Cuando me invitaron a escribir para este blog, debo decir que me sorprendió, por supuesto, en un buen sentido. Hace algún tiempo venía reflexionando sobre la importancia de abordar temas importantes para con la causa de la Libertad y sobre todo el abordarlos desde mi área de especialización: la tecnología. Debido a que este es un tema que es transversal a nuestras vidas y todo indica que también lo seguirá siendo, es muy importante analizar el cómo nos afecta tanto positiva como negativamente.


Estamos, como indica el título de este artículo, en la “Era de los Datos”, la Era de la Inteligencia Artificial. Es muy certero decir que cualquier aplicación famosa que utilicemos, tiene al menos una pequeña parte que utiliza métodos del tan nombrado Machine Learning. Como es sabido (y para los que no lo saben lo comento) algo fundamental de esta herramienta, en adelante (IA), son los tan preciados datos. Muchos, hasta se han animado a apodar este nuevo recurso como “el petróleo del siglo XXI”. Algo importante deben tener, ¿no?. 

Como sucede con casi cualquier tecnología nueva (y más cuando ésta tiene un gran alcance) la sociedad se plantea cuáles son sus usos positivos y cuáles los negativos, cuáles deberían ser sus límites, y en dónde debería ser aplicado y dónde no. Tal es así, que muchos empresarios, como por ejemplo el conocido magnate Elon Musk, se plantean los peligros que puede conllevar la inteligencia artificial “si no se controla”

Las empresas tecnológicas están en la mira. Como en épocas pasadas lo estuvieron las petroleras, las de electricidad, automotrices, etc. “Tienen mucho poder”, dicen algunos. ¿Acaso tienen permitido lucrar con mis datos?, dicen otros. ¡Auméntenle los impuestos!, puede escucharse en la multitud. 

Por supuesto, es lícito y totalmente respetable el considerar las interrogantes anteriormente mencionadas. Pero…. ¿acaso alguien ha planteado lo contrario? Quiero decir, ¿qué pasa con quienes aplican las leyes, esto es, el Estado?

Por lo menos, yo podría decir que las compañías cuestionadas por el uso de nuestros datos nos presentan una especie de “contrato”. Debido a que al unirnos a alguna red social, sea cual sea ésta, nos presenta los tan nombrados pero poco conocidos “términos y condiciones”. Tales términos, nos indican qué debemos esperar de la página, en qué y cómo utilizará nuestros datos, cuáles son las reglas, etc. Si no estoy de acuerdo con las condiciones de uso, puedo o bien no “firmar” el contrato al no unirme a la red social o bien “cancelarlo” cuando elimino mi cuenta de la misma. Esta última parte es la que normalmente la gente no suele considerar en sus críticas.

¿Y el Estado?

Ahora bien… ¿y el Estado? ¿Acaso nos ofrece algún tipo de contrato que podamos o bien aceptar o bien rechazar? La respuesta, en la gran mayoría de los casos, es un no

Cuando el Estado hace uso de nuestros datos (y es bien sabido que lo hace) no nos pide ningún tipo de permiso. No nos propone ningún contrato. Simplemente los legisladores aprueban alguna ley y nosotros estamos obligados a aceptarla. Esto es lo que verdaderamente debería preocuparnos, el uso que una serie de “señores importantes” hace con nuestros datos sin previo aviso y sin ningún tipo de consentimiento por lo menos, de mi parte para con los míos. 

Con el avance de la inteligencia artificial y demás tecnologías, me preocuparía con el uso que los estados, alrededor del mundo, hacen con nuestros datos. Hay países que ya utilizan esta tecnología para reconocer  fácilmente a sus ciudadanos, ¿acaso alguien critica esto?. El no poner un límite a los gobiernos de todo el mundo en el uso de la tecnología es un alto riesgo para la libertad de las personas. No es extraño que se hayan propuesto una serie de reformas al actual Internet recientemente, reformas que ponen a los distintos gobiernos en un papel central con respecto al control de la Gran Red. “Queremos regular su uso” dicen algunos políticos de mi país, Argentina.

Lo cierto es que darle el control de Internet a los distintos gobiernos del mundo, es darles el poder para filtrar según su lo que crean conveniente, es dotarlos del poder para crear un Ministerio de la Verdad, como lo dijera George Orwell en su novela “1984”.

Finalizando, debo decir que como he mencionado en párrafos anteriores, por supuesto que nos debe preocupar el uso que hacen de nuestros datos las compañías tecnológicas, debemos encargarnos de que se respeten nuestras decisiones, que tengamos garantías en nuestro contrato, como en cualquier otro. Pero al fin y al cabo, todo lo que harán lo van a hacer con nuestro consentimiento, puesto que nosotros lo hemos aceptado. Por otro lado, algo mucho más importante desde mi punto de vista, es preocuparnos aún con más empeño, en lo que hace el Estado con ellos, que no nos pide ninguna autorización, solo usa excusas tales como la “seguridad nacional” y demás. Nunca se nos debe olvidar que en sus manos está el monopolio de la violencia, que ya es mucho. ¿Ahora también le daremos el “monopolio de los datos”?. 

Debemos permanecer firmes en la defensa por la libertad, y no permitir que esta sea la Era de los Datos… y del Estado.


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa

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