Nuestro rol es en la caverna, no en las ideas

Una vez más trato de ser contundente desde el título porque creo que es la mejor manera de preparar al lector y que éste se inmiscuya en los intersticios del pensar de la manera más fiel y completa posible. Podría seguir con la dialéctica idealista, pero la dualidad bloquea la praxis y aleja la acción.



No es motivo de mi opinión desestimar la teoría política platónica. En primer lugar, soy incapaz de hacerlo. En segundo lugar porque, aunque lo intentara. toda la historia de la filosofía es una nota al pie de Platón, ergo, tendría que encarar mi cometido en una tarea titánica, ardua y sin resultados palpables. No obstante, lo que sí puedo hacer, es interpretar el mensaje, redireccionarlo y orientarlo hacia la praxis.

El liberalismo no puede ni debe comprender la alegoría de la caverna como un manual para la acción política porque, por más que logremos llegar al mundo de las ideas, al volver a la caverna a rescatar a los prisioneros, éstos preferirán quedarse en el sombrío pero conformista mundo del acontecer diario. Allí se necesita actuación, no afuera. En ese lugar se debe realizar la política y la transmisión de nuestro ideario, no en lo espúreo.

Desconocemos si somos filósofos-rey platónicos, pero para nuestro rol, eso es inservible en el hoy en día. No debemos quedarnos con la idea de la búsqueda de la verdad insoslayable sino que, como dirían pensadores como Nietzsche, el mundo real es allí donde desconocemos la realidad, en la caverna, en nuestro mundo. Tomando esto como parámetro, no podemos hacer otra cosa que actuar en tal sentido: vivir la vida real en el mundo real y actuar de manera real en la única realidad que conocemos.

No es una receta mágica ni mero encadenamiento de vocablos: es una innegable capacidad puesta de manifiesto. La acción de transmitir ideas, de pensar y de salir a la calle, no se realiza en el mundo de las ideas, se realiza en nuestro mundo. Es casi una obligación que comprendamos que, por más que pensemos que poseemos la verdad, eso lo piensan todos. Por eso, en tanto lo piensan todos, lo único que sirve es seguir luchando en el mundo real, no en las meras estadísticas y la utopía prometida. No es necesario saber si la verdad la conocemos o si vivimos en la mentira: es mucho mejor postergar ese debate y concentrar fuerzas en el verdadero, en el que vale la pena y nos ayuda día a día.

Tampoco podemos ser cómplices del sectarismo filosófico: la unión no significa colectivismo, el consenso no es comunismo y dejar la discusión de Estado sí o Estado no no significa keynesianismo; todo eso, significa inteligencia. Los debates de raíz y la llegada a la luz es tema de otro día, pero mientras tengamos las cadenas, no es conveniente ni posible fácticamente llegar hasta tal nivel de profundidad analítica.

Es preferible comprender nuestro rol, fijarnos cuales son nuestras cadenas y convencer al resto de que las hay: no debemos querer llegar a la cima antes de ponernos los zapatos.


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa

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