La libertad hoy por hoy es una palabra muy sonada; está en cada discurso político y siempre ocupa la cúspide del debate. Pero, ¿Qué es para nosotros, los liberales, la libertad y por qué es tan importante? Las personas, al momento de hablar de libertad en el contexto político, siempre tienden a tergiversarla, o confundirla con libertinaje, y es por ello que la palabra ha perdido gran parte de la importancia que debería dársele. Actualmente, escuchar esta palabra es tan fácil que basta con ingresar a cualquier red social de cualquier político y evidenciar en su dialéctica dicha palabra, palabra que se presenta en un sinfín de contextos, contextos que no siempre se abordan de la forma adecuada. Es por eso que, el concepto liberal es el que está más acercado a lo que realmente puede significar esta misma. Los liberales creemos y basamos nuestra dialéctica en que la libertad individual es el valor fundamental que debe subyacer a todas las relaciones sociales, intercambios económicos y a cualquier sistema político. Así que, retomando la pregunta inicial, ¿Qué significa para nosotros, los liberales, esta palabra?
¿Qué es libertad?, Podría definir la libertad como aquella facultad de toda persona de actuar y disponer de su propiedad sin coacción alguna proveniente de otro ser humano (terceros) o de alguna institución (estado). Esto es, en concreto, la libertad. Pero, ¿Qué pasa cuando existe un irrespeto a esta? El irrespeto a la libertad o la propiedad de otra persona, como cuando sucede un asesinato o un robo, no es una acción libre; es más bien una agresión, una injusticia.
Cuando alguien decide hacer una actividad y esta acción coacciona o vulnera de manera directa o indirecta los derechos de otras personas, esto es lo que se conoce como libertinaje: realizar una acción sin tener en cuenta a quién o a quiénes se va a vulnerar. Pero, por el contrario, cuando se realiza la acción y esta misma es limitada por el autor para no interferir en los derechos de demás personas, esto es libertad, pues en dicha acción existe ese respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo.
Para nosotros, los liberales, el concepto de libertad es fundamental y, por ende, no podemos permitir que este se tergiverse. En cualquier proyecto de vida o sociedad se necesita garantizar la libertad, ya que es con ella con la que se alcanza el éxito y la prosperidad individual y de una nación. Recordemos qué ha pasado cuando unos cuantos individuos (políticos) en la sociedad aplican libertinaje y restringen la libertad de los demás individuos (ciudadanos): las consecuencias de dicha mezcla solo han traído miseria y atraso. Véase de ejemplo los países donde se han aplicado sistemas políticos colectivistas (socialismo, comunismo, nazismo, fascismo, etc.), como la URSS, la China comunista de Mao, Corea del Norte y, para no irnos tan lejos, Venezuela. Todos estos países tienen algo en común: se limitaron casi al máximo las libertades de los individuos.
Por eso es fundamental tener los conceptos claros. Una vez desarrollados, podemos empezar a promover la libertad y a defenderla, y también a reprochar el libertinaje. Está demostrado que en las sociedades donde se respeta la libertad y se castiga el libertinaje, existe progreso y prosperidad. Mírese nomás a Estados Unidos desde la mitad del siglo XIX; fue el claro ejemplo de que, cuando se respetan las libertades de los individuos (libertad individual y libertad económica), las sociedades prosperan.