Dícese de Josef Stalin que en una de sus reuniones mandó pedir una gallina. En cuanto se la trajeron la tomó del cogote con una mano y con la otra empezó a desplumarla (no se sabe en qué lado quedó la mano maltrecha). La gallina, desesperada por el dolor, intentó liberarse sin éxito. Stalin la tenía fuertemente sujetada. Al final, la gallina quedó por completo desplumada
Después de esto, se dirigió a sus ayudantes y les dijo: “Ahora queden atentos a lo que va a suceder”. Stalin puso a la gallina en el piso y empezó a caminar, al tiempo que le arrojaba granos de trigo. La gallina, adolorida y sangrante a más no poder, perseguía a Stalin e intentaba repetidamente agarrar su pantalón, mientras éste continuaba tirándole el trigo.
El caso es que la gallina no paraba de perseguirlo. Ante la asombrada reacción de sus colaboradores, cuenta la anécdota, Stalin les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me persiguió la gallina? Así es la mayoría de los pueblos: persiguen a su gobernantes y políticos, a pesar de la humillación y el dolor que aquellos les causan, a cambio de dádivas”.
Muchos ya deben conocer esta célebre fábula o cuento, pero siempre que la escucho siento como si uno nunca la escuchara o si la sociedad desconociera de ésta. Cierta o no, esta historia nos ilustra muy bien cómo los políticos se las agencian para gobernar engatusando a sus ciudadanos.
En el caso argentino, proyecto al Estado como Stalin y a sociedad como la gallina, y que su modus operandi para desplumarnos es a través de sus intervenciones en cuestiones económicas y sociales. Nuestra vista, además, está más afectada todavía por aquellos colectivos que, ignorando cómo nos afecta este intervencionismo, nunca dejan de dar gracias e insistir por más intervenciones estatales sobre la sociedad.
Pero bueno, es una realidad que muchos ya conocemos en menor o mayor medida, y que me parece de gran ejemplo para la difusión el asimilarla a la historia del principio.
A modo de cierre quiero llamar a la reflexión y al porqué del título que asigné a esta nota. Desde hace ya bastante tiempo que algunos sentimos cómo tener a este Estado omnipresente en nuestras vidas nos afecta y nos da menos margen de acción; nos deja desarmados y sin capacidad de toma de decisión. Pero es momento de no sólo dejarlo en discusiones entre algunos entre los que estamos de acuerdo sino de llevarlo al resto de la sociedad.
En el ámbito social, siento que las ideas de la libertad tienen un espacio más grande que hacía algunos años no hubiera tenido; esta agrupación es fruto de ello. Hasta puede que este año se vea reflejado en las elecciones legislativas, pero nos ha de quedar todavía por hacer para sacar a nuestra sociedad de las garras del aparato estatal y dejar así de perder plumas.
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