Platón, uno de los autores más importantes de occidente y de la historia de la humanidad plantea que existen dos mundos, el mundo de las ideas y el mundo de lo sensible. La mayor diferencia entre ellos es que en el mundo de las ideas se encuentra justamente, lo que pensamos como ideal, como perfecto y en el mundo de lo sensible, se atraviesa esta idea con las imperfecciones propias de la realidad, como pueden ser la posición, el tiempo, espacio, etc.
En lo que refiere a la política, veo que existen partidos, organizaciones e individuos que intentan imponer la realidad sobre lo ideal y viceversa.
El primer caso son los partidos que generalmente se ubican en el centro, que atravesaron un proceso de “Institucionalización” diría Angelo Panebianco, todos aquellos que priorizan mantener y aumentar el poder a toda costa. En el otro extremo se ubican los partidos totalmente ideologizados, ubicados en el espectro ideológico de un sistema político en ambos lados, que tiene casi como único objetivo exponer sus ideas, casi siempre con bajos resultados electorales. De manera coloquial, se dividen estos partidos, organizaciones e individuos en pragmáticos e ideológicos, siendo los pragmáticos aquellos que aceptan ceder puntos para conseguir más poder y los ideológicos ocupando el lugar de aquellos que no ceden ningún punto para mantener sus ideas intactas.
Claramente en el camino entre el total pragmatismo y la total ideología se encuentran la mayoría de los partidos políticos ya que en el extremos de ambos puntos se hallan varios problemas, principalmente por el propio alejamiento del otro extremo en esta disyuntiva pragmatismo/ideología.
En el extremo pragmático, que se puede ejemplificar con el amplio espectro del peronismo, existe una tal falta de ideología que muchas veces es difícil diferenciar el fin del medio concluyendo en un limbo en el que el poder es el medio para el fin que también es el poder.
En la otra punta, se encuentra otro limbo, un grupo totalmente ideologizado, como es la izquierda en Argentina (PTS, MST, FITUnidad, etc.) que por sus tan fuertes convicciones, no cede absolutamente nada y nunca logra conseguir un medio para su tan definido fin, haciendo que este fin sea imposible.
El liberalismo, desde la candidatura presidencial de Jose Luis Espert en 2019, hasta la actualidad, ha presentado fallas por posicionarse muchas veces en ambos extremos y muchas veces no conseguir un punto medio aceptable para mantener su electorado y avanzar dentro del sistema político para llegar al fin de que las ideas liberales, pasen a ser programas políticos y leyes que cambien la realidad Argentina.
Claramente como extremo ideológico se lo puede colocar a Javier Milei, que mantiene su mismo discurso desde el primer día y que si bien esto le valió para conseguir adeptos y votos, tambien lo llevó a cometer errores gravísimos como su desempeño en el debate de candidatos a diputados por la Ciudad de Bs.As., sus comentarios sobre la venta de órganos y demás momentos que hicieron descender la imagen y el poder conseguido por su figura.
En el extremo pragmático, se pueden encontrar generalmente políticos que viendo lo popular de un mensaje liberal, adoptan una parte de este (generalmente lo reducen exclusivamente a reducir impuestos) con el objetivo de mantener un alto caudal de votos. Ejemplo de que esto es un error son las críticas hacia María Eugenia Vidal y diferentes candidatos que en 2021 firmaron un compromiso de no aumentar impuestos, haciendo un guiño al público liberal, esto tuvo como conclusión el duro cuestionamiento de la votación de Vidal en varias leyes que perjudicaban la situación fiscal de los argentinos. Otra situación que se encuentra estratégicamente en el otro extremo del ejemplo anteriormente mencionado pero dentro del extremismo pragmático, es como La Libertad Avanza (estructura de coalición de partidos por la cual Javier Milei llegó a su banca en diputados) en provincias como Tucuman y con algunos referentes locales en provincia de Bs.As. a elegido a referentes que vienen del peronismo y de muchos años de política en espacios liberticidas en lo económico y autoritario en lo institucional, pero que fueron aceptados en la coalición por la posibilidad de generar candidaturas locales y militancia en el territorio.
Dentro y fuera de LLA, se critica mucho la distancia, entre el mensaje totalmente ideológico de Milei y el accionar extremadamente pragmático, como la alianza con Ricardo Bussi en la provincia de Tucuman.
Desde mi punto de vista, que se encuentren estos extremos y las críticas, son producto de haberse posicionado en un principio en el extremo ideológico y darse cuenta muy tarde de que necesita un sustento pragmático que lo apoye porque claramente, no se puede cerrar el BCRA sin ser presidente, y para ser presidente, se necesitan muchas más condiciones que solo el voto. Tomando solamente las condiciones formales se necesita, además, una alianza/partido nacional (como mínimo presencia en 5 distritos) y si tomamos en cuenta las leyes no escritas existentes en política, se necesitan candidatos potables, fiscales, partidarios activos, entendimiento de las problemáticas específicas en cada territorio, etc. Estos puntos, claramente no son fáciles de conseguir en 2 años (desde la candidatura a diputado en 2021 hasta las elecciones presidenciales de este año) y por esta urgencia, es que creo que un espacio con LLA tomó las decisiones que fueron tan criticadas.
Un ejemplo que muestra, a mi parecer, un punto razonable entre el pragmatismo y la ideología, es la consolidación territorial que logró Avanza Libertad (la coalición de Espert) en la provincia de Bs. As. específicamente, la UCEDE y Republicanos Unidos de este distrito.
Como paréntesis, puedo decir que Milei, sigue teniendo un gran caudal de votos, a pesar de las críticas, por su condición de candidato antisistema, que canaliza las emociones y frustraciones de gran parte de la sociedad.
Para concluir me puedo preguntar y entonces, ¿cómo encontramos un punto medio razonable?
Para mí, la solución es desarrollar un triángulo de antipersonalismo, desarrollo de recursos propios y una estrategia política coherente.
Sobre el antipersonalismo, puedo decir que es necesario ya que el personalismo es una de las primeras características de un extremismo pragmático, puede servir para una única elección, pero genera peleas, roces y desgaste en los dirigentes y militantes del espacio, que se deben a una sola persona.
A lo que respecta a desarrollar recursos propios, me refiero a consolidar una base territorial, que tenga la capacidad de actuar en las elecciones provinciales y municipales, para generar espacios de poder en los tres niveles (nacional, provincial y municipal), y no solo en el nacional. También es necesario consolidar una militancia que lleve a cabo este territorio y que al ser propia, se reduce el riesgo de que se vaya a otro espacio, porque se adquiere un condimento de relaciones personales y lealtad que fortalece el mismo espacio.
La estrategia política coherente, hace alusión principalmente a realizar alianzas y decisiones, teniendo en cuenta no solo el resultado del mayor candidato, sino abarcando también, cómo esto afectaría a los integrantes de toda la jerarquía del espacio y teniendo en cuenta el plano en general de todo el sistema político también.
La forma de empezar para mi, es desarrollar una militancia comprometida, que se anime a cuestionar a sus dirigentes y que sea incluída en las decisiones, ya que por el contrario, una militancia debida a una persona o una situación totalmente coyuntural aumenta la posibilidad de cometer los vicios anteriormente mencionados.
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Ezequiel Bazán
Estudiante de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Villa María.