Venezuela, una sociedad diversamente libre

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Edgar Pacheco
Estudiante de Sociología | Coordinador Local EsLibertad

Hay quienes consideran que el apropiase de – o expropiar, ya desde el Estado – determinadas empresas o medios de comunicación es una medida justificable si garantiza el bienestar de una sociedad (sí, la misma lógica de los movimientos de izquierda); hay otros que consideran que cercenando ciertas libertades en algunos actores políticos o determinados individuos, pueden garantizar la libertad a una sociedad. Palabras más, palabras menos, se sigue pregonando la lógica que en algún momento criticó Frederic Bastiat, hay (individuos) quienes desde el Estado afirman que el ciudadano común no es capaz de decidir o tomar decisiones por su cuenta, por ende, ellos (los que forman parte del Estado) deben ser quienes consideren qué es bueno y qué es malo para la sociedad, es decir, es el Estado quien debe decidir por sobre el ciudadano.

Esta lógica parece estar fundamentada en ciertos resentimientos que, a reflexión propia, no parecen tener un sustento racional. Desde la crítica al comerciante por el costo de los productos (sin entender la lógica de producción) y, como consecuencia, amparar las violaciones al derecho de propiedad; hasta abalar la planificación de expropiación de un medio de comunicación por este ser el sustento ideológico (en términos comunicacionales) de un grupo que se ha encargado de hacerle daño a muchas personas en la región.

Si bien es cierto, que la labor del liberal es velar por un mundo más libre, desde el activismo hasta su forma de actuar en la cotidianidad, también es cierto que esta divulgación y ejercicio de nuestra libertad requiere responsabilidad.

En el caso de Venezuela (y me gustaría pensar que en el mundo también) , la responsabilidad pasa por entender que la libertad es inherente a todos los individuos que componen determinada sociedad, y que al ser esta inherente a sí mismos, estos tienen la posibilidad de pensar en lo que satisfaga sus posibilidades de pensamiento, hacer lo que satisfaga sus necesidad de actuar, y un sinfín de qué haceres de un ser humano libre, sin embargo, en ningún momento esta libertad debe atentar contra la libertad de los otros.

En este sentido, hoy hay quienes desde la tribuna de la libertad asumen que, en el caso venezolano, para garantizar el bienestar de la población en términos políticos y para que se instaure un sólido sistema democrático, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quienes hoy usurpan el poder, debe ser inhabilitado en unas próximas elecciones e, incluso, hay quienes proponen su ilegalidad. Sin embargo, parece que estos actores, activistas o personas a las que parece importarles el ámbito político, desconocen por completo el desarrollo socio-histórico de Venezuela. Durante el gobierno del General Juan Vicente Gómez hasta 1936, se mantuvo, constitucionalmente, la prohibición de cualquier tipo de propaganda anarquista o comunista (de izquierda) dentro del territorio de Venezuela; este tipo de acciones por parte del Estado solo propiciaron el surgimiento de movimientos que, desde la clandestinidad, pudieron generar revueltas en la población, adentrarse en las barriadas y, sobre todo, pudieron sembrar una narrativa (de lucha de clases) en las comunidades populares, otra parte de estos movimientos se convirtieron en pequeñas guerrillas semiurbanas. No desaparecieron los actores políticos de izquierda, no desapareció la propaganda de izquierda e, incluso, hubo una gran parte de la población que respaldo el hecho de que estas ideas surgieran desde la clandestinidad. El movimiento estudiantil de 1928 que enfrentó al régimen de Juan Vicente Gómez, fue una generación sumisa ante las ideas del comunismo, incluso el documento de Barranquilla redactado (entre otros) por Rómulo Betancourt, habla de la lucha de clases y replica las ideas de esta ideología. Los partidos nacientes casi a mitad del siglo XX son fundados por estos jóvenes.

Vale decir, que la prohibición constitucional o mediante ley – incluso la mera prohibición expresa por el Estado – de un hecho/acto que  corresponde a la libertad de pensamiento, expresión o la libre asociación de un individuo, representa una violación a las libertades individuales, además que puede generar ciertas acciones reaccionarias que solo legitimen la clandestinidad, la ilegalidad, el daño a otros, y el surgimiento de movimientos que tengan como objeto revertir esa prohibición, llegando al poder y sin importar la forma de acceso al mismo.

 “Una sociedad libre no opera basada en el poder y la autoridad, sino sobre la base de la confianza y la cooperación” es lo que ha planteado Eamon Butler, una frase que parece ser un credo para las sociedades libres (sobre todo en el caso venezolano), la confianza solo se logra si realmente creemos en la libertad de pensamiento y expresión, y en el resto de libertades correspondientes a cada individuo en sociedad.

La lógica de prohibición, o declaración de ilegalidad sin un sustento racional, solo responde al fenómeno de la lucha existencial y la falta de reconocimiento de la otredad. Esta lógica solo demuestra la falta de responsabilidad al asumir la libertad, pues la libertad no es solo de algunos, responde a la inherencia del principio en el ser mismo.


Una sociedad libre requiere, ante todo, tolerancia ante la diversidad de pensamiento, la imposición de formas de pensar o actuar denota falta de libertades y, como consecuencia, limita las posibilidades de surgimiento o constitución de una sociedad libre. Siempre y cuando una idea no atente contra la libertad de otro, no debe ser supervisada y, sin embargo, no es el Estado o los poderes políticos los que deben hacer el correctivo necesario, son los mecanismos de organización de la sociedad los que deben establecer los parámetros de control para que ciertas ideas no se traduzcan en daño o conflicto contra ciertos individuos.

Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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