John Stuar Mill sobre la libertad de expresión

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John Stuart Mill fue un filósofo y economista inglés que solía frecuentar a Jeremy Betham y había estudiado a Adam Smith y David Ricardo, clásicos de la economía. Esto significó que el liberalismo, la democracia, la libertad de expresión y los derechos individuales y políticos de las mujeres se convirtieran en una de sus consignas que lo llegarán a definir como intelectual.



En el 1859 escribe unos de sus textos más conocidos “Essay on Liberty”, en este ya sentía como lo define él mismo la ‘tendencia’ hacia una mayor apertura hacia nuevas ideas en la sociedad fruto del poder que significaba la opinión pública y a igualdad social, con sus temores sobre la primera en la implantación de un pensamiento único. Este temor se ampliaba ante los poderes públicos (el poder político) y el poder de una mayoría del pueblo a través de este mismo poder político ante el derecho individual de cada uno sobre la libertad de conciencia, una idea aún disruptiva para la época ante la influencia significativa de la religión. Llega uno a pensar cómo vería Mill que en nuestros días el crecimiento de la influencia de las minorías lucha en equiparación de influencia con el de las mayorías en contra el derecho individual de la libertad de conciencia; se impone en la actualidad lo ‘políticamente correcto’ como pensamiento dominante, en ocasiones ignorando lo racional, dijo una vez el mismo: “toda opinión sobre materia de conducta que no esté avalada por razones, sólo puede ser contemplada como una preferencia personal”, esta línea es cada vez más delgada entre la preferencia personal de una persona y lo que considera debería ser una norma de conducta. 

Siguiendo con el pensamiento de Mill, este defendía plenamente la libertad de las personas de expresarse según su libertad de conciencia, a pesar de la existencia de las mentiras a veces con cierto grado de verdad (fake news) o con los actuales mensajes de odio fuertemente reprimidos por las redes sociales, decía que el individuo es responsable de jure de sus actos tanto por acción u omisión donde los responsables en este caso de expresar estas acciones están obligados a resarcir al afectado por la mal utilización de ese derecho. Podemos decir también que nuestro filósofo en cierto aspecto era moderado, entendía cuando los gobiernos constitucionales fiscalizaban la expresión de la opinión, pero veía con recelo cuando se convertían en un órgano de la intolerancia de las mayorías.

Cuando se impone el silencio a las opiniones significa un robo a las generaciones futuras, si la opinión es verdadera se deja atrás la oportunidad de dejar atrás un error, sí es falsa podríamos perder la oportunidad de tener una visión más clara de la sociedad. “no dejar conocer una opinión, porque se está seguro de su falsedad, es como afirmar que la propia certeza es absoluta”.

La libertad de expresión debe ser una defensa fundamental en nuestro activismo por la libertad. En pleno siglo XXI son muchos los activistas sociales reprimidos por las ideas que quieren decir, incluso contrarias a nuestras concepciones, pero que demuestra lo abierta que continúa siendo la democracia liberal como régimen político.


Esta publicación expresa únicamente la opinión del autor y no necesariamente representa la posición de Students For Liberty Inc. En el Blog EsLibertad estamos comprometidos con la defensa de la libertad de expresión y la promoción del debate de las ideas. Pueden escribirnos al correo [email protected] para conocer más de esta iniciativa

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