En estas últimas dos décadas, los venezolanos hemos sido sometidos a toda clase de pruebas, situaciones adversas, que en muchos casos superaron nuestras capacidades, y que desde entonces, nos obligan a cuestionarnos a menudo, si tendremos la fuerza y voluntad para continuar ¿y cómo no? Si cada vez que surge una nueva esperanza, esta se ve boicoteada por nosotros mismos o por los actores de la politiquería de siempre. 



Son más de veinte años de maltratos y humillaciones, los que han atrofiado a la sociedad: un éxodo sin precedentes en nuestra historia, una dantesca crisis política y económica que ha fragmentado a nuestras familias, y el permanente recordatorio de que, nosotros los jóvenes, estamos perdiendo nuestra juventud.

Las personas estamos indignadas, incluso asqueadas por el desenvolvimiento de los hechos políticos en nuestro país y la región, nos desanima enormemente saber que a pesar de haber huido de Venezuela, el oprobio y miseria que constituyen la izquierda, nos persiga y se instale en cada uno de los países en los que hemos logrado refugiarnos. Aunado a todo esto, nos enfrentamos a una pésima gestión de la crisis pandémica que asola a todo el planeta. 

Ese es el diagnóstico, todos lo podemos percibir, está allí, palpable en la realidad, ahora bien, ¿la solución también está allí? ¿También podemos percibirla y palparla en la realidad? La respuesta es no, no podemos hacerlo porque los medios tradicionales de comunicación, representan un obstáculo en nuestra percepción: somos víctimas de un sistemático ataque mediático, que nos aturde y desorienta. Además, nosotros mismos preferimos eludir la realidad, esperando que una especie de Chapulín Colorado venga a salvarnos. La solución existe, pero no la percibimos, la solución somos nosotros, pero nos subestimamos.

Estamos ya a mediados del segundo cuatrimestre del 2020, inmersos en un caos que se ha hecho habitual, sin que todos alcancemos a comprender que la solución al gran problema -el sistema estatista- somos nosotros mismos, sin ponernos de acuerdo para enfrentar a la izquierda que pelea unida y avanza para destruirnos, sin darnos cuenta de que existen agentes políticos dentro del espectro de derecha, que les arman la jugada a la izquierda para que esta nos venza.

Y allí es donde radica otro gran mal, en la polución que contamina a la “derecha”, esa que se vuelve inútil y servil a los fines del socialismo, la misma que no se dispone a ejecutar reformas de fondo, aquella que sostiene al estatismo y desperdicia oportunidades para establecer un gobierno auténticamente liberal, que nos conduzca a la reducción de la intervención del Estado en nuestras vidas, al establecimiento del libre mercado y al respeto irrestricto por la propiedad privada.

Frente a la ignorancia e indiferencia extendida en la región, el llamado concreto es a la formación de organizaciones políticas que emprendan acciones para frenar a la izquierda, primero instruyendo a sus adherentes con los principios del liberalismo y luego ejerciendo la acción política en esencia. 


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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