La intención del gobierno argentino defendiendo a los que toman tierras no es ayudar a paliar el déficit habitacional, sino plantear aún mayor grieta y acercarse paso a paso al chavismo venezolano. Lo hemos dicho en reiteradas oportunidades pero hace poco el gobierno argentino tomó una decisión que rebalsó el vaso: no solamente dijo que las tomas no eran un tema de seguridad sino que, además, denunció a las personas que reclamaban para recuperar sus tierras y no a los “mapu truchos” que toman tierras privadas y públicas en el sur. Así es el gobierno argentino: cada día más socialista.
Sumado a esto, las tomas de tierra ocurren todos los días en la Provincia de Buenos Aires dicho por el propio Ministro Berni cuando afirma que solo pueden frenar 2 a 3 tomas por día, que el resto no pueden (podrán imaginarse cuántas no son capaces de frenar). Es inadmisible que no se respete la propiedad privada, que se aliente la toma de tierras y que encima se denuncie a los que se quieren defender del avasallamiento del derecho fundamental de la propiedad privada.
Esta última es un derecho fundamental que ya analizamos cuando escribí reiteradamente sobre la vigencia de John Locke, pero para no entrar en tema específico, solo diremos que cuando se avasalla hay derecho de defensa ya sea del privado o de parte del Estado, siendo este último, alguien que debe actuar con obligación en la defensa de la misma. Lo que sí diremos es que es falso que se toman tierras porque faltan viviendas: se toman tierras porque el gobierno lo permite, y faltan viviendas porque el gobierno quiere que falten viviendas. Punto.
La solución la conocemos: iniciar profundas reformas pro mercado que permitan aumentar el poder adquisitivo de la población y reducir el déficit habitacional. Es más, si nos pusiéramos más estatistas, podríamos decir que la solución alcanzada por la ciudad de Buenos Aires construyendo amplios complejos habitacionales para clases menesterosas es interesante pero, como bien sabemos, el peronismo como síntesis última del populismo socialista argentino, no solamente no irá en ese camino sino que además necesita multiplicar la pobreza y empeorar sus condiciones de vida para mantener activo su caudal electoral. El peronismo, nunca pero nunca, procederá a solucionar la situación de fondo: solo incurrirá a justificar las violaciones a los derechos fundamentales porque eso, ese mensaje mafioso y comunista, solo garantiza la permanencia de su caudal electoral.
No es enojo lo que poseemos muchos de los argentinos, es hartazgo. No es crítica a todas las acciones de gobierno, es mostrar una realidad. No es purismo, es defender lo propio: la libertad, la propiedad y la vida. Es un momento cúlmine y muy complicado para el país; es hora que lo hagamos saber. Sigamos en las calles y defendamos la propiedad privada, no como el gobierno, que solo sigue afirmando sus acciones en contra de la libertad.
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