¿Por qué no se deben ilegalizar las organizaciones y partidos políticos socialistas y comunistas?

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Una de las más importantes características de una sociedad abierta es la pluralidad de pensamiento, esto quiere decir que, tanto el individuo como la sociedad entera tienen la capacidad y el derecho de pensar, actuar, expresarse como les apetezca, siempre y cuando no estén afectado el derecho de otro individuo, sin temor ni presión por parte de ninguna autoridad. El respeto es fundamental en una sociedad abierta, y esto implica respetar las creencias y valores de los demás. Sin respeto no puede haber cooperación en una sociedad y si no hay cooperación quiere decir que la supuesta paz y armonía se buscan mediante medidas coercitivas, que al final son dañinas para los ciudadanos.


Daniel Tirado
Internacionalista | Coordinador Local de EsLibertad en Venezuela

Por años se ha evidenciado que numerosos gobiernos de rasgos autoritarios se han perpetuado, han esclavizado a su población y han vulnerado los derechos humanos. Asimismo, muchos de estos gobiernos han violado los principios más sagrados, los cuales son: igualdad ante la ley, respeto a la propiedad privada y la libertad de culto. Tras esas violaciones es inevitable que surja el debate sobre si se deben proscribir los partidos que promueven ideologías que empiezan con un discurso de reivindicador de la sociedad, pero terminan siendo unas dictaduras; sin duda alguna, tiene algo de lógica ilegalizar una organización que atenta contra el mismo individuo y que busca por codicia de sus integrantes llegar al poder y mantenerse a toda costa. Sin embargo, prohibir estos partidos políticos es también una acción que atenta contra el individuo, es irrespetar los derechos fundamentales y atentar contra el mismo individuo.

Un claro ejemplo de los daños hechos por los partidos que propagan las ideas socialistas y comunistas es Latinoamérica. Esta región, lastimosamente, ha sufrido de estos gobiernos autoritarios. Para ser más específicos, se puede analizar la situación en Argentina, la vicepresidenta actual estaba siendo procesada por 12 cargos entre los que destaca la malversación de fondos. Un ejemplo más reciente es lo que sucedió en Bolivia, que estuvo bajo el mandato de Evo Morales, el mismo que pisoteó su constitución y cometió un fraude electoral para perpetuarse, pero que no lo logró porque el pueblo luchó por su libertad. 

Sin bien es cierto que se deben de tomar medidas concretas para evitar que estos sistemas se establezcan, la ilegalización no es una opción. ¿Cómo le prohíbes a una persona que no piense sobre estas maléficas ideas? No se puede y prohibir que los ciudadanos formen organizaciones socialistas tampoco es una opción porque podrían buscar la forma de evadir dicha prohibición para poder participar políticamente hasta llegar al poder. En Venezuela el Partido Comunista en 1962 intentó organizar una rebelión armada en la ciudad de Carúpano y, al final, las fuerzas armadas lograron repeler esta rebelión, pero el presidente Rómulo Betancourt decretó la cesación de actividades de estas organizaciones con el fin de disolverlos y pacificarlos, pero generó todo lo contrario. Se crearon las guerrillas que duraron hasta aproximadamente los años 80.

Otro caso fuera del continente americano es la situación política en España, los partidos secesionistas que son el resultado de un proceso de pacificación mediante una cesión de autonomía. Estos partidos son legales y obtienen un respetable porcentaje de votos, pero en los últimos años han generado bastante inestabilidad puesto que han usado esa legitimidad como discurso para independizarse, aunque ilegalizar estos partidos es una opción, tendrían el efecto contrario.

Lo ideal es que las ideas se combatan con ideas, es lo más sano y congruente pero no se puede permitir que los partidos y organizaciones que actúan por fuera de la ley sean impunes, cualquier acción que está fuera de los márgenes de la constitución debe ser penalizada. En una sociedad abierta compiten las organizaciones que promueven sus ideologías, la diferencia con respecto a una sociedad cerrada es que el poder está controlado por las instituciones y hay un contrapeso al poder ejecutivo, por lo tanto, es más difícil someter el poder a la autoridad de una persona o una pequeña élite corrupta.  La pluralidad ideológica es necesaria para entendernos, realizar concesiones y llegar acuerdos.

Igualmente, es preferible crear instituciones sólidas y establecer un marco jurídico que impida que se puedan desmantelar estas instituciones. Como lo dijo una vez Voltaire “No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo”, es importante recalcar que las personas tienen derecho a escoger sus ideas y creencias, y la libertad de pensamiento es parte de fundamental de la sociedad abierta, al igual que la tolerancia.  

Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa.

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