Interpretaciones de Tonucci: la educación pensada (parte 2)

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Autor: Fabricio Doldán

País: Argentina

Los autores Bowles y Gintis, por su parte, han puesto la lupa en el mito del sistema escolar en torno a la igualdad de oportunidades y el pleno desarrollo personal. Para estos autores, la educación está fuertemente ligada con la economía capitalista, produciendo trabajadores para satisfacer ese modelo económico. La estructura de la práctica educativa está capacitada para fomentar actitudes y conductas que armonicen la participación en la fuerza de trabajo. Esto vendría dado en base a los materiales didácticos que en el dibujo aparecen. Por lo tanto, se debe “moldear” a los alumnos en base a ciertas características y técnicas específicas, con el objetivo de producir una determinada productividad económica. Estos rasgos productivos han de ser aumentados mediante la instrucción escolar. En el dibujo se puede ver, en el centro de la máquina de la escuela, como los alumnos son ferozmente adoctrinados. Por lo tanto, los autores han afirmado que la producción capitalista es un proceso técnico y social. (Bowles, S. y Gintis, H., 1976)

Sobre los “Residuos”, los autores dirán que la propiedad, el mercado y las relaciones de poder han de definir los grados de desigualdad económica y los tipos de desarrollo personal. El sistema educativo fomenta esa desigualdad bajo el mito de la “meritocracia”, la fijación de ciertos patrones y la asignación de cargos dentro de jerarquía ocupacional. Las escuelas fomentan tipos de desarrollo personal en relación con la dominación y subordinación de la esfera económica. Por lo tanto, la escuela produce excedentes de la mano de obra capacitada, los “Residuos”, con la finalidad de hacer efectiva la dominación burgués/proletariado. En otras palabras, el sistema educativo replica las relaciones de autoridad y control provenientes de la división jerárquica del trabajo, poder organizado en líneas verticales de autoridad. En el cartel de la derecha del dibujo se especifica “poder”, pero, viéndolo de otra manera, se puede apreciar cómo los niños que salen por esa sección están fuertemente controlados, alienados y disciplinados. (Bowles, S. y Gintis, H., 1976)

El sistema educativo, por lo tanto, busca producir una fuerza de trabajo dócil y fragmentada reproduciendo la estructura de clases de la sociedad (esto se evidencia claramente en el dibujo: “Residuos” /” Carrera, bienestar…”), ya que las relaciones sociales son necesarias para garantizar las ganancias capitalistas y la estabilidad de la división de la mano de obra capitalista. Esta reproducción de las relaciones sociales depende de la reproducción de la conciencia, dirán los autores. Los “Residuos”, alumnos con diferentes características raciales, sexuales, étnicas o económicas, perciben las posiciones económicas y sus aspiraciones. De esta manera, se reproduce la estratificación en el nivel de conciencia personal. Es aquí donde entran en juego las instituciones, tales como la familia y el sistema educativo, que están ligadas a la formación de la personalidad y la conciencia, teniendo la facultad de determinar identificaciones y aspiraciones de clase social. En palabras de los autores: “En primero, la instrucción escolar produce muchas de las capacidades cognoscitivas y técnicas requeridas para un rendimiento laboral adecuado. En segundo, el sistema educativo ayuda a legitimar la desigualdad económica”. (Bowles, S. y Gintis, H., 1981, pp.174) Es decir, existe una fuerte correspondencia entre escuela y estructura de clase: “el sistema educativo debe intentar enseñarle a la gente a ser convenientemente subordinada” (Bowles, S. y Gintis, H., 1981, pp.175)

El sistema educativo, por ende, fomenta y recompensa el desarrollo de ciertas habilidades y necesidades mientras que castiga otras (nuevamente se señala: relación “Residuos” /” Carrera, bienestar…”). Los rasgos que resultan incompatibles con el conformismo a la división jerárquica del trabajo (la creatividad, la independencia y lo emprendedor) son los que resultan castigados. Aquí entran en juego los antecedentes familiares, el status económico y las clases sociales. Los padres de una familia tienden a reproducir y reflejar sus experiencias laborales. Por lo tanto, existe una marcada relación independiente entre los antecedentes familiares y el éxito económico, en la cual los niños tienden a adquirir orientaciones hacia el trabajo, conceptos de sí mismo y aspiraciones que los preparan para posiciones económicas similares. Son las clases bajas y las minorías sexuales y étnicas las que resultan perjudicadas en este sentido. En la viñeta de Tonucci se puede leer, en el cartel de abajo a la izquierda, quienes componen esos “Residuos”. (Bowles, S. y Gintis, H., 1976)

Otras capacidades técnicas y cognoscitivas que promueve el sistema educativo es el acostumbramiento a la disciplina en su puesto de trabajo y los determinados tipos de comportamiento. Se puede ver en el dibujo cómo los alumnos que salen por la derecha están íntegramente rectos, enfatizando esta característica disciplinadora. (Bowles, S. y Gintis, H., 1976)

Por último, El autor Pierre Bourdieu divide su análisis sobre la sociedad en dos momentos. Es de esta manera que el autor plantea una doble existencia de lo social. El primero de ellos es el momento objetivista, que representa a lo social hecho cosa: todo lo externo al sujeto, todas las estructuras externas a los individuos. Remite a aspectos visibles, táctiles y tangibles. Estas estructuras externas existen independientemente de la voluntad, conciencia y subjetividad de cada agente social, por eso se dice que son externas a ellos. Existen dos tipos de estructuras externas: el espacio social y los campos. El espacio social es un espacio pluridimensional que está constituido por microcosmos sociales y es el encargado de organizar las prácticas y las representaciones sociales. En el dibujo, se identifican claramente cuáles son las representaciones legitimadas. Efectivamente, en el lado derecho se lee “Carrera, bienestar, cultura, dignidad, poder” y en el cilindro de “Residuos” se ve cómo, de una manera muy desordenada, se encuentran los niños desplomados por el suelo con su respectivo cartel al lado. Por otro lado, el campo es el conjunto de relaciones objetivas que se diferencian entre sí por el capital y los intereses en juego, por eso se ha de afirmar que cada campo es relativamente autónomo. (Von Sprecher, R., 2007)

El segundo de los momentos es el momento subjetivista, lo social hecho cuerpo, que considera las estructuras sociales internas o subjetivas, las cuales vienen dadas por la internalización de esas estructuras externas anteriormente nombradas. Aquí el autor incorpora el concepto de Habitus que remite al sistema de esquemas de percepción y apreciación subjetivos, construidos e interiorizados a partir de las posiciones ocupadas en el espacio social y en los diferentes campos. Por lo tanto, el Habitus permite la articulación de lo individual con lo social, el sujeto es socializado, reflejando así la posición dentro del espacio social en el que se ha construido cada agente como resultado de las diferentes acciones pedagógicas que ha transitado en su vida. Aquí el autor plantea su teoría de la acción pedagógica, la cual es conceptualizada como toda acción social que tiene como finalidad educar. Bourdieu diría que los llamados “Residuos” ya sabrían que iban a terminar saliendo por ese canal de la máquina de la escuela, ya que ellos ya tienen internalizado que no van a poseer una carrera, un bienestar, una dignidad… Como sí lo tienen los niños que salen por la derecha. (Von Sprecher, R., 2007)

En relación al Habitus, concepto nombrado anteriormente, éste está dividido en dos: el Habitus primario (dado en la niñez, en base a instrucción familiar y a las normas y valores básicos) y el Habitus secundario (dado a partir de la escuela, los estudios superiores y el mundo del trabajo). El resultado del Habitus es la tendencia a que los agentes sociales estén dispuestos a hacer lo que les corresponde a las posiciones que ocupan, interiorizando así una dominación. De esta manera, se logra que los agentes hagan las cosas sin la necesidad de reflexionar. Este aspecto puede vincularse al hecho de que cada agente en la imagen actúa de acuerdo a lo “pautado”, sin resistirse ni “salirse de la línea” (Von Sprecher, R., 2007)

Bourdieu expone que toda acción pedagógica es una violencia simbólica, ya que se imponen significaciones como legítimas. Por lo tanto, es doblemente arbitraria: los medios que se usan para legitimar lo que se enseña y lo que se enseña como legítimo son caracteres culturalmente arbitrarios. En el dibujo se aprecia la violencia, pero de una manera más física y literal, los niños son brutalmente adoctrinados por la máquina. Por consiguiente, sus medios se muestran en extremo arbitrarios (nadie querría dirigirse así a los niños, pero la máquina de la escuela sí), al igual que sus materiales didácticos (el “qué”). De hecho, en la viñeta puede verse que los baldes de arriba que llevan los “materiales didácticos” transportan una bandera, una pelota, instrumentos matemáticos, pinceles y libros, entre otros. Todos son aspectos que cada persona valora de una manera diferente, es decir, son aspectos arbitrarios. (Von Sprecher, R., 2007)

Asimismo, hay un dato importante que Bourdieu presenta sobre lo anterior: el Habitus solo orienta las prácticas sociales de los agentes. Es decir, los Habitus no determinan las prácticas sociales, solo las orientan y los hombres tienen la libertad de decidir. De aquí que Bourdieu llame a los sujetos “agentes sociales”, ya que poseen el poder de tomar decisiones (poder de agencia), se enfrentan a diferentes situaciones ante las cuales deben tomar decisiones, aun cuando no las hagan reflexivamente. Ya desde un principio, el proceso de construcción del Habitus nunca es concluido y siempre está abierto a la posibilidad de la intervención activa del socializado. Por estos motivos, Bourdieu diría que caer en la generalización de que absolutamente todas las clases diferenciadas y especiales, los niños con atraso, los niños que sufren el trabajo infantil (todas las clases marginadas del cartel de “residuos”) van a fracasar, sería un poco iluso, ya que el Habitus de ellos no determina su destino profesional, sino que solo los orienta o “predispone”. (Von Sprecher, R., 2007)

El capital, no se reduce simplemente a aspectos económicos, sino que incluye factores culturales (capital cultural), políticos (capital político), etc. Por su parte, el capital cultural puede ser de tres tipos diferentes: el capital cultural interiorizado (Habitus); el capital cultural objetivado (hecho cosa, tales como los materiales didácticos, los libros y los pinceles en el dibujo); y el capital cultural institucionalizado (los títulos y certificaciones entregados por las instituciones, en el dibujo estos aspectos serían representados por el cartel “Carrera, bienestar, cultura…”). Por otra parte, son los capitales los que determinan las clases sociales: las posiciones que se ocupan en el espacio social y en los campos se definen por los bienes capitales que se posean, otorgando así poderes desiguales. Los capitales más determinantes a la hora de definir las clases sociales son el capital económico y el capital cultural. (Von Sprecher, R., 2007)

Análisis en base a otros autores

En relación a otros autores, el sujeto que se encuentra en una especie de “torre de control” desde donde vigila y controla tanto los procesos de “enseñanza” como la comunicación con el Estado, podría constituir el panóptico de la institución. Este término propuesto por el filósofo J. Benthan y trabajado por M. Foucault (1975) en su obra Vigilar y castigar refiere a un dispositivo arquitectónico que tiene la función de generar mecanismos de control a través de la observación y la vigilancia. Los individuos al sentirse en constante vigilancia trataran de comportarse de acuerdo con la norma y no infringirla (haya o no, efectivamente, un sujeto en el puesto de observación) con el fin de no ser castigados. En definitiva, el hombre del panel pareciera constituir el panóptico de la escuela y un ente de autoridad formal y funcional por su posicionamiento (en la planta más elevada, es quien lo “ve todo” y quien se encuentra en control). 

A modo de conclusión se pueden señalar los aspectos principales ilustrados por Tonucci en “La Máquina de la escuela” y analizados en base a los diversos autores. Respecto a lo propuesto por los sociólogos Durkheim, Parsons y Baudelot y Establot, el proceso que se está llevando a cabo en la imagen es el de selección de los alumnos para sus futuros y respectivos roles en la sociedad, dividiendo por un lado a aquellos que continuaran sus estudios y por otro lado a aquellos que conforman los “Residuos” escolares: la división social del trabajo. Por consiguiente, se puede decir que la viñeta es la representación del proceso llevado a cabo por la escuela primaria, la cual atravesada por sus dos redes de escolarización divide a las masas en dos tipos diferentes y determinados de personas, y también, define u orienta las funciones y roles a futuro de los individuos. En relación a este aspecto, se muestra la homogenización de la educación asentada en la imposición de una base cultural común. Asimismo, cabe destacar lo propuesto por Bowles y Gintis al señalar la relación íntima entre sistema escolar y sistema capitalista. Ciertamente la maquina escolar funciona como una fábrica productora de sujetos sociales. Además, se puntea el feroz adoctrinamiento, disciplinamiento, dominación y subordinación que se visualiza en la imagen, producto del proceso técnico y social de la producción capitalista, con el fin de “construir” individuos capacitados.  Por otro lado, se puede ver claramente cómo el sistema educativo fomenta y recompensa ciertas características o habilidades mientras que castiga otras. Por último, en base a Bourdieu se puede decir que el momento más plasmado es el subjetivista, sobre todo en lo relacionado al Habitus, el cual genera que los agentes actúen y realicen sus cargos en función de sus posiciones de manera dócil, y también se muestra el modus operandi de la arbitrariedad de la acción pedagógica, la cual explica a su vez lo arbitrario de los materiales didácticos. 

Bibliografía

Baudelot, C. y Establet, R. (1981) La escuela capitalista. Siglo Veintiuno Editores. Selección de páginas.  

Bowles, S. y Gintis, H. (1976) La instrucción escolar en la América Capitalista. Siglo Veintiuno Editores. Selección de páginas. 

Durkheim, E. (1922). Capítulo 1: La educación, su naturaleza y su papel. En Educación y sociología. Madrid, España: ediciones península (2000). 

Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar. Bueno Aires, Argentina: Siglo XXI Editores. 

Parsons, T. (1959). LA CLASE ESCOLAR COMO SISTEMA SOCIAL: ALGUNAS DE SUS FUNCIONES EN LA SOCIEDAD AMERICANA.  Von Sprecher, R. (2007). La teoría social de Pierre Bourdieu. En Teorías Sociológicas. Introducción a los contemporáneos. Editorial brujas. Argentina


Fabricio Paul Doldán es un estudiante argentino nacido en el año 2001. Actualmente se encuentra estudiando la Licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y el Profesorado de Lengua y Literatura en el Instituto Superior de Formación Docente Nº19 (ISFD19). Por otro lado, se encuentra también realizando la Diplomatura en Psicopolítica y Transhumanismo de la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Además de sus compromisos académicos, es un proactivo lector de la historia política y económica, como así también de la literatura canónica en sus diferentes períodos.

La presente publicación no corresponde necesariamente al pensamiento de Estudiantes por la libertad sino exclusivamente al autor señalado.

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