Adoctrinamiento marxista y keynesiano en las universidades
El trayecto hacia la libertad, no se empieza tal vez de la mejor manera, los centros de formación están lejos de enseñar una verdadera teoría económica, sociológica y filosófica, que al final alejan al estudiante del único y verdadero camino intelectual y que dificulta en gran medida el entendimiento de gran parte de los problemas que nos atañen actualmente.
Diego Mauricio Macana Roa Coordinador de Eslibertad Latinoamerica, Estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires |
Si observamos los diseños curriculares del sistema educativo, ya sean estos implementados en instituciones de educación privadas o públicas, observaremos un común denominador, el discurso recalcitrante de la distribución de la riqueza, del bien común, del papel del Estado como encargado del manejo del monopolio de la fuerza y esto último, debe entenderse no solo desde un punto de vista militar, sino del monopolio de todas las instituciones coercitivas que posee el Estado, que la única tarea que tienen es limitar toda libertad individual y de violar sistemáticamente el derecho de la propiedad privada.
Todo aquel que es estudiante de una ciencia social, por ejemplo economía, entenderá fácilmente de lo que estoy hablando. En la vida universitaria somos víctimas de teorías que han sido instaladas durante décadas, el marxismo y el keynesianismo, son la constante para todo economista, teorías que desde que vieron la luz del sol fueron fuertemente refutadas por teóricos como Carl Menger, Eugen von Böhm-Bawerk, Mises, Hayek, Rothbard, entre otros, inclusive, podremos encontrar teóricos como Diego de Covarrubias, Luis Saravia de la Calle, Martín de Azpilcueta, que son parte de la gran era de oro española y que teorizaron sobre el valor subjetivo de las cosas, las consecuencias de toda intervención del Estado y una sobresaliente teoría monetaria de autores como Juan de Mariana, dos siglos antes de que Karl Marx y Keynes y sus acólitos prostituyeran una ciencia social convirtiéndola en una ingeniería social.
No es de extrañar que dentro de nuestro círculo profesional sean más los economistas que piden a gritos una intervención estatal en las decisiones individuales de la población, no es de extrañar que el discurso de la distribución de la riqueza se esté radicalizando cada vez más apelando a investigaciones nefastas pero con enorme popularidad como lo son las de Tomas Piketty, Paul Krugman, Joseph Stiglitz entre otros, dando una supuesta validez a gran parte de los partidos políticos o figuras reconocidas junto con la complicidad de una parte de la población en el momento en que cada una de sus demandas se trasladan en manifestaciones multitudinarias con el único objetivo de ir en contra de todo lo que para ellos sea capitalismo, violando todo Estado de derecho, inclusive alabando proyectos políticos y económicos que van en contra de todo lo que dicen defender, ya que la historia y una teoría económica fuerte así lo demuestra, cada intervención del Estado al final perjudicara a los sectores más pobres aunque la idea inicial haya sido noble.
Como estudiantes de una ciencia social como la Economía, debemos ser conscientes de la gran deficiencia que existe en las facultades debido a la ausencia de teóricos de la Escuela Austriaca, única que parte del estudio desde la Acción Humana fuera de todo concepto estático y de equilibrio, y tal como lo describe Jesús Huerta de Soto “La mayoría de los libros de texto introductorios o manuales de Economía Política que con carácter creciente hoy inundan el mercado poseen importantes defectos que hasta ahora en su mayor parte no han sido plenamente apreciados, pero que están teniendo consecuencias muy negativas en la formación de los futuros economistas”[1], estamos acostumbrados al mejorismo científico, en siempre estar atentos a la novedad olvidando toda teoría que se ha construido desde hace siglos y así olvidando todos los aportes teóricos de grandes autores que hoy por hoy brillan por su ausencia en el momento de nuestra vida estudiantil, a la vez, “los docentes caen en la ligereza de simplificar indebidamente sus presentaciones y contenidos, con la finalidad de hacerlos atractivos y comprensibles para el alumnado”[2], “la continua disminución en el nivel de formación intelectual de los alumnos que acceden a la universidad, junto con el triunfo de la cultura light que nos inunda, está motivando que muchos libros introductorios de economía más parezcan manuales destinados a divulgar la terminología y a facilitar la actividad del periodismo económico que verdaderas obras científicas de Economía dedicadas a exponer los principios y fundamentos básicos de nuestra disciplina[3]
Sera nuestra responsabilidad salir del molde impuesto por los teóricos neoclásicos y keynesianos, será nuestra responsabilidad volver a los verdaderos principios de la teoría económica, y de esta forma y tal vez sea la única, podremos demostrar a toda la población que durante décadas han asimilado teorías aparentemente bondadosas y buenas pero que nos han llevado a la más absoluta pobreza y de dependencia por partidos políticos corruptos, manejados por caudillos con enorme popularidad, pero que son los responsables de todo el deterioro social, tenemos que recordar lo dicho por Mises en su más grande obra La Acción Humana,
“los charlatanes, para ponderar sus remedios y los fáciles atajos que en su opinión conducen al paraíso terrenal, denigran la economía calificándola de ortodoxa y reaccionaria. Lo demagogos se vanaglorian de supuestas victorias por ellos conseguidas sobre la economía. El hombre práctico se jacta de despreciar lo económico y de ignorar las enseñanzas impartidas por meros profesores. La política de las últimas décadas fue forjada por una mentalidad que se mofa de todas las teorías económicas sensatas y ensalza en cambio las torpes doctrinas de los detractores de aquellas. En la mayoría de los países la llamadas economía ortodoxa esta desterrada de las universidades y es virtualmente desconocida por estadistas, políticos y escritores”[4]
[1] ESTUDIO PRELIMINAR – Jesús Huerta de Soto, Introducción, II principales ventajas comparativas de la Acción Humana, xxii, undécima edición
[2] ídem
[3] Ídem, xxiii, undécima edición, cursiva mía.
[4] Acción Humana- introducción pag 10 undécima edición
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