mucho más palpable cuando no hay condenas al régimen dictatorial de Maduro.
Ni siquiera les pido que sean liberales: solo les pido que no sean comunistas. No les pido que sean Lacalle Pou o el Partido Nacional de Uruguay, les pido que sean el Frente Amplio, un garante de la democracia, con todas las críticas que le pueda hacer. No les pido que sean Piñera, pero por lo menos acepten el comunicado de Bachelet que era profundamente admirada por Cristina.
Por último, es peor aún saber que el presidente diga que está enojado con el embajador pero no salga a decir abiertamente que Venezuela es una dictadura: eso es mucho peor. El silencio es complicidad y la verdad que no me importa que dentro de la coalición de gobierno haya personas que crean que es una dictadura. Si no lo dicen abiertamente, son cómplices de un genocidio 3 veces mayor a la dictadura de Pinochet.
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