El libre mercado es sin lugar a dudas la expresión más grande de la cooperación humana. Los resultados de la división del trabajo y los acuerdos voluntarios son sorprendentes. Es evidente que cuando las personas trabajan juntas con el afán de mejorar sus vidas los resultados que son capaces de conseguir son mayores que lo que cualquiera de ellos podría haber siquiera imaginado. Nadie en el mundo sabe como fabricar por si solo ninguno de los bienes que utiliza, es la interacción entre los individuos lo que hace que hoy dispongamos de todos los bienes y servicios que tenemos. Tan solo la fabricación de un lápiz procede del trabajo de miles de personas, como demuestra Leonard Read en su majestuosa obra “Yo, el lápiz”. La manera en la cual la humanidad logro erradicar casi enteramente el hambre y la pobreza del mundo es esa, no ha habido otra forma que no sea a través de la cooperación voluntaria de hombres y mujeres persiguiendo una mayor calidad de vida. Ahora bien, ¿cómo consigue el mercado libre tan asombrosos resultados? ¿Cómo es posible que el libre mercado genere semejante explosión de riqueza?
La razón de esto se explica gracias a la habilidad coordinadora del mercado. Es decir, el sistema de precios. Son los precios los que indican a los individuos como actuar, y es el capitalismo el que enseña a las personas a modificar su comportamiento en relación a los demás. Por ejemplo, cuando la tasa de interés de un crédito es alta, esta les indica a las personas que no es momento de endeudarse, pero si es momento de hacerlo cuando esta es baja. O cuando un sector de la economía, o un tipo de negocio, está ganando enormes cantidades de dinero -ya que hay mucha demanda de sus productos- esto indica a los empresarios que es momento de invertir en ese tipo de negocio para satisfacer las necesidades de los consumidores. Es por esto que los Estados y bancos centrales no deben intervenir bajo ninguna circunstancia en el mercado, ya que los precios libres son señales que guían a las personas hacia comportamientos racionales y hacia el mayor aprovecho de los recursos. Si los precios son distorsionados por el actuar del gobierno el riesgo de comportamientos irracionales aumenta y es más probable que se derrochen recursos. Paz, libertad y respeto a la propiedad privada son las condiciones del mercado para funcionar y son las bases del mundo que conocemos. La imposibilidad del socialismo, como explico Ludwig Von Mises hace ya tiempo en su libro “Socialismo”, radica en la imposibilidad de reemplazar el sistema de precios, lo que lleva a un mal uso de los recursos y por lo tanto genera hambre y miseria del peor tipo. El sistema de precios se sostiene en la libertad de las personas para decidir como llevar adelante sus vidas, y en una economía planificada los actos voluntarios no están permitidos, ya que los resultados que estos podrían generar no fueron previstos por el plan y podrían generar resultados indeseados por los planificadores centrales.
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