El alma del capitalismo: reivindicando sus fundamentos morales

El capitalismo no es meramente lo "práctico",
sino el único sistema moral de la historia.
Ayn Rand (1)

Por: Sara Urquizu
Bolivia

¿Cuál es la imagen que se tiene del capitalismo?
Generalmente cuando se piensa en el capitalismo, se piensa en elites oligarcas dueños de los medios de producción explotadores de la plusvalía del proletariado, en palabras más sencillas, señores burgueses privilegiados con traje negro y sombrero, con influencia y poder que se aprovechan del trabajo de la clase obrera. Se afirma también, de estos hombres, que no tienen alma, que consiguen sus objetivos a costa de cualquiera y que acumulan riqueza indiscriminadamente, sin la preocupación humana de los menos desfavorecidos (esto es a lo que se llama el capital). Lo cual, desde un punto de vista histórico, es comprensible, ya que las primeras veces que se utilizó el término fue para criticar.


Esta manera de ver el capitalismo no es solamente actual, ya que desde sus inicios ha tenido una carga peyorativa. De tal forma que, Werner Sombart, después de Karl Marx y Louis Blanc, fue quien se encargó de popularizarlo a través de su obra cumbre: El capitalismo moderno (Der modern Kapitalismus), la cual criticaba el sistema del laissez faire, dándole una connotación de injusticia, abuso, pecado y digna de un castigo divino.


Es así, como han surgido muchos detractores de esto. Donde incluso, la mayor parte de las academias lingüísticas, en teoría neutrales, le otorgan al término una carga negativa. Además, se expandió la idea de que el capitalismo era el heredero del feudalismo y del mercantilismo, sistemas que ya venían con mala fama al ser sistemas esclavistas y totalitarios, cuando en realidad estos no engendraron al capitalismo sino al clientelismo y amiguismo.
Cabe hacer una aclaración en este punto, existe una gran diferencia entre lo que mal algunos utilizan para denominar “capitalismo de amigos” con lo que realmente es el capitalismo puro.


Mientras en el primero, “empresauros” y gobernantes se dan favores para mantener el poder y la riqueza mediante políticas proteccionistas y paternalistas, en el segundo se aboga por un mercado libre, donde hay protección de la propiedad privada y, en consecuencia, de los derechos individuales con igualdad ante la ley. Por lo tanto, es totalmente contradictorio entre sí el término, lo ideal sería utilizar “mercantilismo de amigos” para ser más preciso al referirse a este sistema pusilánime.


Continuando con el tema que concierne, si esta es la idea que se ha mantenido del sistema, ¿Por qué ha tenido defensores?
Existe una justificación típica entre los defensores del capitalismo y se resume en una sola palabra: datos. La evidencia empírica es lo que ha permitido que un sistema tan “vicioso y tiránico” como el capitalismo perdure a lo largo del tiempo y tenga personas que lo defiendan.


Por algún motivo, que muchos no se han podido explicar (o no han querido entender), en los lugares donde se aplicó un sistema económico de libre mercado y mínima intervención del gobierno, se ha generado prosperidad, desarrollo y mayor bienestar general. Hoy, con el avance de las investigaciones y el alcance de la recopilación de datos en los países del mundo,  hace falta ser ciego para no ver la magnitud entre los países que tienen mejor ranking en el  índice de Libertad Económica (2) y los países. que tienen mayor Índice de Desarrollo Humano (3).

Sin embargo, este no es el único indicador en el que estos países (Suiza, Noruega, Islandia, Hong Kong, Australia, Dinamarca, Suecia, Irlanda, Singapur, Finlandia, Nueva Zelanda, Países Bajos, etc.) encabezan las tablas de posiciones. También son los lugares donde hay mayor esperanza de vida, mayor felicidad, mejor calidad de educación y salud, menor desigualdad, menores tasas de mortalidad infantil, y por lo tanto mejor calidad de vida. La gran mayoría de los defensores del capitalismo utilizan todos estos datos mostrando las bondades que permiten adoptar un sistema de libre mercado.


Empero, siendo estos datos tan difíciles de ignorar, ¿por qué aún al mundo le sigue
costando tanto aceptarlo y reconocer que es el mejor sistema económico que el hombre aún ha podido descubrir?
La respuesta es sencilla: por la cuestión moral. Aún las personas creen que el capitalismo es un sistema inmoral y condenable. ¿Acaso la historia no es testigo de que las masas se convencen por el sentimiento y no por la razón?, ¿acaso los poderosos no se dieron cuenta de cómo subyugar al pueblo en nombre de un “bien mayor”?, ¿acaso no han existido sistemas depravados que han tenido tantos seguidores convencidos de una superioridad racial y moral?, ¿acaso tantos dictadores no han ingresado al poder vociferando en nombre de Dios?, ¿acaso tantos creyentes no han vivido miserables como esclavos creyendo que les esperaban recompensa en el ¿cielo? Todo esto fue posible debido a las implicancias que tuvo la moral.


Entonces, ¿es posible que el capitalismo pueda tener una virtuosa moral?
Para desarrollar esta respuesta se utilizará uno de los conceptos más neutro y difícilmente refutable que hay, que es el de la Real Academia Española, donde define al capitalismo como un “sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad”. de mercado” (4).
Defender la propiedad privada implica proteger el fruto del trabajo de cada individuo. El trabajo es el producto del tiempo, de la energía y del talento que se invierte en producir un bien o servicio. Si reconocemos dicha propiedad como el derecho o facultad de poseer a alguien algo y poder disponer de ello, entonces, reconocemos todos los ingredientes que conforman el trabajo.
y el esfuerzo del hombre en la creación, producción, transformación de una parte de la naturaleza en un bien de uso valioso. Desde esta perspectiva, el concepto se torna más humano, ¡cómo lo es realmente!

 


Cuando ya nos referimos al mercado, es la propiedad privada la que se intercambia en el comercio, ¡he ahí el significado moral de la libre oferta y demanda! En un intercambio voluntario tanto el que vende como el que compra buscan estar mejor, sino no comerciarían. ¿Acaso no?
¿Se cierran estos intercambios con un “gracias” de ambas partes? Entonces, negar la propiedad del hombre, implica negar el producto de su vida (sus ideas, su energía, su talento…) y de su libertad (su tiempo dispuesto en lo que eligió). Por tanto, no puede existir ningún sistema que defienda otros derechos del hombre sin que tenga una protección férrea de los derechos de propiedad.

A todo esto, Ayn Rand nos decía que el capitalismo ha sido el único sistema de la historia en el cual la riqueza no ha sido adquirida mediante el saqueo, sino mediante la producción, no por la fuerza, sino mediante el comercio, el único sistema. que ha defendido el derecho de los hombres a su propia mente, a su trabajo, a su vida, a sí mismo(5).


La tan anhelada búsqueda de la felicidad del ser y la decisión de su proyecto de vida en base a sus propios valores, solo es posible gracias al capitalismo. Si bien cada persona se hará responsable de sus acciones y eso causa miedo a muchos porque cada ser puede cometer errores en sus decisiones, el éxito y el fracaso son incentivos para aprender y crecer. Al hombre, a diferencia de los animales que sobreviven por instintos, le fue dada la mente como medio de supervivencia. Está implícito en su naturaleza pensar, crear, innovar, mejorar y eso no es posible sin las caídas. Una mente no trabaja y no aprende bajo coerción, es por ello que el uso
de la razón debe primar en libertad. Es así que, “la ética que fundamenta el capitalismo es la única que permite considerar a cada ser humano como un fin en sí mismo, esto es, como un ser único cuyos derechos no pueden ser aplastados por intereses políticos o privados disfrazados de bien común” (6).


Del respeto a la vida, la libertad y la propiedad privada de cada individuo se desencadenan otros principios como la igualdad ante la ley, principio de no agresión, reparación del daño, la solidaridad, la cooperación social, el gobierno limitado, la diversidad, y todas las libertades individuales (libertad de expresión, de cátedra, de culto o religión, de asociación, etc.). No se puede alzar la bandera de ninguno de estos principios sin alzar la bandera del capitalismo.


Finalmente, mi mensaje a los defensores del laissez faire consiste en que se enfoca la “batalla en su debido lugar: en sus principios morales y filosóficos” (7). Si bien se puede mostrar estadísticas y todo el progreso que ha traído el mercado libre, se debe comprender que el capitalismo sea un sistema lleno de virtudes y que brinde al mismo tiempo, tantos beneficios a la sociedad es sólo, una hermosa casualidad. Mientras no se conozca el alma del capitalismo y se siga creyendo que es solamente un cuerpo de parámetros de convivencia que sólo brinda riqueza y prosperidad, no alumbrará la antorcha de la libertad en el mundo.

Bibliografía

(1) Rand, A. (1957). Capitalismo. El ideal desconocido. Editorial Grito Sagrado.
(2) Se puede acceder a los informes del índice de Libertad Económica del Heritage Foundation
a través de https://www.heritage.org/index/ ya los del Fraiser Institute a través de
https://www.fraserinstitute.org/ libertad-económica
(3) Se puede acceder a los informes del índice de Desarrollo Humano del PNUD a través de
https://hdr.undp.org/
(4) https://dle.rae.es/capitalismo
(5) Rand , A. (1957). La rebelión de Atlas. Editorial Grito Sagrado.
(6) Kaiser, A. (2011) Prólogo de La moralidad del capitalismo. Estudiantes Por La Libertad y Atlas
Económico
Fundación de Investigación.

(7) Rand, A. (1957). Capitalismo. El ideal desconocido. Editorial Grito Sagrado.

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