Por: Nicolás Pierini

País: Argentina

Estamos frente a un cambio de época lleno de medidas de alto impacto. Esa hiper actividad del gobierno de Javier Milei produce un tsunami de noticias. Pero hay una que vale la pena destacar. Y tiene que ver con el orden público. Con el control por parte del estado del espacio que nos pertenece a todos. Patricia Bullrich, la madre de todas estas batallas, lo definió con claridad: “Se acabó el vale todo”. Y ese límite a la irracionalidad caótica de los piqueteros trotskistas le produce satisfacción a mucha gente. Millones de argentinos estaban absolutamente hartos de estos fascistas de ultra izquierda. Lo expresaron en las urnas. Todo el tiempo se auto perciben superiores morales al común de los mortales, hablan en nombre de los pobres y explotados y explotan a los pobres y cuando van a las urnas, casi el 98% de los ciudadanos no los vota. Porque no representan a nadie. Solo quieren mantener sus privilegios de burocracia piquetera. Según el vocero Manuel Adorni, la secta de Eduardo Belliboni se lleva 5.461 millones de pesos. ¿Qué me cuenta? Una fortuna de la nuestra. De los millones de argentinos que trabajamos y pagamos los impuestos. No se puede mantener más a estos parásitos que viven del esfuerzo ajeno. Son gerentes de la pobreza y quieren multiplicar la pobreza para tener más poder. Son intermediarios que más temprano que tarde se van a quedar con muy poco poder de movilización como lo evidenciaron ayer. Cuando no pueden extorsionar van solo los más fanáticos de la militancia. Los amplios sectores que reciben planes de emergencia no fueron a cortar ni la Nueve de Julio ni el Metrobus ni el Puente Pueyrredón. Por eso su manifestación fracasó y fue tan modesta. Patricia Bullrich apoyada por el presidente Milei, su hermana Karina y la ministra Sandra Petovello ganaron el primer partido de un largo campeonato cultural. Nada más que un partido. Pero también, nada menos. Porque en los últimos años el estado ni siquiera se presentaba a jugar. Le dejaba hacer a estos muchachos lo que quisieran con nuestra plata. Ollas populares en medio de las avenidas. Partidos de futbol en las calles. Incendio de cubiertas con humo negro y tóxico. Un balde como baño con una cortinita. Tomar lista a los beneficiarios del plan como si fueran esclavos. Días enteros acampando en las plazas y las calles. Rutas nacionales o vías del tren cortadas por un centenar de personas. Todo eso se acabó. O mejor dicho, se empezó a terminar. Se acabó el vale todo piquetero de los ultras que no tienen votos.

Ayer se pudo circular. Nadie perdió el presentismo en el trabajo. Ninguna ambulancia tuvo que frenar su marcha. Los comerciantes no tuvieron que cerrar sus negocios. Los más pobres de los pobres recuperaron la libertad de ir a los cortes si tienen ganas y si quieren. Nadie más podrá obligarlos. Tienen un teléfono, la línea 134, para hacer denuncias anónimas. En su primer día, colapsó con más de diez mil llamados para denunciar aprietes y extorsiones. Si, así, como los escucha: los que hablan del socialismo emancipador patotean a los que dicen defender. Hablan de las fuerzas represivas y ayer el único herido que hubo fue un policía. No hubo encapuchados ni gente con palos porque vivimos en democracia y eso es lo que corresponde. Pueden protestar sin cortar ninguna calle y sin tener las caras tapadas. Y mucho menos tirar piedras, bombas molotov o agredir a la policía. El que las hace, ahora las paga. Los cientos de colectivos truchos que alquilan con nuestro dinero no pudieron ingresar a la capital porque los decomisaban. No llevaron chicos ni bebes que los suelen usar como escudos humanos.

Las fuerzas de ultra izquierda deberían hacer un profundo debate interno con una gran autocrítica. ¿Qué pasa que son los que más hablan en los medios con todos los movileros a disposición y cada vez sacan menos votos? Todas sus propuestas son de destrucción y proponen modelos fracasados en todos los países donde fueron aplicados. Cuba, Venezuela y Nicaragua sin ir más lejos son un ejemplo de pobreza extrema, hambre, cárcel y persecución a los disidentes y censura. Además, van a contramano de la historia porque son voceros de un recalcitrante anti semitismo que sostiene a Hamas como lo hacen Miriam Bregman, Gabriel Solano y otros juedofóbicos de esa calaña.

Deberían revisar sus ideas y sus comportamientos. Años y años de repetir las mismas recetas apolilladas y nunca logran un apoyo masivo de los ciudadanos. Algo falla en sus propuestas, salvo que crean que la gente es tonta y ellos son unos vivos bárbaros. La vanguardia esclarecida que el pueblo no entiende.

Se creen que todos los que no los votan o los rechazan son gorilas, oligarcas o pro imperialistas. Viven en un frasco rojo. Por eso están sacados como lo vimos a Belliboni contra un colega de TN que le hizo preguntas muy atinadas. Le dijo bobo, gil de lechería, te van a echar de tu trabajo y al final le pegó un cachetazo al micrófono.

El que corta, no cobra. Esa es la consigna de la ley y el orden.

Los que violan la ley y apuestan al desorden dicen todo lo contrario. Solo cobra el que corta.

Esa extorsión, ese uso y abuso de los pobres  ayer comenzó a terminarse. No se puede cantar victoria porque todavía falta mucho en esta batalla cultural. Pero ayer miles de argentinos no se dejaron extorsionar y parece que se instaló un concepto de libertad y progreso: “Se acabó el vale todo piquetero”. 


Nicolás Pierini es Profesor en Geografía y Licenciando en Geografía y Ciencia Política. Es Director Regional del Cono Sur de Estudiantes por la Libertad. Es Asesor Legislativo en el Honorable Concejo Deliberante del Municipio de General Pueyrredon. Es voluntario de la ONG Nexxos, miembro de la JPRO, fue pasante de la Fundación Internacional Bases (2023-2024) y es pasante de la Fundación Global de Mar del Plata.

Entradas relacionadas

Students For Liberty is the largest pro-liberty student organization in the world.

To get started, please select your region on the map.

Asia Pasific