El albertismo
Un triunfo electoral. Un nuevo gobierno. Una nueva oposición. La pregunta esencial es: ¿Ha nacido una nueva hegemonía?
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Brian Frojmowicz Coordinador Eslibertad, estudiante de Ciencias Políticas de Universidad del CEMA.
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Es difícil identificar si una alianza electoral se convierte un movimiento político autónomo inmediatamente después de su llegada la primera magistratura en un determinado país. Las elecciones en Argentina nos dejaron sorpresas y confirmaciones. Por un lado, se daba por descontado un triunfo de la fuerza opositora y así sucedió. Sin embargo, el oficialismo que devenirá en oposición obtuvo un importante caudal electoral que lo posiciona con fuerza en el parlamento. La pregunta clave es: : ¿Alberto ha creado el albertismo?.
La situación que enfrentará el presidente electo es de alta complejidad. Existe un déficit fiscal enorme que es impagable, Argentina camina hacia un default por su incapacidad de pago y venimos de dos años seguidos de fuerte recesión con alta inflación. Además, a diferencia de la presidencia de Néstor Kirchner, el precio de los commodities no está en auge. En síntesis, aparecen enormes dificultades y escasas posibilidades de acción.
Hay dos grandes diferencias en las transiciones del año 2015 y la del 2019. La primera es que la entrega de poder de CFK a Mauricio Macri fue bochornosa. Lo único que hizo la ex-presidente fue poner palos en la rueda y adoptar una actitud antidemocrática propia de su naturaleza. Solamente se hablaron de cuestiones protocolares. CFK dejaba un país con estanflación e inflación. MM, deja un país con problemas parecidos( ahora está con mayor fuerza la cuestión del endeudamiento) pero ha seguido una forma más republicana al ponerse a plena disposición del Alberto Fernández.
El segundo elemento a remarcar es la expresión discursiva de lo que se recibe. Macri, idealizo el futuro. Planteó una revolución de la alegría con slogans marketineros y estableciendo un gobierno que dado que poseía el mejor equipo de los últimos 50 años, no nos conduciría a una vía dolorosa para el crecimiento. Error. Sudor y lágrimas era lo que nos esperaba y lo que sucedió. Alberto recibe un desastre( nobleza obliga no causado totalmente por Macri) y lo ha expresado decenas de veces.
Otro factor determinante en el armado orgánico de Fernández es la heterogeneidad de los miembros del Frente de Todos. Peronistas tradicionales, gobernadores, intendentes, militancia kirchnerista, sindicalistas, movimientos sociales, “progresistas”, votantes de Massa… Pluralidad de apoyos, pluralidad de exigencias. No hay financiamiento y sin embargo el presidente debe satisfacer a sus múltiples miembros, que presentan intereses tan diversos dada su distinta naturaleza( en términos sociológicos y políticos).
La clave que estructura el camino que tomará Alberto Fernández, será el peso específico que ocupe la vicepresidente electa, Cristina Kirchner, en las conjugaciones en torno a la gobernanza. En otras palabras, el kirchnerismo, cuya principal característica ontológica es el autoritarismo y el rechazo a la disidencia, debe permanecer aislado de lo importante, con el fin de inmunizar al ejecutivo del sectarismo y la doctrina del odio.
Hay que aclarar que tiene un grado de ingenuidad el mensaje que hemos expresado con anterioridad comprendiendo la matriz histórica, el horizonte en términos husserlianos, que condiciona la descripción que podemos hacer sobre el movimiento que lidera CFK. Una persona que se caracteriza por tener un liderazgo mesiánico y homogeneizante, presenta mucha aversión al cambio. Desde aquí sostenemos que aquellos que expresan que ha cambiado es una ficción electoralista. Conjetura hecha, refutación abierta.
En síntesis, es pronto para elaborar conclusiones generales y totalizantes sobre el proyecto de gobierno de Alberto Fernández. Como mucho, hemos podido realizar atisbos básicos, hipótesis que el tiempo se encargará de ratificar o de negarnos la comprobación. Quien les habla no puede negar su intrínseca oposición al kirchnerismo. Soy muy escéptico en torno a la evolución de CFK. Si ha nacido el albertismo, todavía soy un fantasma en esas tierras.
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