ORO VERDE: LAS CONSECUENCIAS DE LA REGULACIÓN DE LA YERBA MATE (Parte 2)

Segunda parte: Argumentos contra el INYM. 

Lo que vamos a hacer a continuación será analizar las principales funciones de este ente de regulación para poder contra-argumentarlo. Y explicar por qué no es bueno mantener entidades de este tipo (tanto a nivel nacional como provincial), ya que son un ataque sistemático a la libertad y propiedad de los individuos; un desaprovechamiento de los recursos de la tierra; un empobrecimiento mayor de los consumidores y los productores; y un salto al vacío para la producción yerbatera de la provincia de Misiones…

Para proceder, vamos a conceptualizar y explicar lo siguiente: qué es la función empresarial y su factor en la cooperación social; las dificultades del cálculo económico en un sector intervenido; las consecuencias de la ineficiencia dinámica generada por el sector intervenido; la falacia del monopolio no estatal; y la falacia de la soberanía de los pueblos.

  • La función empresarial:

Se trata del concepto general de acción humana. Es decir, es la función que ejerce el ser humano al actuar. La acción siempre y en todo momento se efectúa para alcanzar un fin que para el ser humano actuante tiene valor.

La etimología de la palabra empresa, así como también su par inglesa y francesa entrepreneur viene del In prehendo-endi-ensum que significa: descubrir, ver, percibir, darse cuenta de algo, atrapar. (Huerta de Soto 2010, p. 41-43)

La propia empresarialidad viene anclada a nuestra naturaleza humana, y es utilizada tanto por los productores, los vendedores y los consumidores. Es de esa función empresarial innata en cada ser humano de donde también procede la capacidad creativa que poseemos ya que, al descubrir, también creamos… Al descubrir nuevas oportunidades empresariales, creamos a su vez nuevas oportunidades empresariales para aquellos que aún no se habían dado cuenta de que tales oportunidades estaban a la vista.

Por lo tanto, entendemos que la función empresarial es un elemento que utilizan los individuos para afrontar la incertidumbre inerradicable de cada plan de acción que el ser humano emprende. Esto implica, que utilizamos subjetivamente la función empresarial de la manera más perspicaz posible, para que de esa manera podamos obtener ganancias empresariales. Si utilizamos mal nuestra función empresarial, en cambio, obtendremos pérdidas empresariales, lo que, al fin y al cabo, va a regular nuestra conducta. Esto nos deja un panorama claro, en el sentido del porqué los seres humanos actúan de determinada manera, explicando que ir en contra de tal naturaleza es por demás inútil.

La función empresarial juega un papel imprescindible en la cooperación social. Funciona como energía o fuerza que mueve a la sociedad con base en las instituciones, las cuales disminuyen la incertidumbre y aumentan la eficiencia dinámica de la misma. Israel M. Kirzner define la eficiencia dinámica como: “la capacidad para impulsar la perspicacia y el descubrimiento empresarial de un conocimiento que previamente no se concebía que se podía adquirir”

  • Cálculo económico. ¿Por qué es imposible poner precios por decreto?

El cálculo económico es un elemento de la función empresarial que se utiliza para coordinar nuestros planes de acción. Al actuar (o sea, al utilizar la función empresarial) el ser humano actuante puede sacar estimaciones de ganancias o pérdidas empresariales (sean estas valuadas en unidades monetarias o no). Lo que permite coordinar el desajuste económico y de esa manera transferir información valiosa a los demás agentes.

¿Qué significa exactamente esto? Que el ser humano puede darse cuenta de las posibilidades de ganancia al observar los precios relativos. Por ejemplo: Pedro se da cuenta que el precio de un bien “X” en un mercado “Y” de Guaraní es de 10 dólares y, a su vez, Pedro también sabe de un amigo en un mercado “Z” del mismo pueblo que le puede vender ese mismo bien a 5 dólares. Pedro, con su innata capacidad empresarial, se da cuenta del desajuste y de que, comprando el bien a su amigo por 5 dólares y vendiéndolo en el mercado “Y” por 9 dólares, puede obtener una ganancia empresarial de 4 dólares.

Si Pedro sigue este plan de acción, en un simple acto, el empresario Pedro, recibió y transmitió información. Primero, recibió la información de los precios, que informan ni más ni menos que la escasez relativa (relativa a los demás bienes) de ese producto en los distintos mercados. Y luego, transmitió la información a los demás agentes: que en otro mercado se vende más barato, o en su defecto, que hay una mayor cantidad de bienes.

El cálculo económico y la coordinación del desajuste es posible sí y solo sí, los precios informan de una manera adecuada la escasez relativa del bien en cuestión. Situación que funciona de una manera correcta únicamente en una economía de libre mercado donde se respete la propiedad privada. Ya que, si dejamos que el Estado regule la libertad y la propiedad privada dentro del funcionamiento económico, lo único que tendríamos sería una información inadecuada o defectuosa —con respecto a la escasez de la yerba, por ejemplo—, lo que nos generaría una ineficiencia dinámica.

  • Ineficiencia dinámica:

Podemos, por tanto, entender que el INYM como ente regulador genera ineficiencias dinámicas al no dejar que los agentes operen libremente en base a su función empresarial. Lo que genera descoordinaciones. Descoordinación tanto de los agentes al querer producir yerba o al querer vender yerba con base en unos precios correspondientes.

  • Precios correspondientes: 

Un precio que no permita un acaparamiento excesivo del bien. Al fin y al cabo, los individuos hacen pujas hacia arriba o abajo en los precios en función a cuánto quieren de una cantidad de bien (yerba mate en este caso). Si el precio no corresponde a la cantidad real de los bienes que se presume subjetivamente que hay en existencias (situación de escasez del bien), tendremos individuos demandantes de yerba que no podrán suplirse y productores que recibirán precios no acordes a lo que deberían, lo que alteraría su previsión futura en función a sus ganancias, alterando sus futuras inversiones en capital. Esto es, alterando sus previsiones e incentivando inversiones grandes que suponen altas rentabilidades (precio artificialmente alto) o desincentivando inversiones debido a las bajas rentabilidades (precio artificialmente bajo).

Por lo tanto, tendremos una descoordinación social a la hora de aprovechar el recurso, y todo debido a los errores empresariales a los que nos veríamos afectados al momento de ejercer la función empresarial.

  1. Las determinaciones de oferta y demanda según el INYM

La cuestión en sí es clara: cuanto mejor se respeten las instituciones sociales y jurídicas (como el dinero; la propiedad; el contrato, etc.), mejor será la eficiencia dinámica de una sociedad.

Una pregunta válida podría ser: ¿Por qué el Estado no puede poner precios por decreto según la cantidad de demanda y oferta que tiene el bien y de esa manera aumentar la eficiencia dinámica?

La respuesta es por una mera cuestión de información. El Estado no puede imponer precios debido a su incapacidad de captar la información necesaria.

Imaginemos que hay una computadora con la suficiente potencia como para obtener la información de todos mis gustos; mis deseos tanto a corto y largo plazo; mis medios disponibles; de qué me gustaría trabajar y de qué no; mis discos favoritos; cuánta yerba pienso que voy a tomar el mes que viene; etc.

Esta hipotética computadora, deberá ser capaz de obtener información privativa analizable, o sea, información capaz de ser interpretada y utilizada en consecuencia. Esto es imposible porque, en principio, el conocimiento privativo es incapaz de transmitirse a menos que se ejerza una voluntad por parte del poseedor de ese conocimiento. Pero lo principal será el hecho de articular dicho conocimiento que en la mayoría de los casos es tácito, por lo tanto, no articulable. El poder articular el conocimiento será imprescindible para poder transmitirlo a los organismos técnicos de coordinación. Este análisis estático de la imposibilidad del socialismo de la escuela austriaca dará a entender el porqué de la importancia del conocimiento a la hora de entender la coordinación en los mercados.

Aunque uno podría decir que el avance de la tecnología puede llegar a un punto tal que dicho conocimiento sea capaz de ser transmitido, el verdadero problema al que se enfrenta dicha computadora es la dinamicidad del conocimiento y las preferencias. Desde el instante en que un individuo  le proporcione toda esta información, la misma se convertiría en un dato antiguo y, por lo tanto, inservible. Porque el ser humano, en su innata capacidad empresarial, está constantemente creando, cambiando y transformando información en su cerebro.

De esta manera, se explica por qué las “medidas que faciliten el equilibrio de la oferta y la demanda” son una mentira, porque suponen que el INYM conoce a priori y ex-ante la información que cada uno de los seres humanos va a consumir, producir y vender de yerba mate.4

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