A propósito del aniversario de la “Frater Liberal”
Las ideas que hoy gobiernan el mundo vienen siendo trabajadas y difundidas por décadas -un siglo, se podría decir en algunos casos-. Incluso el famoso pragmatismo, que alega que ninguna ideología sería necesaria, no escapa del trabajo filosófico de argumentación, discusión y divulgación. Como bien afirma Ayn Rand, nadie puede escapar de la filosofía, sea esta propia o ajena (de segunda mano en palabras de Rand). La filosofía, es decir, las ideas que uno adquiere o adhiere gobiernan nuestra vida y, en consecuencia, la vida en sociedad.
Quien cree que las ideas no son necesarias y que el ‘hacer’ filosofía es una pérdida de tiempo, cae en un error infantil y de consecuencias nefastas, pues no solo se equivoca hasta en su propia afirmación, pues dicho pragmatismo es en sí una idea filosófica, sino que deja abierta la vía para que las demás ideas ocupen el lugar. Véase por ejemplo Estados Unidos, donde varios empresarios afirmaron que sería una pérdida de tiempo dedicarse a las ideas mientras se podrían hacer negocios, pues es evidente que el socialismo ha tomado por asalto las principales universidades del país que se hizo grande, justamente, por defender la libertad individual.
Con tal motivo, el 21 de septiembre de 2023, con algunos coordinadores locales de Estudiantes por la Libertad Bolivia, inspirado en los seminarios que el gran Ludwig von Mises daba en Viena y, luego, en Nueva York, iniciamos el proyecto que denominamos “Frater Liberal”. El objetivo de este proyecto: la discusión y divulgación de las ideas en general y de las ideas de la libertad de forma especial.
Durante este año de vida de la frater, hemos tenido más de 700 asistencias y, no siendo menos relevante, provocadores nacionales e internacionales, siendo un espacio de debate seguro -de los pocos que existen en Bolivia en la actualidad-, habiendo sido recibido de gran manera, hemos logrado generar un espacio de constante aprendizaje, diferente a la intolerante y adoctrinada aula de universidad promedio en Bolivia.
Uno, por lo general, suele no dimensionar la importancia de estos espacios y del activismo que realiza. Pero luego de ver el impacto real de ese activismo sobre algunas personas -hemos logrado cambiar vidas-, le da sentido a todo el trabajo que se ha realizado. Sucede que no es cuestión de rebeldía y lucha contra el socialismo o cualquier clase de degradante colectivismo, sino, es, esencialmente, ser parte del cambio de vida que uno puede provocar en amigos y conocidos con estas ideas. Que personas se acerquen a uno, luego de un evento, y agradezcan por que tu percepción de felicidad, del amor o de la libertad, les ayudó a resolver un nudo personal que provocaba dolor y, ahora que el nudo no está, pueden vivir de forma más plena, llena nuestro ser de orgullo.
El verdadero trabajo del activismo liberal es la persona, no que el Estado sea más chico, que se emita menos dinero cuando la demanda de dinero se mantiene estable o que se legalice la tenencia de armas, aspectos que son importantes y deben lograrse como efectos de la causa esencial del liberalismo: la persona. Pues, como ya se mencionó, el verdadero sentido y esencia del liberalismo es el individuo, ese individuo que citando a Don Miguel de Unamuno es de carne y hueso, ese individuo que no es la abstracción de un concepto, sino una conciencia con sueños, con tristezas, con alegrías, ese ser consciente que quiere que se lo deje vivir y ser feliz.