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Libertad: La crisis de la razón y la virtud del sentimentalismo

Se ha perdido un valioso valor del carácter de la libertad, y debemos recuperarlo. Es en ello en lo que hemos fallado sistémicamente los liberales para transmitir nuestro conocimiento a aquellos menos instruidos en las ideas. Hay un dogmatismo metodológico del cual aún no nos hemos librado y es el de agitar el puño con esmero para acusar a quienes utilizan el valor libertad para hablar de algo que no sea efectivamente liberal. Hay otro cantar que debe ser escuchado, aun cuando pueda afectar una ideología ya concretada.


Joaquín Ordiz Ugarte

Coordinador Nacional EsLibertad Argentina.


Un fantasma recorre la historia: el fantasma de la libertad. Todas las potencias de la vieja, y la nueva historia se han unido en Santa Alianza para acorralar ese fantasma. Los Papas y los Zares, los líderes y los seguidores, los votantes radicales y los representantes polizontes. 

¿Qué revolución no ha sido acusada tanto de liberticida como de libertinaje por sus adversarios en el poder? ¿Qué oposición, a su vez, no ha lanzado a sus adversarios de derecha o de izquierda el epíteto zahiriente de liberal?

De aquí resulta una doble enseñanza:

1° La libertad está reconocida como una fuerza de atracción y tracción por toda la historia;

2° Ha llegado el momento de que los liberales expongan, no a la faz del mundo, sino a la faz interior y propia, una manera distinta de pensar la libertad, sus fines y sus medios, que opongan a la leyenda del fantasma de la libertad una reflexión profunda sobre su desarrollo en la historia de la humanidad. 

Se ha hecho durante toda la historia del liberalismo, la cual es muy joven aún y quizá a esto se deba lo que plantearé, una sistemática interpretación dogmática de la palabra libertad y sus implicancias, y se la ha intentado encasillar en una visión que parece sufrir astigmatismo metodológico. La libertad, no es un concepto analizable racionalmente porque el ser humano no es puramente racional, y de hecho, rara vez lo es. Todas las doctrinas han hecho un notable esfuerzo por definir de forma concreta, un sentimiento que no responde a un cálculo mental, sino a una pasión o un anhelo espiritual. El concepto de libertad puede verse a través de mil cristales y todos darán cuenta de una particularidad única de esa visión, que la diferencie y por ende resulta contrapuesta a la anterior. Todas las revoluciones, o su gran mayoría, tuvieron inmersas en ella la idea de la libertad como principio motor, aun cuando todas las revoluciones, o su gran mayoría están atravesadas por la violencia más cruda. De hecho, podemos contar la historia del ser humano a través de cuotas de violencia y hechos catastróficos, pero la libertad siempre ha estado presente. Tal es así, que en la revolución francesa la libertad fue una consigna fundamental plasmada a fuego en la inmortal frase “Liberté, égalité, fraternité”, en la revolución norteamericana se encuentra presente en cada palabra impresa en tinta en los papeles federalistas ensayados por Alexander Hamilton y James Madison, y en los escritos de Karl Marx también está plasmada indiscutiblemente concibiéndose como la emancipación de la clase obrera del yugo opresor de la burguesía. Surge entonces, que no es un valor con dueño o custodio, el cual posee la única llave capaz de invocarla y recitar las letras que forman su palabra, sino que es una idea esquiva y difusa cuyos límites no están bien definidos por lo que cualquiera puede arrogarse su significado en ocasión cualquiera. He aquí nuestro problema, lo hemos entendido como un concepto unívoco, perfecto, preciso y diagnosticable, y de allí que nos de placer sentirnos paladines en guarda de su existir, pero lejos estamos de aquello.

Toda protesta, todo movimiento revolucionario, toda exclamación popular, aún entre banderas del partido comunista local, tiene un fundamento basado en la libertad, y esto es así por la pobre intención de suministrar el concepto de forma digerible que hemos tenido durante todos estos años. No hemos realizado en profundidad un verdadero esfuerzo de masticar nuestra información antes de servirla, por ello hoy en día pueden verse muchas explosiones sociales de consignas estrictamente liberales, pero que no saben identificarse como tales. Hemos perdido oportunidad tras oportunidad de dar a aquél que desconoce y no es habitué de la filosofía liberal, entender el concepto de libertad

¿Por qué?

Porque hemos mancillado éste valor tratando de convertirlo en una ecuación a resolver, una suma de complejidad pero que a fin de cuentas tiene solución. 

Razónalo, y entenderás.

-¿Pero, cómo puedo hacer eso?

– Leyendo tantos autores liberales como puedas en vida, y así, saldrás de la caverna para ver finalmente más que sombras.

-Pero es que no estoy educado en estos temas, jamás podré entenderlo.

-Sólo la razón, a través de lo académico, te hará ver la luz, hijo mío.  

En ese punto, hemos perdido.

Frédéric Bastiat era considerado “poco serio” por explicar las ideas de forma exageradamente sencilla. Hoy en día, aquello que no es “poco serio” no es consumido, al menos no por las masas. Hay una disputa chirriante entre el liberalismo, y lo popular que parece no poder reconciliarse, y esto se debe en mi opinión, exclusivamente al problema de tratar a la libertad como un fenómeno puramente racional, cuando es concepto tan abstracto que se torna en subjetividad pura y como dije, un anhelo sentimental de cada individuo. 

Tanto protestas en Hong Kong, como las protestas en Chile son atravesadas transversalmente por ésta idea, por este anhelo. Quizá, y con toda razón, las protestas en Chile sean con los medios erróneos, fines ilegítimos y una irreverente posverdad que transforma esa idea en intereses que no se adhieren a su verdadero sentido, pero aun así, allí está presente. No tengo ninguna duda, de que hoy por hoy un protestante chileno cree estar luchando por su libertad, seguro de lo que hace y de lo que quiere, confiado en que lo que hace es correcto porque da una feroz batalla contra el sistema que aprisiona y pisotea su derecho más fundamental. Así como también lo hacen los protestantes en Hong Kong, que tapan sus rostros en señal de desaprobación de la inteligencia que se ejerce como control poblacional por el partido comunista gobernante. Y es comprensible, que allí donde el liberalismo ha fallado en transmitir los porqué y las implicancias de la libertad, otras ideas hayan dado el batacazo apoderándose de cualquier posible conceptualización de los ciudadanos. 

¿Qué hacer entonces?

Probablemente la respuesta no sea única, ni la que vaya yo a dar sea la mejor o más eficiente. Pero debemos ir hacia un esquema de repensar el liberalismo, en sus conceptos, adaptarlos a la actualidad y dejar de recitar desde sillones de mármol mientras sostenemos cócteles llenados con autoelogios vestidos de smoking y perfumado con florituras léxicas que nada transmiten y a nadie llegan. Los viejos trajes y galeras del s. XIX y principios del XX han quedado marchitos, descoloridos y perforador por las cientos de polillas que se han servido de un eterno festín, es tiempo de actualizar nuestra indumentaria y como diría Zygmunt Bauman, de hacer más líquida nuestra forma de transmitir.

The lesson is, less-reason. And more devotion, for emotion.

 Debemos acercar las ideas al nuevo milenio, y debemos adaptarnos a sus reglas comunicativas. Expansión y capitalización de quienes son fértiles para plantar la semilla de la libertad. La libertad es una antorcha que debe rociarse con alcohol cada tanto para no extinguirse, propongo ser quienes suministremos ese alcohol. La antorcha ya existe de por sí, no hay que diseñar desde cero, está ahí, en todos, sólo falta ayudar a que el chispazo se convierta en fuego. Así se transmitirá, de individuo en individuo, y de espíritu en espíritu. Los libros arden, sí, pero no es el único combustible, y éste último tiempo me ha hecho pensar en que tampoco es el más indicado. Cada persona dispondrá de su propio elemento de ignición, pero si no estamos allí aquellos que contamos con el fuego vivo, cualquier ventisca podrá hacerlo desaparecer.

Hay una frase que alguien me dijo en mi primer evento organizado dentro de EsLibertad la cual no he podido olvidar hasta hoy en día, y que ha marcado hasta cierto punto todo mi pensamiento como liberal:

“La libertad no se presume, se ejerce.”

Para agregar algo de mí mismo en ella, la adaptaré transcribiéndola de la siguiente manera:

“La libertad sólo se presume, mientras la ejercemos.”

Considero, que es un mensaje con mucha potencia. No sólo debemos divulgar las ideas de la libertad a través de palabras y discursos, ya que es muy sencillo que así como son pronunciadas, se esfumen con el viento o se diluya en la sangre. Mostrarla y defenderla a través de su ejercicio debe ser una obligación de cada uno, ya que es la forma más poderosa de lograr contagiar ese espíritu de rebelión ansioso por ser más libre. Como liberales, debemos demostrar con hechos y acciones aquello en lo que creemos, y así, mucha más gente se acercará dispuesta a instruirse en las ideas. Pero debemos acudir a las emociones más profundas, aquellas que motivan al ser humano, de forma inexplicable, a dar su vida en protestas en Pakistán o Corea del Norte, a arriesgar su libertad ambulatoria en Hong Kong o Georgia o así también a perder vínculo incluso con sus más acérrimos amigos y familiares exilándose en algún destino un poco más libre como lo han hecho millones de Venezolanos. La libertad está allí, en los sentimientos que cargan con tanta fuerza que llevan a acciones completamente irracionales, en el deseo de liberación y de progreso, en la indescifrable pasión por vivir una vida sin cadenas. 

Potenciemos eso, defendamos la libertad en todo el mundo, no sólo con nuestras académicas definiciones y estadísticas, sino también con lo más importante, nuestra pasión. 

“Seamos libres, que lo demás nada importa.”


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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