“Donde hay una necesidad nace un derecho” es una de las frases más repetidas y populares en Argentina, pronunciada por Eva Perón, que resulta tan abarcativa como imprecisa. Tiene una impresionante versatilidad.
Mi intención hoy no es criticar en sí las distintas prestaciones que brinda el Estado ni el modo en que lo hace. Más bien creo que importa el análisis de esta frase, repetida hasta el hartazgo.
Como contracara a esta los liberales suelen decir que “donde hay una necesidad nace un mercado”, que si bien es real la creación de un foco de lucro que sirva como incentivo para brindar el bien o servicio requerido, existen muchos factores que podrían imposibilitar este intercambio. Por el momento dejaremos este tema de lado.
El término necesidad es bastante ambiguo. La RAE, entre sus múltiples acepciones, lo define como “impulso irresistible que hace que las causas obren infaliblemente en cierto sentido” o “carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida, entre otras.
En este sentido entendemos por necesidad a aquella cosa o hecho necesaria e imprescindible para que se pueda realizar algo. En este caso, para que se sostenga la vida de una persona. Si nos atenemos a esta definición de necesidad son muy pocas las cosas que realmente se necesitan para llevar adelante una vida. Podríamos mencionar comida, agua, ropa, una vivienda como elemento indispensable. Incluso el acceso a la salud y a la seguridad. Sin embargo la educación, la participación en la vida política o el trabajo son cosas no necesarias para conservar la vida.
Claro, podríamos incluir a esta la idea de una vida digna, aunque sería complejo definir qué es la dignidad.
Entonces, podemos hablar de necesidad en un sentido estricto, limitándose a aquellas cosas mínimas que una persona necesita para conservar su vida, o una idea más laxa ampliando su ratio.
Sin embargo, si hablamos de derechos se vuelve complejo definir qué es y qué no un derecho. Incluso donde está el límite de estos, si hablamos de derechos individuales o colectivos, acerca de las distintas generaciones de derechos, etc.
Incluso si observamos a la realidad social como una lucha de clases, aquellos elementos que opriman a un grupo serán los objetos a eliminar y lo que se desea obtener el derecho conquistado.
Si se analiza desde un igualitarismo extremo, toda cosa que produzca desigualdad entre los hombres se entenderá como opresión. Por lo que, todos tendrán derecho a todo, y no solo en el sentido negativo, sino también en que esta sea efectivamente dada.
Como anteriormente se dejó en claro, mi intención no es criticar las distintas funciones sociales que tiene el Estado -que creó según el caso debe proveer- sino el alcance argumentativo de una frase armada.
“Donde hay una necesidad nace un derecho” no solo es una idea totalmente ambigua y vaga, también es engañosa para quien la escucha. Porque supone que realmente por el simple hecho de necesitar existe la capacidad material de proveer. Un hashtag de moda.
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