Pedro Beltrán Espantoso fue una figura clave en la historia política y económica del Perú. A lo largo de su vida, se destacó como un defensor incansable de la libertad, tanto en su rol como economista, empresario y periodista, como en su faceta de funcionario público. Su pensamiento y acción estuvieron profundamente influenciados por los ideales del liberalismo clásico, cuyas raíces se encuentran en autores como Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Frédéric Bastiat. Este artículo tiene como propósito destacar cómo sus ideas y acciones fueron un reflejo fiel de los principios liberales promovidos por estos autores y cómo su legado como defensor de la libertad sigue siendo relevante en la actualidad.
Pedro Beltrán nació en una familia acomodada en el Perú a finales del siglo XIX, lo que le permitió acceder a una excelente educación y tener contacto temprano con las ideas económicas que marcarían su vida. Estudió en Europa, donde estuvo expuesto a las corrientes intelectuales del liberalismo clásico, lo que moldeó su visión sobre el papel limitado del Estado y la importancia de la libertad económica. De vuelta en Perú, se convirtió en uno de los líderes de la opinión pública a través de su cargo como director del influyente diario “La Prensa”, donde defendió férreamente la libertad de expresión y el libre comercio.
El paso más importante de su carrera fue cuando asumió el cargo de Ministro de Hacienda en 1959, durante el gobierno de Manuel Prado Ugarteche. Desde esa posición, Beltrán implementó una serie de reformas económicas liberales diseñadas para estabilizar una economía peruana que estaba al borde del colapso debido al intervencionismo estatal y la inflación. Estas reformas incluyeron la reducción del gasto público, la liberalización del mercado y la eliminación de controles de precios, políticas que eran claramente influenciadas por el pensamiento económico de Hayek y Mises.
La influencia de Hayek en Beltrán es evidente en su firme defensa de la libertad individual y su rechazo a cualquier forma de colectivismo. Hayek, en su obra “Camino de servidumbre”, advertía sobre los peligros de un Estado intervencionista que limitaba las libertades individuales en nombre de la planificación central. Beltrán, siguiendo esta línea de pensamiento, se oponía a las políticas de intervención estatal que restringían la iniciativa privada y el libre mercado en el Perú. Para él, solo un mercado libre, sin las trabas del gobierno, podía generar el crecimiento y la prosperidad económica que tanto necesitaba el país.
Por otro lado, las ideas de Ludwig von Mises sobre el intervencionismo y los ciclos económicos también fueron fundamentales en las políticas económicas de Beltrán. Mises sostenía que cualquier intervención del Estado en la economía generaba distorsiones que, a largo plazo, resultaban en crisis económicas. Esto se reflejó en la gestión de Beltrán, quien promovió la reducción del déficit fiscal y evitó el endeudamiento público, consciente de los efectos negativos que el exceso de gasto público y el crédito barato podían tener en la inflación y el bienestar económico del país. Beltrán aplicó de manera pragmática los principios misianos en su lucha contra la inflación, una de las mayores amenazas para la estabilidad económica del Perú en su tiempo.
Frédéric Bastiat, el célebre economista francés, también tuvo una influencia significativa en el pensamiento de Beltrán. Bastiat es conocido por su defensa del libre comercio y su crítica al socialismo, pero quizá su contribución más influyente fue su análisis sobre “lo que se ve y lo que no se ve”. Bastiat argumentaba que las intervenciones estatales a menudo tienen consecuencias no intencionadas que no son visibles de inmediato, pero que a largo plazo resultan dañinas. Beltrán adoptó este enfoque en su crítica a las políticas populistas que ofrecían soluciones fáciles, pero que en realidad empeoraban la situación económica. Un claro ejemplo fue su oposición a los controles de precios, que, aunque podrían parecer una solución rápida para controlar la inflación, en realidad distorsionaban el mercado y llevaban a la escasez de bienes.
El impacto de Pedro Beltrán en el Perú fue significativo. Durante su gestión como Ministro de Hacienda, las reformas que implementó lograron estabilizar la economía y crear las condiciones para un crecimiento sostenido. Su compromiso con la libertad económica permitió reducir el déficit fiscal, mejorar la inversión privada y liberalizar los mercados. Sin embargo, su legado no se limita a lo económico. Como director de “La Prensa”, Beltrán defendió la libertad de expresión en una época en la que el gobierno intentaba censurar a los medios de comunicación. Su lucha por una prensa libre reflejaba su convicción de que la libertad política y económica eran inseparables, y que una sociedad libre sólo podía prosperar si sus ciudadanos tenían acceso a información sin restricciones.
Beltrán fue una figura controvertida en su tiempo, pero su influencia es indiscutible. Las ideas liberales que defendió, basadas en los principios de Hayek, Mises y Bastiat, siguen siendo relevantes en la actualidad, especialmente en un mundo donde el intervencionismo estatal y las restricciones a la libertad individual siguen siendo temas de debate. Su legado como paladín de la libertad es un recordatorio de que las políticas basadas en la libertad económica y la responsabilidad fiscal no solo son éticamente correctas, sino también efectivas para promover el bienestar general.
En conclusión, Pedro Beltrán Espantoso fue un defensor apasionado de las ideas correctas en un contexto en el que el intervencionismo estatal era la norma. Su compromiso con la libertad económica y su crítica a las políticas populistas e intervencionistas lo convirtieron en un verdadero paladín de la libertad. Al aplicar los principios de autores como Hayek, Mises y Bastiat en sus políticas, Beltrán dejó un legado duradero en el Perú. Su vida y obra demuestran que las ideas de libertad y responsabilidad individual no solo son valores abstractos, sino que, cuando se aplican en la práctica, pueden transformar la realidad económica y social de un país para mejor.