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Crisis Institucional De Los Partidos Y Movimientos Políticos en el Ecuador

Previa a las elecciones del 2025

La democracia ecuatoriana ha enfrentado desafíos significativos en las últimas décadas, marcados por una crisis institucional persistente que afecta profundamente a los partidos y movimientos políticos del país. Este fenómeno, que ha socavado la estabilidad política y erosionado la confianza ciudadana en las instituciones democráticas, se ha visto exacerbado por una confluencia de factores complejos e interrelacionados. La corrupción endémica, la fragmentación ideológica y una creciente desconexión entre las élites políticas y la ciudadanía han contribuido a crear un escenario de incertidumbre y desafección política. 

La crisis de los partidos políticos en Ecuador no es un fenómeno aislado, sino que se enmarca en un debate más amplio sobre la salud y la resiliencia de las democracias contemporáneas, especialmente en América Latina. Autores como Sartori (1976) han advertido sobre los peligros de la fragmentación partidista excesiva, señalando cómo puede conducir a la inestabilidad gubernamental y a la falta de representatividad efectiva. Por su parte, Duverger (1951) ha señalado la influencia crucial de los sistemas electorales en la configuración de los sistemas de partidos, una observación particularmente relevante en el caso ecuatoriano. En este contexto, la combinación de un sistema de representación proporcional con un panorama político y social altamente diverso ha contribuido a la proliferación de partidos y movimientos políticos, agudizando la crisis institucional y dificultando la formación de mayorías estables en el legislativo.

Este contexto de inestabilidad política recurrente, combinado con factores como la corrupción persistente, la fragmentación ideológica y la desconexión entre las élites políticas y la ciudadanía, ha contribuido a profundizar la crisis institucional de los partidos políticos en Ecuador. La proliferación de movimientos políticos efímeros, la volatilidad electoral y la dificultad para construir proyectos políticos de largo plazo son síntomas de esta crisis institucional (Basabe-Serrano & Pachano, 2021).

En vísperas de las elecciones 2025 el panorama político ecuatoriano se muestra caracterizado por una profunda desconfianza en las instituciones políticas tradicionales y un creciente escepticismo hacia la capacidad del sistema de partidos para representar eficazmente los intereses y aspiraciones de la ciudadanía.

El Código de la Democracia, promulgado en 2009 y sujeto a numerosas enmiendas desde entonces, fue concebido como un pilar para robustecer la estructura institucional de los partidos políticos y elevar la calidad de la representación democrática en Ecuador. Entre sus disposiciones más significativas destacan la instauración de mecanismos de financiamiento público, el fomento de procesos democráticos internos en las organizaciones políticas y la implementación de cuotas de género para incrementar la participación femenina en cargos de elección popular. No obstante, la efectividad de estas reformas ha sido motivo de controversia, particularmente en lo que respecta al sistema de democracia interna. Este último ha sido tildado de mera pantomima para cumplir un requisito formal, ya que con frecuencia se anticipa la selección de candidatos por decisión unilateral del líder o caudillo de la organización política, mucho antes de los procesos internos oficiales.

Esta crisis institucional tiene implicaciones directas para la gobernabilidad y la estabilidad democrática del Ecuador. La fragmentación del sistema de partidos obstaculiza la formación de mayorías legislativas estables, lo que a su vez dificulta la implementación de políticas coherentes y de largo plazo. La volatilidad electoral y la falta de lealtades partidarias sólidas contribuyen a una cultura política cortoplacista y personalista como se ha evidenciado con el partido de la Revolución Ciudadana. Además, la desconfianza en los partidos tradicionales ha abierto espacios para liderazgos populistas o denominados outsider como es el caso del actual presidente Daniel Noboa que irá por la reelección y que puede representar riesgos para la institucionalidad democrática.

En este contexto, es importante considerar el papel emergente de la sociedad civil y los movimientos sociales en la política ecuatoriana. Estos actores han demostrado una considerable capacidad para movilizar a la ciudadanía y articular demandas que los partidos tradicionales no han logrado canalizar eficazmente. La emergencia de nuevos actores políticos desde la sociedad civil puede contribuir a la necesaria renovación del sistema político. Sin embargo, la falta de estructuras organizativas sólidas y experiencia en la gestión pública puede limitar la efectividad de estos nuevos actores en el largo plazo.

El debate sobre cómo abordar la crisis institucional de los partidos políticos en Ecuador debe centrarse en cómo equilibrar la necesidad de partidos políticos fuertes y estables con la demanda ciudadana de mayor representatividad, renovación política y libertad de elección ¿Es posible reconciliar estos objetivos aparentemente contradictorios? ¿Cómo pueden integrarse las demandas, la energía de los movimientos sociales y las aspiraciones de libertad individual en el sistema político institucional? ¿Es posible construir puentes entre estos movimientos y los partidos políticos tradicionales sin comprometer las libertades fundamentales?

La respuesta a estas preguntas requiere un esfuerzo concertado de todos los actores políticos y sociales del Ecuador, teniendo siempre presente el respeto a las libertades individuales y colectivas. Mientras que las reformas legales e institucionales son necesarias, también es crucial abordar las causas estructurales subyacentes como la corrupción, la desconexión entre la clase política y la ciudadanía y las restricciones a la libertad de asociación y expresión política. El fortalecimiento de la democracia ecuatoriana dependerá de la capacidad de encontrar un equilibrio entre la renovación política, la construcción de instituciones partidarias sólidas y representativas y la preservación de un espacio amplio para el ejercicio de las libertades civiles y políticas.

Referencias

Basabe-Serrano, S., & Pachano, S. (2021). Reforma electoral en Ecuador: Cambios institucionales y comportamiento del electorado. América Latina Hoy, 87, 131-148.

Burbano de Lara, F. (2020). La revolución ciudadana en Ecuador: conflicto político y cambio social. FLACSO Ecuador.

Conaghan, C. M. (2018). Ecuador under Correa: Toward a post-neoliberal polity? In G. Prevost & C. Oliva Campos (Eds.), The Left in Latin America. Rowman & Littlefield.

Duverger, M. (1951). Los partidos políticos. Fondo de Cultura Económica.

Freidenberg, F., & Pachano, S. (2021). El sistema político ecuatoriano. FLACSO Ecuador.

March, J. G., & Olsen, J. P. (1984). The new institutionalism: Organizational factors in political life. American Political Science Review, 78(3), 734-749.

Meléndez, C., & Moncagatta, P. (2023). Ecuador’s 2023 early elections: Democratic resilience amid institutional crisis. Journal of Democracy, 34(3), 45-59.

Sartori, G. (1976). Parties and party systems: A framework for analysis. Cambridge University Press.

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