Sucesos como los nuestros, desvirtúan el futuro de Bolivia, empresarios atados al gobierno con bolsillos pegados y sin posibilidad de abrirlos se consumen en el fuego de la política.
¡Una propuesta remendada de trabajadores para sus empleadores!
¿Dónde se ha visto que los pupilos enseñen a sus maestros?
Un país donde las manos actúan, sin voluntad del cerebro. Esa es hoy Bolivia.
Garantizar la circulación nacional de un billete; controlando al exportador, es una medida catastrófica.
La reseña histórica económica, involucra a un actor principal, como ser un Gobierno populista, que con una planificación centralizada de la economía, socava de manera inevitable la raíz de la democracia.
Y esta enfermedad se expande, traspasando cerebros de la juventud, causando resignación a la voluntad y energía para emprender.
Con la desdicha de luego transformar a ciudadanos en clientes fieles de un Estado insostenible.