En mi artículo anterior –¿Qué tan actual es el Segundo Ensayo de John Locke?– señalamos aquellos elementos vigentes de su obra; como lo es la propiedad, el fundamento y finalidad del Estado, nociones de la responsabilidad parental, entre otros. Desde ya invito al lector a leer previamente dicho texto para una mejor comprensión.
Antes de analizar los puntos desactualizados, debemos mencionar aquellas cuestiones que se encuentran fuera de lugar para nuestra cosmovisión y modo de entender la dignidad humana, los derechos fundamentales y la moral.
Los puntos referidos a la esclavitud, la desigualdad natural entre hombres y mujeres, Dios como fundamento de los derechos naturales, y la limitacion a la autonomia personal del individuo –por ser considerado propiedad de Dios– serán descartados sin necesidad de ahondar en explicaciones.
Habiendo hecho esta aclaración, proseguiremos con el hilo de la cuestión para considerar los aspectos desactualizados del Segundo Ensayo de John Locke.
Derechos naturales
Tanto los deberes del Estado, así como sus límites, y los derechos y prohibiciones de los individuos reposan sobre la idea de que existencia de una ley de naturaleza (dictada por Dios) de la cual surgen los derechos naturales del hombre: vida, libertad y bienes.
Con el transcurrir del tiempo, Dios fue reemplazado por la razón como fundamento y medio para acceder al contenido de los derechos naturales.
Aquí el problema versa sobre cuál es el fundamento de nuestro ordenamiento jurídico o marco institucional.
Al inclinarnos por el iusnaturalismo nos enfrentamos al problema de tener que justificar de donde surge y cuál es su contenido. No basta con sostener que el derecho natural está compuesto por una serie de ideas innatas en el ser humano y asequibles mediante la razón; dado que en ese caso todas las personas deberíamos poder conocer esa misma idea innata al reflexionar sobre ella.
De ese modo podríamos preguntarnos ¿Por qué existen distintas concepciones del Bien, no solo a lo largo de la historia, si no en un mismo periodo entre distintos individuos? Sería por lo menos soberbio pensar que quienes sostienen otros modelos de Estado y valores, diferentes a los que sostenemos los liberales, lo hacen porque no pueden razonar o no lo hacen correctamente.
Sebastian Ariel Citrea es Estudiante de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Coordinador Local en Estudiantes por la Libertad Argentina. Coordinador de Blog en Forjar.
Los derechos naturales, más que un deber ser presente en la mente y la esencia de toda persona, parecerían ser un conjunto de ideas particulares de una moral privada que buscan ser elevadas al grado de universal.
Teoría de la apropiación lockeana
En el Capítulo V del Ensayo, Locke desarrolla cómo las personas pueden apropiarse de los bienes esparcidos en el mundo. Es así como sostiene:
“Cada hombre tiene una “propiedad” en su propia “persona”, a quien nadie tiene derecho alguno si no él. La “labor” de su cuerpo y el “trabajo” de sus manos, podríamos decir que son suyos por propiedad.
Cualquier cosa, entonces, que saque del estado en que la naturaleza la ha producido y dejado, modificándola por su labor y añadiéndole algo que le es propio, de tal forma se ha convertido en su propiedad.”
Además, Locke establece 2 condiciones que se deben respetar a la hora adquirir propiedad: a) Que queden bienes comunales suficientes y de buena calidad para los demás, y b) que aquello de lo que nos apropiamos no se eche a perder.
En primer lugar, debemos señalar la visión objetiva del valor presente en esta teoría como una idea errónea. En este sentido al sostener que el hombre “modifica la naturaleza por su labor y le añade algo (valor)” estaríamos atribuyéndole un valor intrínseco al acto de modificar – o trabajar – los recursos.
Gracias a la Escuela Austriaca de Economía, sabemos hoy que las cosas valen según lo que la percepción subjetiva de los individuos consideran que valen; teniendo en cuenta factores como la escasez y la utilidad.
Por otra parte el filósofo Robert Nozick dedicó una parte de su obra más famosa “Anarquía, Estado y Utopía” a criticar esta teoría de la apropiación de John Locke.
Nozick apunta primero a la idea de que el trabajo, la impregnación de lo propio a un objeto extraño, es lo que origina la propiedad originaria. En este sentido el autor se pregunta: Si pudiéramos esparcir a lo largo del mar un líquido fluorescente, de nuestra autoría, que nos permita distinguir hasta dónde ha llegado y que partes del mar ha impregnado ¿esto supondría que ahora el agua nos pertenece, o tontamente hemos desperdiciado tiempo y recursos?
Este junto a otras ingeniosas críticas nos hacen dudar de que ese trabajo genere apropiación. Sin embargo, Nozick también criticó la regla sobre dejar bienes comunales suficientes y de buena calidad para los demás.
Supongamos que existen 10 personas y 9 manzanas. Con una lectura rápida del principio de Locke concluiremos que la persona número 9 no debe tomar la última manzana ya que este acto privara de alimento al último sujeto.
Sin embargo esto no es así, dado que cuando el Nº 8 tomó su manzana, dejó al 9 sin posibilidad de poseer la suya. Así mismo, el 7 no podría apropiarse de la séptima manzana, ni el 6 de la sexta, etc.
Con cada apropiación se restringe el acceso del resto a los recursos, dado que todos contribuyen a que no hayan manzanas suficientes.
Locke ha sido una pieza indispensable en el desarrollo del pensamiento liberal, siendo crucial su lectura para la difusión y lucha de las ideas. El mejor homenaje a su obra es la lectura crítica y contextualizada, en pos de orientarnos a una sociedad cada vez más abierta y libre.
Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.
