Ayudas sociales, una forma de compra de votos

Es muy probable que muchas personas sientan que los políticos solo se acuerdan de las personas que gobiernan cuando es época de elecciones, esa época donde es la única vez que se puede ver a los políticos yendo a los barrios más vulnerables a fingir que escuchan los problemas de las personas y prometen soluciones que en muchos casos no se cumplen o resultan ser paños de agua tibia en forma de subsidios o ayudas en especie que una vez consumidos los beneficiarios que estas ayudas quedan igual que el principio.


Ya es costumbre que los políticos en Latinoamérica (sobre todo los de tinte populista) basen sus campañas políticas casi que en su totalidad en “promesas” más que en propuestas y son precisamente estas “promesas” las que cumplen la función de trampas casa bobos para conseguir el voto de las personas más ingenuas o desentendidas de áreas como la política o la economía, y son precisamente estos mismos políticos los cuales carecen de principios o valores y por ese mismo motivo que, con tal de conseguir un voto están dispuestos a pagar por él, la compra de votos es ilegal en todo el mundo pero ¿acaso nadie se ha puesto a pensar que es igual de malo votar por el político que te promete brindarte ayudas sociales?. La Real Academia Española define la acción de comprar como “1. tr. Obtener algo por un precio.” (Real Academia Española , 2014) por lo que es lógico pensar que si un político promete a una población un beneficio ya sea subsidios, construcción de viviendas, planes sociales etc… desde un punto de vista comercial está incurriendo en compra de votos pero al no realizar ninguna transacción en el momento  no estarían incurriendo en ningún delito, y es precisamente de este vacío legal y de la ingenuidad que caracteriza las masas de lo que los populistas se aprovechas para conseguir los votos de las personas por medio de sus promesas vacías.

 Ya cuando están ejerciendo un cargo público el populista necesita justificar su estancia en el poder y para conseguirlo se vale de comprar a la población (especialmente la población con escasos recursos) por medio de ayudas sociales las cuales no bastan para satisfacer sus necesidades pero que ante la falta de empleo y de oportunidades para emprender terminan siendo la mejor y a veces la única opción que tienen pasa sobrevivir el día a día, el político populista sabe de esta situación y se aprovecha de ella valiéndose de demagogia y manipulación psicológica para volver a sus votantes completamente dependientes de las ayudas sociales que les brinda ese político y al mismo tiempo les mete la idea que si sus adversarios ganan estas ayudas les serán retiradas condenándolos a la miseria y la pobreza.

Esta compra masiva de votos trasciende a los sectores más vulnerables de la sociedad y llega hasta las más altas, donde los políticos ponen en su mirar comprar a personalidades con alto poder adquisitivo e influencia social como puede ser el caso de empresarios, artistas personalidades públicas, sindicatos, gremios entre otros. En estos casos los políticos no se aprovechan de sus necesidades sino que establecen lo que se conoce como redes clientelares, en las cuales estos particulares u organizaciones  se ponen al servicio del político y una vez que esté llega al poder les brinda beneficios como contratos con el estado, su inclusión en planes sociales, leyes que los benefician etc… es precisamente de estas redes clientelares que de donde surgen los casos de corrupción que salen frecuentemente en las noticias desde el carrusel de la contratación en Bogotá Colombia hasta casos que alcanzan relevancia internacional como el caso de odebrecht. Es tal el grado en que estas prácticas corruptas inundan los gobiernos de toda Latinoamérica que muchos empresarios terminan postulándose a cargos públicos precisamente para ser ellos quienes manejen estas redes clientelares pues les resulta mucho más rentable aliase o pertenecer a la clase política que competir en un sistema de libre mercado, de esta manera la economía de nuestros países se termina cerrando ante la imposibilidad de que aparezcan nuevos proyectos empresariales a competir con las empresas ya existentes, pues los altos impuestos (que solo las grandes empresa pueden pagar) y las excesivas regulaciones son una barrera que difícilmente se puede superar por lo que las personas que no forman parte de estas redes clientelares compiten en desventaja por lo que muchos de estos nuevos emprendedores optan por permanecer en la informalidad mientras que los grandes empresarios consolidan sus monopolios y los políticos aprovechan esta situación para hacer que las personas sean cada vez más dependientes del estado. 

Conclusión.

En todos los países democráticos la compra de votos está prohibida pero como se ha demostrado existen formas de compra de votos que no solo no están penalizadas sino que también son una costumbre en américa latina, las ayudas sociales son actualmente un mecanismo que usan los políticos para ganar seguidores y conseguir votos de manera masiva, por tal motivo es indispensable que aquellos que defendemos las ideas de la libertad y estamos en contra de la corrupción denunciar este hecho e instruir a la población para que no caiga en este mercado de votos que al final los beneficiados son los políticos y sus aliados los cuales se enriquecen a costa de los impuestos del pueblo al que solo le retribuyen con migajas.


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