Por: Nicolás Pierini
País: Argentina
Se viene un tsunami sobre la vida política de Cristina. Hoy está condenada a 6 años de prisión por corrupción, es la jefa del Cartel de los Pingüinos Millonarios y, como si esto fuera poco, todavía no consigue en la justicia la impunidad que tanto busca. Y esa espera, la desespera. Hay que decir que no se resigna y que la oposición debería mantener la guardia alta. Sería un grave error subestimar a Cristina que es capaz de hacer cualquier trampa con tal de colonizar la justicia y ponerle su camiseta. Hoy parece que no tiene el número de senadores suficientes para lograr el quorum. El gobernador electo de Río Negro, Alberto Weretilneck avisó que no se va a presentar en el recinto y eso derrumba todo el operativo de Cristina que no tendría los 37 senadores necesarios para comenzar la sesión. La oposición no debería cantar victoria. Cristina tiene millones de razones para hacer entrar en razón a Weretilneck que fue un aliado incondicional en los momentos más difíciles. ¿Qué pretende hacer Cristina en esa sesión si finalmente la consigue?
Primero, extender por 5 años más el mandato de la jueza Ana María Figueroa que, por sus fallos es casi una militante de La Cámpora. El miércoles que viene cumple 75 años y necesita del acuerdo de la Cámara Alta para seguir en funciones y no jubilarse como ordena la Constitución Nacional. Cristina necesita su voto en la Cámara de Casación Penal para que la causa Hotesur-Los Sauces no se reabra y vaya a juicio oral. Cristina, y sus dos hijos están acusados de lavado de dinero.
Pero hay otras maniobras de Cristina. Entre jueces y fiscales tiene 93 candidatos a designar. Con ese número quiere copar la Asociación de Magistrados y colocar un representante en el Consejo de la Magistratura. Ese organismo designa y destituye a los jueces. Y desde esa cabina de mando podría controlar todas las causas que todavía le quedan.
Es una tarea muy complicada para Cristina. Pero va a mover cielo y tierra para conseguir su impunidad y para que no reciba más condenas. El resultado de las elecciones del domingo 13 va a ser clave. Si el cristinismo peronista massista recibe una derrota importante, la jefa espiritual sufrirá un fuerte debilitamiento de su poder y su capacidad de daño.
Esa situación la desespera y la angustia. Anda por los rincones expresando su bronca y su ira. Sobre todo contra Alberto Fernández al que no para de insultar.
Cristina acaba de presentar una declaración jurada de bienes que oculta su verdadera situación de millonaria. El disfraz se construyó con la donación de todos sus bienes a Máximo y Florencia y con el dibujo de poner los valores fiscales de las propiedades del príncipe heredero.
La inmensa mayoría del pueblo, sabe que Cristina es la mujer más corrupta de la historia democrática. Cristina y Néstor Kirchner instalaron la cleptocracia más colosal que se haya visto. Nadie robó tanto durante tanto tiempo. Fue de tanta magnitud la montaña de dólares sucios que se llevaron que les alcanzó para enriquecer a su familia, a gran parte de sus funcionarios, a sus secretarios privados y a algunos empresarios amigos y testaferros. Esa es una verdad indiscutible. La condena a 6 años de prisión que pesa sobre Cristina es la primera de otras condenas que van a venir cuando la justicia avance sin prisa pero sin pausa. El histórico testimonio del fiscal Diego Luciani habla por sí solo.
Ella es la persona que más daño le hizo a la democracia argentina y la que más daño le puede seguir haciendo. Podemos hacer una larga lista de la herencia maldita que nos deja: autoritarismo y verticalismo castrense y castrista. Reducción a la servidumbre hasta de sus colaboradores más estrechos como su mayordomo político, Oscar Parrilli a quien llama “Parrillitudo”.
Pero eso no es todo. También hay que contabilizar su fanatismo ideológico que justifica sus características personales de mezquindad, ingratitud y codicia sin límites por el poder y el dinero. Ella misma reconoció que se la critica porque no hace amigos en la política.
En realidad no se le conocen amigas ni amigos en su vida personal tampoco. Pero hasta ahí no llego.
El papel de Cristina ha sido y es determinante en la destrucción del país que ahora estamos padeciendo. Tiene que ver con la negación de la realidad, la simpatía por los delincuentes de todo tipo. Y hablo de los violadores o criminales comunes que con el zaffaronismo siempre les ofrecen el lugar de víctima y no de victimario y de los asaltantes de la democracia en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia e Irán. Siempre del lado del eje del mal. De los delincuentes de cabotaje y de los dictadores internacionales.
Todo eso y mucho más dejan a Cristina en el lugar más oscuro y destructivo de la historia. Pero su adicción por el dinero ajeno es su principal característica.
Hoy, el apellido Kirchner, es sinónimo de corrupción. Así serán recordados por la historia. El aparato que armaron y que fue revelado por Diego Cabot en la causa por los cuadernos de las coimas K habla por sí solo. Un gran grupo de empresarios corruptos aceptaron pagar coimas y retornos en forma regular y sistemática. Está todo absolutamente probado, con fecha y hora. El más grande recaudador de sobornos de la historia fue y es Roberto Baratta. Los bolsos y mochilas con el dinero iban al departamento de los Kirchner en Recoleta o a la casa de la madre de Néstor en Río Gallegos.
Los empresarios cobardes y estafadores no sacaban de su bolsillo el dinero para pagar las coimas. Lo hacían de los sobre precios que les ponían a sus obras y a sus productos. ¿Se entiende? Finalmente las coimas que pagaron los empresarios y que cobraron los integrantes del Cartel de los Pingüinos Millonarios, era dinero de los contribuyentes.
El día que Cristina tenga la primera condena firme será un día que recordaremos como el “Nunca Más” de la corrupción. Como el momento en que la Argentina honrada y de manos limpias empezó a sepultar para siempre a los ladrones de estado.
Es el Nunca más a los ladrones de estado. Es el Nunca Más al Cartel de los Pingüinos Millonarios.
Se viene un tsunami sobre la vida política de Cristina. Hoy está condenada a 6 años de prisión por corrupción, es la jefa del Cartel de los Pingüinos Millonarios y, como si esto fuera poco, todavía no consigue en la justicia la impunidad que tanto busca. Y esa espera, la desespera. Hay que decir que no se resigna y que la oposición debería mantener la guardia alta. Sería un grave error subestimar a Cristina que es capaz de hacer cualquier trampa con tal de colonizar la justicia y ponerle su camiseta. Hoy parece que no tiene el número de senadores suficientes para lograr el quorum. El gobernador electo de Río Negro, Alberto Weretilneck avisó que no se va a presentar en el recinto y eso derrumba todo el operativo de Cristina que no tendría los 37 senadores necesarios para comenzar la sesión. La oposición no debería cantar victoria. Cristina tiene millones de razones para hacer entrar en razón a Weretilneck que fue un aliado incondicional en los momentos más difíciles. ¿Qué pretende hacer Cristina en esa sesión si finalmente la consigue?
Primero, extender por 5 años más el mandato de la jueza Ana María Figueroa que, por sus fallos es casi una militante de La Cámpora. El miércoles que viene cumple 75 años y necesita del acuerdo de la Cámara Alta para seguir en funciones y no jubilarse como ordena la Constitución Nacional. Cristina necesita su voto en la Cámara de Casación Penal para que la causa Hotesur-Los Sauces no se reabra y vaya a juicio oral. Cristina, y sus dos hijos están acusados de lavado de dinero.
Pero hay otras maniobras de Cristina. Entre jueces y fiscales tiene 93 candidatos a designar. Con ese número quiere copar la Asociación de Magistrados y colocar un representante en el Consejo de la Magistratura. Ese organismo designa y destituye a los jueces. Y desde esa cabina de mando podría controlar todas las causas que todavía le quedan.
Es una tarea muy complicada para Cristina. Pero va a mover cielo y tierra para conseguir su impunidad y para que no reciba más condenas. El resultado de las elecciones del domingo 13 va a ser clave. Si el cristinismo peronista massista recibe una derrota importante, la jefa espiritual sufrirá un fuerte debilitamiento de su poder y su capacidad de daño.
Esa situación la desespera y la angustia. Anda por los rincones expresando su bronca y su ira. Sobre todo contra Alberto Fernández al que no para de insultar.
Cristina acaba de presentar una declaración jurada de bienes que oculta su verdadera situación de millonaria. El disfraz se construyó con la donación de todos sus bienes a Máximo y Florencia y con el dibujo de poner los valores fiscales de las propiedades del príncipe heredero.
La inmensa mayoría del pueblo, sabe que Cristina es la mujer más corrupta de la historia democrática. Cristina y Néstor Kirchner instalaron la cleptocracia más colosal que se haya visto. Nadie robó tanto durante tanto tiempo. Fue de tanta magnitud la montaña de dólares sucios que se llevaron que les alcanzó para enriquecer a su familia, a gran parte de sus funcionarios, a sus secretarios privados y a algunos empresarios amigos y testaferros. Esa es una verdad indiscutible. La condena a 6 años de prisión que pesa sobre Cristina es la primera de otras condenas que van a venir cuando la justicia avance sin prisa pero sin pausa. El histórico testimonio del fiscal Diego Luciani habla por sí solo.
Ella es la persona que más daño le hizo a la democracia argentina y la que más daño le puede seguir haciendo. Podemos hacer una larga lista de la herencia maldita que nos deja: autoritarismo y verticalismo castrense y castrista. Reducción a la servidumbre hasta de sus colaboradores más estrechos como su mayordomo político, Oscar Parrilli a quien llama “Parrillitudo”.
Pero eso no es todo. También hay que contabilizar su fanatismo ideológico que justifica sus características personales de mezquindad, ingratitud y codicia sin límites por el poder y el dinero. Ella misma reconoció que se la critica porque no hace amigos en la política.
En realidad no se le conocen amigas ni amigos en su vida personal tampoco. Pero hasta ahí no llego.
El papel de Cristina ha sido y es determinante en la destrucción del país que ahora estamos padeciendo. Tiene que ver con la negación de la realidad, la simpatía por los delincuentes de todo tipo. Y hablo de los violadores o criminales comunes que con el zaffaronismo siempre les ofrecen el lugar de víctima y no de victimario y de los asaltantes de la democracia en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia e Irán. Siempre del lado del eje del mal. De los delincuentes de cabotaje y de los dictadores internacionales.
Todo eso y mucho más dejan a Cristina en el lugar más oscuro y destructivo de la historia. Pero su adicción por el dinero ajeno es su principal característica.
Hoy, el apellido Kirchner, es sinónimo de corrupción. Así serán recordados por la historia. El aparato que armaron y que fue revelado por Diego Cabot en la causa por los cuadernos de las coimas K habla por sí solo. Un gran grupo de empresarios corruptos aceptaron pagar coimas y retornos en forma regular y sistemática. Está todo absolutamente probado, con fecha y hora. El más grande recaudador de sobornos de la historia fue y es Roberto Baratta. Los bolsos y mochilas con el dinero iban al departamento de los Kirchner en Recoleta o a la casa de la madre de Néstor en Río Gallegos.
Los empresarios cobardes y estafadores no sacaban de su bolsillo el dinero para pagar las coimas. Lo hacían de los sobre precios que les ponían a sus obras y a sus productos. ¿Se entiende? Finalmente las coimas que pagaron los empresarios y que cobraron los integrantes del Cartel de los Pingüinos Millonarios, era dinero de los contribuyentes.
El día que Cristina tenga la primera condena firme será un día que recordaremos como el “Nunca Más” de la corrupción. Como el momento en que la Argentina honrada y de manos limpias empezó a sepultar para siempre a los ladrones de estado.
Es el Nunca más a los ladrones de estado. Es el Nunca Más al Cartel de los Pingüinos Millonarios.
El presente artículo representa el pensamiento del autor, mas no necesariamente el de Estudiantes por La Libertad.