El Papa Francisco, ¿la nueva imagen del Socialismo?
Son cada vez más las equivocadas y desafortunadas referencias que tiene el Papa Francisco, respecto a lo que él denomina el Capitalismo salvaje, culpando inclusive a la sociedad por el deseo de tener dinero, algo que él considera ilógico o inmoral, pero es sospechoso que un Papa tenga tan malas interpretaciones económicas cuando sus antecesores, como Juan Pablo II y Benedicto XVI, eran defensores del libre mercado, posiblemente sea por lo que estos vivieron en su juventud, por su experiencia en Polonia y Alemania respectivamente, que sometidos a un régimen comunista, les llevó a tener una visión negativa sobre las economías planificadas, inclusive teorizaron en sus encíclicas la contradicción que se observa entre el poder central y la planificación de la economía, con la naturaleza y con la dignidad del hombre, observaban que el socialismo constituía una violación de la moral natural no sólo de los católicos o de los cristianos, sino de todos los seres humanos. El trayecto hacia la libertad, no se empieza tal vez de la mejor manera, los centros de formación están lejos de enseñar una verdadera teoría económica, sociológica y filosófica, que al final alejan al estudiante del único y verdadero camino intelectual y que dificulta en gran medida el entendimiento de gran parte de los problemas que nos atañen actualmente.
Diego Mauricio Macana Roa Coordinador de Eslibertad Latinoamerica, Estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires |
Este mensaje es uno de los ejes básicos de su pontificado y uno de los elementos que dieron universalidad a los diferentes pronunciamientos de Juan Pablo II, una de las personalidades que más ha contribuido a extender las fronteras de la libertad.[1]
En la encíclica Centesimus Annus (1991), Juan Pablo II en el volumen IV se pregunta: “¿Se puede decir quizá, que después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los países que traten de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del progreso económico y civil?”. La respuesta papal es sí, ya que por capitalismo se entiende el sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada de los medios de producción y de la libre creatividad humana.”[2], se debe sumar a esta posición su máxima critica a los aranceles proteccionistas, por considerarlos una expresión del egoísmo colectivo.
Inclusive, Juan Pablo II tuvo encuentros con teóricos de la Escuela Austriaca, perfilando así su pensamiento y opinión de una economía libre, el pensador católico Michael Novak hizo pública la extensa conversación personal que el Papa Juan Pablo II y Hayek mantuvieron antes del fallecimiento de este último.
Sin duda alguna, en la encíclica mencionada pone de manifiesto cómo la concepción de la ciencia económica por parte de su redactor se ha modernizado enormemente dando un importante salto cualitativo desde el punto de vista científico, que ha dejado caduca en gran medida la antigua doctrina social de la Iglesia Católica, y que supera incluso a importantes sectores de la propia ciencia económica, que hasta ahora han seguido anclados en el mecanicismo del paradigma neoclásico-keynesiano, y que no han sido capaces de dar entrada en sus «modelos» al carácter eminentemente creativo y dinámico de la función empresarial. Por primera vez en la historia, pues, y gracias a la positiva influencia de la Escuela Austríaca de Economía, la doctrina social de la Iglesia Católica se ha puesto por delante del paradigma dominante de la propia ciencia económica que hasta ahora ha venido ignorando al ser humano creativo y sigue anclado en una concepción estática del mercado y de la sociedad.[3]
El propio papa emérito Benedicto XVI alerta de que la principal amenaza de nuestro tiempo radica precisamente en el endiosamiento de la razón humana, que mediante la supuesta ingeniería social se pretende construir aquí y ahora un supuesto de mundo perfecto, bajo el liderazgo de los gobiernos, el paraíso terrenal gracias a una política estatal fundada científicamente. El gran problema de la humanidad es que hemos convertido al Estado en un becerro de oro al que todos adoran.[4]
Benedicto XVI en su carta encíclica DEUS CARITAS EST, segunda parte, el ejercicio del amor por parte de la iglesia como comunidad de amor, menciona lo siguiente, “El estado que quiere proveer a todo, que absorbe todo en sí mismo, se convierte en definitiva en una instancia burocrática que no puede asegurar lo más esencial que el hombre afligido – cualquier ser humano- necesita: una entrañable atención personal. Lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio” [5]
Durante esta semana, el Papa Francisco tuvo diversas reuniones que llamaron la atención de varios medios y de la comunidad académica, entre estos, con el economista Joseph Stiglitz, donde se mencionó el rumbo que debe tener los diversos Estados, como un agente de intervención donde se evite el poder concentrado, donde el sumo pontífice pide una mayor intervención para garantizar y resguardar el interés público.
Inmediatamente me pregunto, ¿un Estado puede intervenir para garantizar y resguardar el interés público, cuando la principal característica que tiene el Estado es violentar los principios más básicos de propiedad privada? ¿Es moral hablar de un Estado intervencionista, cuando el Estado y sus instituciones son por excelencia los agentes más inmorales, ya que la única forma de que tengan y se sostenga un poder es basado en la coerción? ¿Sera normal para el Papa Francisco que el Estado, con sus instituciones expropien la riqueza de la sociedad, del trabajo, inclusive de los más pobres que en principio dice defender?
Inclusive es sospechoso este cambio de pensamiento de Francisco, cuando siendo Cardenal de Argentina, en una entrevista concedida al periodista Chris Mathews de la cadena MSNBC, dice lo siguiente: “culpo a los políticos que buscan sus propios intereses. Los socialistas creen en la redistribución que es una de las razones de la pobreza, ustedes quieren nacionalizar el universo para controlar todas las actividades humanas, ustedes destruyen el incentivo del hombre para, inclusive, hacerse cargo de su familia, un crimen contra la naturaleza y contra Dios. Estas ideologías crean más pobres que todas las corporaciones que ustedes etiquetan como diabólicas” “La gente dominada por socialistas necesita saber que no tenemos que ser pobres, el imperio de la dependencia creado por Hugo Chávez, con falsas promesas mintiendo para que lleguen a arrodillarse ante el gobierno y ante él, dándoles peces pero sin permitirles pescar, si en América Latina alguien aprende a pescar, es castigado y sus peces confiscados por los socialistas, La libertad es castigada” y le dice directamente a Mathews, “tú hablas de progreso y yo de pobreza, temo por América Latina, toda la región está controlada por un bloque de regímenes socialistas como Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, ¿Quién los salvara de esa tiranía?”
Francisco se ha alejado de una comprensión de la economía como un proceso dinámico de tipo empresarial y del principio ético que ha de regular las interacciones sociales, “la única forma de promover la libertad y la creatividad empresarial de todos los seres humanos son en los ligares donde se pueda tener la seguridad a priori de que podrá apropiarse de los resultados de su creatividad y que no habrán de serle expropiados total o parcialmente por nadie, y menos por la administración de Estado.
[1] Lorenzo Bernaldo de Quiroz – Presidente de Freemarket internacional consulting en Madrid, España.
[2] Centesimus Annus (1991), Juan Pablo II en el volumen IV
[3] Eficiencia y Justicia del capitalismo -6 La doctrina social de la iglesia católica y la aportación de Kirzner -Jesús Huerta de Soto
[4] Conferencia Jesús Huerta de Soto Anarquía, Dios y el papa Francisco.
[5] Punto 28 B, DEUS CARITAS EST Benedicto XVI
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