Durante este año 2020 a raíz de la pandemia por el Covid-19, la línea a seguir por muchos de los países del mundo fue aplicar la cuarentena como la mejor medida para tratar de combatir a dicha enfermedad, de esta situación no escapó la región suramericana, región que se convertiría con el pasar de los días en un foco importante de contagios, a raíz de ello la mayoría de los países suramericanos decidieron aplicar la medida anteriormente descrita a excepción de uno, Uruguay.
El caso uruguayo es interesante porque a apenas a 13 días de haber asumido el cargo, al presidente Luis Lacalle Pou le tocaría enfrentarse al Covid-19 y a diferencia de sus vecinos, la estrategia a seguir no sería la cuarentena obligatoria sino que apelaría a la “libertad con responsabilidad” como él mismo haría alocución infinidades de veces, acompañada desde un primer un momento por una comunicación transparente y efectiva. Si bien desde un principio el nuevo mandatario uruguayo suspendería eventos masivos, las clases o cerraría las fronteras, no impondría la cuarentena sino que esta sería voluntaria, muestra de ello es lo dicho por el propio presidente durante la 24 Conferencia del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), donde expresaba: “La clave ha sido empoderar de libertad al ciudadano”.
Lo anteriormente descrito rompe con lo establecido en el resto de la región, es decir, un área donde la cuarentena obligatoria ha sido adoptada por la mayoría de los países como la manera de luchar contra la pandemia, pero sin tener el éxito uruguayo, entendiendo que las características propias de Uruguay ayudan mucho al éxito de estas medidas, es decir, un país de apenas 3.5 millones de habitantes y con una baja densidad poblacional.
Además, no solo en el tema de la cuarentena se distingue de la región, sino que en materia económica también lo hace, por ejemplo; la creación del Fondo Coronavirus financiado con el recorte en un 20% del salario de los funcionarios públicos en lugar de subir los impuestos, evidencia de ello es el 0,7% en la tasa de esfuerzo fiscal que tenía Uruguay para julio de este año según informe de la CEPAL, siendo así, el menor de la región. A su vez, es importante destacar que el PIB uruguayo es el que sufre la menor contracción según estudios del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) De Uruguay.
En fin, la gestión del presidente Luis Lacalle Pou podría tomarse como un ejemplo a seguir en estos tiempos de pandemia, no solo en materia sanitaria sino también económica, un país que confió en sus ciudadanos, que no les restringió su libertad sino que hizo un llamado a la responsabilidad y que económicamente no sufrirá tanto como el resto de la región ya que decidió no subir los impuestos e impulsar al sector privado; el panorama en la Republica Oriental es interesante y alentador, aun mas cuando en América del Sur pareciera que la izquierda vuelve a ganar parte del terreno perdido.
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