Parte II – Financiación
En la política, como ya he tratado anteriormente, el liberalismo ha sido objeto de debate en relación a su participación y, recientemente, a la financiación de sus campañas electorales. Las últimas elecciones en Argentina no fueron la excepción; ocurrió un caso bastante controversial, la investigación de un candidato “libertario” por la presunta venta de candidaturas en sus listas electorales.
Estamos en una época de fuertes cambios, donde los liberales tienden a participar en la esfera política y tener participación en las elecciones ejecutivas y legislativas, promoviendo sus ideas y propuestas para realizar cambio “liberales” durante la campaña. Por lo tanto, la transparencia y la ética son valores fundamentales en este proceso de política liberal. Los liberales solemos abogar por una financiación de campañas transparente, sin embargo, esta financiación de campañas políticas puede presentar desafíos, ya que, como dije en el artículo anterior, existe el riesgo de que los intereses particulares influyan en las decisiones políticas y socaven los principios liberales.
Por ende, me veo en la obligación de aclarar que uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el liberalismo en el ámbito político, es particularmente, en lo respectivo a la financiación de campañas políticas. La necesidad de financiar dichas campañas puede generar presiones para aceptar donaciones de fuentes, como mínimo, cuestionables, por no decir espurias; o realizar compromisos que podrían ir en contra de los principios liberales.
La solución es sumamente sencilla y consiste en encontrar formas de financiamiento que sean transparentes, éticas y coherentes con los valores liberales. Una forma muy común de hacerlo en gran parte del mundo son los “mítines”, donde un grupo de oradores, entre los que normalmente se incluye al candidato, dan una conferencia para sus votantes y simpatizantes.
Con esto dicho, podríamos decir que ¿Se puede utilizar los recursos propios para financiar la campaña política? En principio, no habría ningún impedimento por el cual no podríamos utilizar nuestros propios recursos si los estamos aportando de forma voluntaria, legítima, sin ningún tipo de coerción y lo consideramos necesario; pero también debemos recordar que el objetivo de la política no es ganar dinero y que, por lo tanto, todo lo que se destine a una campaña no se podría calificar como “inversión”.
¿Se puede aceptar las donaciones de empresas privadas? Considero personalmente que las donaciones pueden ser aceptadas, si; pero aquí también hay una dificultad. Como dije anteriormente no se puede considerar el financiar una campaña como una “inversión”, consecuentemente la gran mayoría de las empresas no tendrían grandes incentivos para hacerlo; por lo que se podría aceptar sí y sólo sí la aceptación no conlleva compromisos por parte de los candidatos que influyan en las medidas que tomen, o no, en sus potenciales mandatos. Además, se debe tener en cuenta la procedencia de dichos fondos, la aceptación de un solo dólar espurio podría devenir en una completa pérdida de credibilidad, no sólo del candidato, sino de todo lo representa, o por lo menos, dice representar.
La relación entre el liberalismo y la política es compleja y el debate sobre la participación política y la financiación de campañas es fundamental para comprender cómo los principios liberales pueden influir en la esfera política. Es sumamente importante mantener un debate abierto y continuo sobre la relación entre liberalismo y política, buscando siempre promover la libertad individual. Esta relación es un tema que requiere un análisis profundo y complejo; junto a una buena comprensión de los principios fundamentales del liberalismo.
A medida que las sociedades evolucionan y se enfrentan a desafíos políticos y sociales, es crucial reflexionar sobre cómo los liberales pueden participar en la política sin comprometer sus valores. La financiación de campañas políticas en Argentina y en otros lugares del mundo plantea interrogantes sobre la integridad y la ética en la política, es esencial abordar estos desafíos en busca de un sistema político más transparente.
