La libertad, cualidad intrínseca de todo individuo, más que expresarse como un deseo, logra hacerlo mediante una necesidad. Mediante la necesidad de superación y desarrollo de los individuos agrupados en sociedad, mediante la necesidad de establecer una solidez institucional y ofrecer soluciones a los problemas que yacen en la cotidianidad y, sobre todo, como necesidad a las limitaciones del poder de quienes pretenden oprimir y atentar contra la individualidad de los ciudadanos, desde las cúpulas de poder y desde acciones que no respetan la libertad de los otros, pues -como diría Stuart Chase- el derecho de otros a agitar sus brazos termina donde empieza mi nariz.
Edgar Pacheco Estudiante de Estudiante de Sociología | Coordinador Local EsLibertad |
La libertad, entendida desde una concepción muy general, es el estado en el cual un individuo puede actuar o pensar sin tener que enfrentarse a cualquier coacción que provenga de la voluntad arbitraria de otro u otros entes o seres humanos, sumándole el respeto absoluto al proyecto de vida de otros. A partir de allí, sería sencillo afirmar que cada individuo desea la libertad, sin embargo, no es así. La libertad, en principio, es intrínseca al ser humano y, aunque puede ser arrebatada, el ser humano no nace sin ella. A pesar de esto último, el individuo no es capaz de concebirlo de esa manera, es decir, no nace con una conceptualización, ni logra conceptualizar sobre ella en su proceso de socialización primaria, por ello, a lo largo de su desarrollo y por medio de programas educativos trastocados por gobiernos, les resulta sencillo atrofiar dichas pulsiones o acercamiento a las ideas de la libertad.
Dentro del actuar cotidiano de cada individuo, aunque no existe una conceptualización interiorizada de lo que significa la libertad, sale a relucir siempre la libertad positiva expuesta por Isaiah Berlin, es decir, el individuo se opone a cualquier medio o ente coercitivo, pues solo desea tener la oportunidad de hacer y de pensar lo que le nazca.
Sin embargo, y como en una sociedad donde se contemple la libertad va a prevalecer la tolerancia como uno de sus valores iniciales, la tolerancia de las ideas, como uno de los principios en torno al respeto irrestricto a la libertad del otro, parece inevitable que existan ideas que siempre irán en el detrimento del bienestar de la sociedad, no hay una inmediatez por parte de un sistema de libertad para ser restrictivo en cuanto a esto y tampoco es aceptable que un sistema liberal sea restrictivo en estos aspectos; lo que sabemos es que la única consecuencia absoluta a la Libertad es la responsabilidad.
Es a partir de allí donde toma vital importancia considerar por qué la libertad debe ser estimada como un pilar fundamental en la construcción y el bienestar de las sociedades; y es que es necesario resaltar que la libertad convierte el accionar de las sociedades en un accionar espontáneo, es decir, al momento de una sociedad contemplar la libertad como pilar fundamental, prevalece su construcción a través del accionar de individuos que, por medio de una colaboración (y no altruismo) pacífica y voluntaria, desarrollan los distintos sectores de la sociedad – reitero la espontaneidad de dicho desarrollo -, y esto es totalmente opuesto a las imposiciones y determinaciones de cualquier cúpula o estructura de poder. Por ello, en medio del ejercicio de la libertad por parte de una sociedad deben predominar las limitaciones al poder, es decir, un gobierno con límites impuestos por la sociedad, un gobierno con un rol limitado. Los gobiernos deben ser entendidos como entes que solo responden a la prevención de daños a sus ciudadanos mediante la aplicación y mantenimiento de sistemas de justicia. Si hay algo que debe considerarse siempre, es que no existen algo que pueda corromper más a los individuos que el acceso al poder, y aún más si este poder se convierte en absoluto; en este sentido, y siguiendo lo planteado en párrafos anteriores, las políticas de un gobierno que pretenda mantenerse en el poder y desee incrementarlo podrían pasar por políticas que atrofien los programas educativos e, incluso, políticas en términos culturales, lo que, en palabras de Antonio Gramsci, les permitirá una hegemonía en términos culturales, educativos y, sobre todo comunicacionales.
Las formas mediante las cuales un gobierno debe ser limitado, parten del establecimiento del Estado de Derecho, el hecho de que todos los ciudadanos sean contemplados como iguales ante la ley, les da la oportunidad de legitimar y defender el Estado de Derecho y, por medio de este, lograr increpar cualquier pretensión de autoridad que amenace con socavar las libertades individuales.
Finalmente, un elemento esencial para limitar las extensión del gobierno hacia todos los ámbitos de la vida, además de la defensa a la propiedad privada, es la inclusión de las tecnologías de comunicación que, además de mostrar evidencias de las pretensiones autoritarias de los gobiernos, permiten la participación directa de sus ciudadanos en cuanto a la auditabilidad de las acciones del Estado (caso de las políticas de Gobierno Abierto); a su vez, este desarrollo tecnológico ha ofrecido grandes aportes en términos de la apertura al comercio – entendiendo que uno de los principios de la libertad es entender que la única solución en términos económicos, es la producción de la riqueza y no su distribución –, el turismo y demás oportunidades que aparecen en términos de libertad económica y social, y que solo benefician a los ciudadanos.
Para todos los ciudadanos del mundo, George Washington no lo pudo haber expresado mejor, “la libertad, cuando comienza a echar raíces, es una planta de rápido crecimiento”
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